¿QUÉ PASARÁ?...

¿QUÉ PASARÁ?
Había un país que hace setenta años cometió el más grave error de su historia, error en el que todos sus habitantes tuvieron alguna culpa, porque no fueron capaces de arreglar sus problemas de forma civilizada y pacífica y se enzarzaron en una cruenta, injusta y dolorosísima guerra civil que nos trajo un millón de muertos que llenó de luto, de miseria, de desesperación y que sembtó el odio y el rencor entre todos los españoles y que nos abocó a una dictadura que padecimos por décadas.
Pasaron muchos años, se murió el dictador, se consiguió una transición hacia la democracia que todos aceptaron gustosos y que el mundo entero aplaudió porque fue ejemplar, edificaste y generosa, fue como un fuerte abrazo de reconciliación, de perdón y de esperanza y el restablecimiento de una democracia que ha permitido en estos casi cuarenta últimos años, que todos recobráramos la libertad con el deseo de utilizarla para conseguir cotas de bienestar, de progreso y de recuperación, en todos los sentidos, tomando un puesto privilegiado dentro de Europa de la que todos quisimos tomar parte por referéndum.
,
Y cuando el país había alcanzado un desarrollo social, económico y de bienestar aceptable, empezamos a resquebrajar nuestra convivencia, a olvidar el pacto de reconciliación y a enconar las heridas que ya estaban cerradas llenando de incertidumbre y de desconcierto nuestras relaciones ciudadanas y enarbolando los idealismos como forma de enfrentamiento y de barrera entre todos nosotros. Poniendo en duda la unidad de España, la fiabilidad del sistema y alentando a la ciudadanía a cambiar todo el sistema y a renunciar a todo lo que teníamos en pro de una forma de gobierno que donde se ha aplicado ha fracasado totalmente y ha llevado al ciudadano a la pobreza y a la desesperación.
Y la verdad es que más de cinco millones de españoles están en favor de ese arriesgado intento, pero no es menos cierto de unos veinte millones, en las urnas, han demostrado que quieren una España unida y una España constitucional, por lo tanto los políticos, que no se ponen de acuerdo, deberían
pensar en que por nada del mundo queremos llegar a que esto se está pareciendo a 1936.
¿Qué pasará?, si ellos no son capaces de renunciar a sus intereses partidistas y particulares y piensan en lo que queremos la mayoría de los españoles. Ellos son ahora los responsables y nosotros a esperar que no se equivoquen, porque si lo hacen luego la culpa será nuestra.