LOS PUEBLOS BLANCOS
Soy yo natural de uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Jaén, de Andalucía, España, que se llama Fuensanta del cual me siento inmensamente orgulloso y al que, donde quiera que esté, siempre ocupará un primerísimo lugar en mi sentimiento y en mi corazón.
Son muchas las virtudes que mi pueblo tiene para que yo, y cualquier otro humano, lo considere más bonito que otros. Su río, su abundancia de agua, sus fuentes, en especial el manantial bendecido, constantemente por la Virgen, en la Fuente de la Negra, su monte Calvario escenario natural que parece regalado por el Creador para que sirviera como marco inmejorable de nuestra representación tradicional de los Pasos que ya son conocidos y aplaudidos por media España.
Su cerro del Viento donde el verano es tan fresco que hay que arroparse para poder dormir. Los Encinares paraje de paz y de encinas que te recuerdan los pueblos de la sierra de Madrid. La Mina que antaño fue explotada y dio riqueza al pueblo con su Río Grande que nos permite pescar y el Regüelo por donde se puede ir de caza por el Villar y otros parajes. La Ribera y la Venta con sus huertas y frutas que antes se vendían en Martos y en Torredonjimeno.
Todo esto es mi pueblo y ese contraste de paisajes diversos, montaña, vega, atalaya, secano y riego,
y un millón de olivos que nos brindan cada año ese, bendíto líquido que es nuestro distintivo corroboran que la belleza está garantizada y que no es pasión sino realidad que yo lo catalogue como maravilloso.
Pero permitidme que diga que a Fuensanta le falta algo muy típico de los pueblos andaluces, algo que yo creo seria fácil y económico de conseguir, había que convertirlo en un PUEBLO BLANCO.
Si has viajado por Cádiz y conoces pueblos como Arcos de la Frontera, Chiclana o Bejer comprenderás en seguida lo que he querido decir. Cal, a Fuensanta le falta mucha cal y le sobran ladrillos vistos y laterales de antihumedad con unos colores nada aconsejables para embellecer el ambiente.
¿Y como lograr ese inmaculado y blanco cambio? Pues muy fácil: El Ayuntamiento publica un bando llamando a los fuensanteños a embellecer su pueblo y les da un tiempo para hacerlo ofreciéndoles también “gratis” la cal necesaria para conseguirlo. Pasado ese tiempo los ciudadanos que no hayan cumplido con el encago verán como sus viviendas son encaladas por el Ayuntamiento que posteriormente las pasaría las factura correspondiente.
No creo que esa un gasto excesivo para el consistorio ni tampoco para los ciudadanos pero lo que si os puedo asegurar es que cuando saliéramos del pueblo, por el Parralejo, veríamos a nuestra Fuensanta convertida en un precioso PUEBLO BLANCO.
Soy yo natural de uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Jaén, de Andalucía, España, que se llama Fuensanta del cual me siento inmensamente orgulloso y al que, donde quiera que esté, siempre ocupará un primerísimo lugar en mi sentimiento y en mi corazón.
Son muchas las virtudes que mi pueblo tiene para que yo, y cualquier otro humano, lo considere más bonito que otros. Su río, su abundancia de agua, sus fuentes, en especial el manantial bendecido, constantemente por la Virgen, en la Fuente de la Negra, su monte Calvario escenario natural que parece regalado por el Creador para que sirviera como marco inmejorable de nuestra representación tradicional de los Pasos que ya son conocidos y aplaudidos por media España.
Su cerro del Viento donde el verano es tan fresco que hay que arroparse para poder dormir. Los Encinares paraje de paz y de encinas que te recuerdan los pueblos de la sierra de Madrid. La Mina que antaño fue explotada y dio riqueza al pueblo con su Río Grande que nos permite pescar y el Regüelo por donde se puede ir de caza por el Villar y otros parajes. La Ribera y la Venta con sus huertas y frutas que antes se vendían en Martos y en Torredonjimeno.
Todo esto es mi pueblo y ese contraste de paisajes diversos, montaña, vega, atalaya, secano y riego,
y un millón de olivos que nos brindan cada año ese, bendíto líquido que es nuestro distintivo corroboran que la belleza está garantizada y que no es pasión sino realidad que yo lo catalogue como maravilloso.
Pero permitidme que diga que a Fuensanta le falta algo muy típico de los pueblos andaluces, algo que yo creo seria fácil y económico de conseguir, había que convertirlo en un PUEBLO BLANCO.
Si has viajado por Cádiz y conoces pueblos como Arcos de la Frontera, Chiclana o Bejer comprenderás en seguida lo que he querido decir. Cal, a Fuensanta le falta mucha cal y le sobran ladrillos vistos y laterales de antihumedad con unos colores nada aconsejables para embellecer el ambiente.
¿Y como lograr ese inmaculado y blanco cambio? Pues muy fácil: El Ayuntamiento publica un bando llamando a los fuensanteños a embellecer su pueblo y les da un tiempo para hacerlo ofreciéndoles también “gratis” la cal necesaria para conseguirlo. Pasado ese tiempo los ciudadanos que no hayan cumplido con el encago verán como sus viviendas son encaladas por el Ayuntamiento que posteriormente las pasaría las factura correspondiente.
No creo que esa un gasto excesivo para el consistorio ni tampoco para los ciudadanos pero lo que si os puedo asegurar es que cuando saliéramos del pueblo, por el Parralejo, veríamos a nuestra Fuensanta convertida en un precioso PUEBLO BLANCO.