ARREGLEMOS ESTO
Hay que ver los problemas que día a día están impidiendo en nuestro país la evolución y desarrollo equilibrado y efectivo: la falta de trabajo y de bienestar de millones de compatriotas muchos de los cuales también han perdido su casa, la precariedad económica que impide a multitud de familias alimentar suficientemente a sus hijos, los políticos que son incapaces llevarnos a buen puerto y que utilizan su poder para lucrarse y para delinquir impunemente, la violencia de género que siega la vida de seres humanos sin la menor compasión, y por si fuera poco, la falta de ciudadanía y de patriotismo que lleva a algunas regiones autonómicas a pretender arrogarse una independencia que, ni les corresponde, ni se puede llevar a la práctica.
Además la población se ha vuelto multicolor, por los cientos de miles de inmigrantes que han ido llegando a nuestra tierra, en busca de mejores medios de vida, y han hecho que los problemas se vuelvan más complejos haciendo que la crisis se ensañe también con estos colectivos.
Esto es lo que ha quedado al final de un país que llegó a ser el amo del mundo, que descubrió América, un nuevo mundo, que brilló con figuras y genios internacionales en la literatura, la pintura, música, y las ciencias, a lo largo de su historia, y que le rey Felipe II llegó a decir “en mis dominios nunca se pone el sol.
Algo hemos hecho mal todos nosotros, algo de lo que todos deberíamos sentirnos responsables porque un país no es solo producto de unos políticos que van y vienen, que prometen y no cumplen, que se enriquecen a nuestra costa, porque nosotros, gracias a Dios, ahora somos los que los ponemos y los quitamos, un país lo hacen grande y glorioso o insignificante y desgraciado, sus habitantes que somos millones y que siempre deberíamos utilizar nuestro trabajo, nuestro tesón, nuestra honestidad, nuestra honradez, nuestra cultura, nuestra tradición, nuestro comportamiento cívico y social con el respeto y el orgullo que supone el cumplimiento de nuestro deber.
Así que seamos lo suficientemente capaces de demostrar a los políticos cual debe ser su forma de actuar eligiendo en las urnas el bien para todos, no el que creemos que solo lo va a hacer bien para nosotros mismos, es el bien de la nación lo que traerá el bienestar general. Dejemos a un lado, definitivamente, las rencillas, los enfrentamientos, el rencor y el odio que tanto daño nos hizo en el pasado, con aquella lucha fratricida que jamás debió existir, y afrontemos un futuro de recuperación y de éxito que nos devuelva a todos el bienestar perdido y defendamos la democracia, la verdadera y auténtica democracia, que respeta la libertad de expresión, la constitución, el Estado de Derecho, la propiedad privada y la defensa a ultranza de todo el territorio nacional.
Y no olvidemos que España será lo que nosotros queramos que sea. Arreglémoslo nosotros, está en nuestras manos.
Hay que ver los problemas que día a día están impidiendo en nuestro país la evolución y desarrollo equilibrado y efectivo: la falta de trabajo y de bienestar de millones de compatriotas muchos de los cuales también han perdido su casa, la precariedad económica que impide a multitud de familias alimentar suficientemente a sus hijos, los políticos que son incapaces llevarnos a buen puerto y que utilizan su poder para lucrarse y para delinquir impunemente, la violencia de género que siega la vida de seres humanos sin la menor compasión, y por si fuera poco, la falta de ciudadanía y de patriotismo que lleva a algunas regiones autonómicas a pretender arrogarse una independencia que, ni les corresponde, ni se puede llevar a la práctica.
Además la población se ha vuelto multicolor, por los cientos de miles de inmigrantes que han ido llegando a nuestra tierra, en busca de mejores medios de vida, y han hecho que los problemas se vuelvan más complejos haciendo que la crisis se ensañe también con estos colectivos.
Esto es lo que ha quedado al final de un país que llegó a ser el amo del mundo, que descubrió América, un nuevo mundo, que brilló con figuras y genios internacionales en la literatura, la pintura, música, y las ciencias, a lo largo de su historia, y que le rey Felipe II llegó a decir “en mis dominios nunca se pone el sol.
Algo hemos hecho mal todos nosotros, algo de lo que todos deberíamos sentirnos responsables porque un país no es solo producto de unos políticos que van y vienen, que prometen y no cumplen, que se enriquecen a nuestra costa, porque nosotros, gracias a Dios, ahora somos los que los ponemos y los quitamos, un país lo hacen grande y glorioso o insignificante y desgraciado, sus habitantes que somos millones y que siempre deberíamos utilizar nuestro trabajo, nuestro tesón, nuestra honestidad, nuestra honradez, nuestra cultura, nuestra tradición, nuestro comportamiento cívico y social con el respeto y el orgullo que supone el cumplimiento de nuestro deber.
Así que seamos lo suficientemente capaces de demostrar a los políticos cual debe ser su forma de actuar eligiendo en las urnas el bien para todos, no el que creemos que solo lo va a hacer bien para nosotros mismos, es el bien de la nación lo que traerá el bienestar general. Dejemos a un lado, definitivamente, las rencillas, los enfrentamientos, el rencor y el odio que tanto daño nos hizo en el pasado, con aquella lucha fratricida que jamás debió existir, y afrontemos un futuro de recuperación y de éxito que nos devuelva a todos el bienestar perdido y defendamos la democracia, la verdadera y auténtica democracia, que respeta la libertad de expresión, la constitución, el Estado de Derecho, la propiedad privada y la defensa a ultranza de todo el territorio nacional.
Y no olvidemos que España será lo que nosotros queramos que sea. Arreglémoslo nosotros, está en nuestras manos.