Pigorro.
Me gusta coleccionar palabras que ya no se dicen, y mi favorita es esta, por lo que significa, para quien no la conozca se decía pigorro al chaval de once a quince años que hacia tareas de verano ayudando a las cuadrillas de segadores; llevándoles a las tierras montado en un burríto, la comida, hacer gavillas, trillar y alguna cosa mas, hay que tener en cuenta que estas tareas empezaban al amanecer, y los rigores del verano en Castilla.
El otro día hablando con un señor de mi pueblo, de 94 años de edad, que nadie lo diría por su aspecto, sigue montando en bicicleta. Me contaba que tenía 12 años cuando fue a trabajar a una finca muy grande que hay cerca, que eran cinco chicos de mas o menos edad, que dormían en el recinto de las mulas con el suelo de cantos, como colchón sacos de paja, pero lo peor es que había ratas, que acudían a comerse el pienso. cuenta que se les ocurrió para alejar a estas compañeras tan desagradables, sortear entre los cinco, y cada noche uno se la pasaba columpiándose, habían hecho con unas maromas pasada por una viga un columpio.
Me llamó la atención que me lo contara con una sonrisa, sin acritud; se lo dije y me contestó que "es lo que había" Desde aquí mi reconocimiento a tantos niños que hicieron trabajos de hombre.
Las niñas también tienen su historia otro día la contaré. (En fotografías antiguas voy a poner un par de ellas)
Me gusta coleccionar palabras que ya no se dicen, y mi favorita es esta, por lo que significa, para quien no la conozca se decía pigorro al chaval de once a quince años que hacia tareas de verano ayudando a las cuadrillas de segadores; llevándoles a las tierras montado en un burríto, la comida, hacer gavillas, trillar y alguna cosa mas, hay que tener en cuenta que estas tareas empezaban al amanecer, y los rigores del verano en Castilla.
El otro día hablando con un señor de mi pueblo, de 94 años de edad, que nadie lo diría por su aspecto, sigue montando en bicicleta. Me contaba que tenía 12 años cuando fue a trabajar a una finca muy grande que hay cerca, que eran cinco chicos de mas o menos edad, que dormían en el recinto de las mulas con el suelo de cantos, como colchón sacos de paja, pero lo peor es que había ratas, que acudían a comerse el pienso. cuenta que se les ocurrió para alejar a estas compañeras tan desagradables, sortear entre los cinco, y cada noche uno se la pasaba columpiándose, habían hecho con unas maromas pasada por una viga un columpio.
Me llamó la atención que me lo contara con una sonrisa, sin acritud; se lo dije y me contestó que "es lo que había" Desde aquí mi reconocimiento a tantos niños que hicieron trabajos de hombre.
Las niñas también tienen su historia otro día la contaré. (En fotografías antiguas voy a poner un par de ellas)
ROSALÍ. Desconocía esa palabra y la función que desempeñaba.
En cuanto a lo que el señor decía: " es lo que había". ¡Qué razón más grande!
Un saludo.
En cuanto a lo que el señor decía: " es lo que había". ¡Qué razón más grande!
Un saludo.