LOS PEDREGALES
Hoy he estado en un parque natural que hay aquí en Estepona, donde yo vivo, que podíamos decir que es algo similar a nuestro monte Calvario, aunque bastante más grande, y está situado a la falda de la Sierra Bermeja, que toma ese nombre por su color un tanto rojizo., y que es una montaña que emerge al oeste de la ciudad.
En los Pedregales, que así se llama este parque, se han montado toda clase de instalaciones que favorecen el uso y disfrute del campo para los ciudadanos: hay cacharros para que los niños se lo pasen bomba en un enorme parque infantil, hay barbacoas para que se pueda hacer una paella, unas chuletas o chorizos a la plancha, hay bungalows de madera para alquilar y pasar, entre pinos y alcornoques, un fin de semana, hay un teatro un tanto cavernícola-modernizado utilizando los restos de un dolmen que existía por aquella peñas, hay asientos y servicios repartidos por el entorno y hasta una ermita para San Isidro donde se celebra cada año la fiesta de este santo labrador.
Ha hecho una tarde magnífica, y allí hemos ido Laly y yo con unos amigos y vecinos: mi profesora de dibujo y un matrimonio granadino afincado en Sevilla, que, aunque los conocíamos, hoy he sido el primer día que hemos salido juntos y la verdad es que nos han parecido unas personas excelentes, unos nuevos y encantadores amigos con los que en el futuro compartiremos muchos ratos como el de hoy.
Nosotros como era el primer día no hemos llevado comida pero si hemos estado en un restaurante que hay a la entrada del parque y nos han puesto un arroz con conejo, con mucha verdura, que yo nunca había comido, pero la verdad es que a todos nos ha parecido exquisito. Ha sido un día feliz y no descartamos acudir allí en más de una ocasión con nuestra tortilla y unos filetes empanados a disfrutar de la naturaleza, ya que de la playa estamos hartos de hacerlo.
Y uno se da cuenta de que en estos pueblos grandes, la gente tiene muchas más posibilidades de divertirse y de pasarlo bien que en los pueblos pequeños, como nuestra querida Fuensanta, donde una vez terminado el verano y las fiestas de Septiembre. se queda todo más triste, más solitario y más silencioso. Aqui el turismo ayuda mucho a que la infraestructura del pueblo esté más preparada para disfrutar del mar o de la sierra, todos los vecinos, sean o no oriundos de aquí. Hoy Encarnita, Pedro, Isabel y nosotros, nos hemos sentido muy a gusto en Estepona. Lo repetiremos.
Hoy he estado en un parque natural que hay aquí en Estepona, donde yo vivo, que podíamos decir que es algo similar a nuestro monte Calvario, aunque bastante más grande, y está situado a la falda de la Sierra Bermeja, que toma ese nombre por su color un tanto rojizo., y que es una montaña que emerge al oeste de la ciudad.
En los Pedregales, que así se llama este parque, se han montado toda clase de instalaciones que favorecen el uso y disfrute del campo para los ciudadanos: hay cacharros para que los niños se lo pasen bomba en un enorme parque infantil, hay barbacoas para que se pueda hacer una paella, unas chuletas o chorizos a la plancha, hay bungalows de madera para alquilar y pasar, entre pinos y alcornoques, un fin de semana, hay un teatro un tanto cavernícola-modernizado utilizando los restos de un dolmen que existía por aquella peñas, hay asientos y servicios repartidos por el entorno y hasta una ermita para San Isidro donde se celebra cada año la fiesta de este santo labrador.
Ha hecho una tarde magnífica, y allí hemos ido Laly y yo con unos amigos y vecinos: mi profesora de dibujo y un matrimonio granadino afincado en Sevilla, que, aunque los conocíamos, hoy he sido el primer día que hemos salido juntos y la verdad es que nos han parecido unas personas excelentes, unos nuevos y encantadores amigos con los que en el futuro compartiremos muchos ratos como el de hoy.
Nosotros como era el primer día no hemos llevado comida pero si hemos estado en un restaurante que hay a la entrada del parque y nos han puesto un arroz con conejo, con mucha verdura, que yo nunca había comido, pero la verdad es que a todos nos ha parecido exquisito. Ha sido un día feliz y no descartamos acudir allí en más de una ocasión con nuestra tortilla y unos filetes empanados a disfrutar de la naturaleza, ya que de la playa estamos hartos de hacerlo.
Y uno se da cuenta de que en estos pueblos grandes, la gente tiene muchas más posibilidades de divertirse y de pasarlo bien que en los pueblos pequeños, como nuestra querida Fuensanta, donde una vez terminado el verano y las fiestas de Septiembre. se queda todo más triste, más solitario y más silencioso. Aqui el turismo ayuda mucho a que la infraestructura del pueblo esté más preparada para disfrutar del mar o de la sierra, todos los vecinos, sean o no oriundos de aquí. Hoy Encarnita, Pedro, Isabel y nosotros, nos hemos sentido muy a gusto en Estepona. Lo repetiremos.