MIS OTROS ABUELOS.
Conocí yo a mis abuelos paternos mi abuela se llamaba Carmen y había sido la segunda mujer de mi abuelo Manuel que ya llevó a su matrimonio un hijo del matrimonio anterior de nombre Antonio, al que yo no conocí, pero si a sus hijos Antonio, Fernando, Valentín, Manuel e Ignacia. Mis abuelos tuvieron 4 hijos: Miguel,, Apolonia, Fernando y mi padre el menor Manuel. Yo recuerdo solo a mi tío Fernando, Miguel falleció antes de nacer y mi tía Apolonia falleció cuando yo era pequeño.
Mis abuelos, que eran muy mayores vivían cerca de nosotros, en la misma calle Jaén y yo solía irme con mi abuela Carmen, muchas veces, pues era mi única abuela y le tenía mucho cariño.
Recuerdo que en su casa tenía una tienda que vendía objetos de cerámica para uso doméstico como botijos, macetas, orzas, lebrillos y cántaros. Recuerdo que un día que estaba con ella me fui a subir encima de una orza para ver por ventana que daba a la Iglesia y al bajarme me escurrí, con tan mala fortuna, que la orza tenía un borde cortante de un fallo del alfarero aL vidriarla y pasarla por el horno, y me hice una taja bastante grande en la parte posterior de la pierna derecha que me dejó una cicatriz para toda la vida. La abuela pasó un rato malísimo pero solo quedó en un susto.
Mi abuela murió antes que mi abuelo y al quedarse viudo mi madre se encargó de atender al abuelo, que vivía muy cerca de nosotros, al que diariamente le traía la comida, le limpiaba la casa, la hacía la cama. Y aquí sale mi madre otra vez, atendía a su suegro, atendía a su padre, atendía a sus hijos y a su marido, no se puede dar tanto, no se puede dar más.
Después me explicaría mi padre que fue él, siendo el más pequeño de todos los hijos, el que tuvo que cuidar de sus padres, pagarle el alquiler de la casa en que vivían e incluso quien le puso la tienda les pagaba los materiales para que de la venta de los mismos fuesen sacando su sustento.
Esto sucedió así porque mi tío Miguel falleció antes de que yo naciera dejando viuda y seis hijos pequeños a los que también había que ayudar: Cármen, Ernesto, Lola, Celia, Manolo y Miguel, ya fallecidos Ernesto y Miguel. Mi tía Apolonia tanbién falleció cuando yo tenia pocos años dejando otros siete hijos: Juan, Manuel, Carmen, Ramón, Octavio, Adelína y María, Juan y Octavio ya fallecidos, tampoco podían aportar nada y mi tío Fernando que vivía en Torredonjimeno, tuvo tres hijos varones Fernando, Miguel y Juan tampoco se podía hacer cargo de ellos. De cualquier manera mis padres me dieron a mi un gran ejemplo de como hay que tratar, ayudar y cuidar a nuestros padres. Gracias a Dios nosotros también, mi hermana y yo, tratamos en todo momento de que no les faltase de nada y cuando llegó la hora de su partida esta r asistiéndolos hasta el final y procurando que murieran en su casa con el cariño de sus hijos.
La verdad es que yo tuve la gran suerte de tener unos padres maravillosos.
Todo un ejemplo para mi. Gracias papás
Conocí yo a mis abuelos paternos mi abuela se llamaba Carmen y había sido la segunda mujer de mi abuelo Manuel que ya llevó a su matrimonio un hijo del matrimonio anterior de nombre Antonio, al que yo no conocí, pero si a sus hijos Antonio, Fernando, Valentín, Manuel e Ignacia. Mis abuelos tuvieron 4 hijos: Miguel,, Apolonia, Fernando y mi padre el menor Manuel. Yo recuerdo solo a mi tío Fernando, Miguel falleció antes de nacer y mi tía Apolonia falleció cuando yo era pequeño.
Mis abuelos, que eran muy mayores vivían cerca de nosotros, en la misma calle Jaén y yo solía irme con mi abuela Carmen, muchas veces, pues era mi única abuela y le tenía mucho cariño.
Recuerdo que en su casa tenía una tienda que vendía objetos de cerámica para uso doméstico como botijos, macetas, orzas, lebrillos y cántaros. Recuerdo que un día que estaba con ella me fui a subir encima de una orza para ver por ventana que daba a la Iglesia y al bajarme me escurrí, con tan mala fortuna, que la orza tenía un borde cortante de un fallo del alfarero aL vidriarla y pasarla por el horno, y me hice una taja bastante grande en la parte posterior de la pierna derecha que me dejó una cicatriz para toda la vida. La abuela pasó un rato malísimo pero solo quedó en un susto.
Mi abuela murió antes que mi abuelo y al quedarse viudo mi madre se encargó de atender al abuelo, que vivía muy cerca de nosotros, al que diariamente le traía la comida, le limpiaba la casa, la hacía la cama. Y aquí sale mi madre otra vez, atendía a su suegro, atendía a su padre, atendía a sus hijos y a su marido, no se puede dar tanto, no se puede dar más.
Después me explicaría mi padre que fue él, siendo el más pequeño de todos los hijos, el que tuvo que cuidar de sus padres, pagarle el alquiler de la casa en que vivían e incluso quien le puso la tienda les pagaba los materiales para que de la venta de los mismos fuesen sacando su sustento.
Esto sucedió así porque mi tío Miguel falleció antes de que yo naciera dejando viuda y seis hijos pequeños a los que también había que ayudar: Cármen, Ernesto, Lola, Celia, Manolo y Miguel, ya fallecidos Ernesto y Miguel. Mi tía Apolonia tanbién falleció cuando yo tenia pocos años dejando otros siete hijos: Juan, Manuel, Carmen, Ramón, Octavio, Adelína y María, Juan y Octavio ya fallecidos, tampoco podían aportar nada y mi tío Fernando que vivía en Torredonjimeno, tuvo tres hijos varones Fernando, Miguel y Juan tampoco se podía hacer cargo de ellos. De cualquier manera mis padres me dieron a mi un gran ejemplo de como hay que tratar, ayudar y cuidar a nuestros padres. Gracias a Dios nosotros también, mi hermana y yo, tratamos en todo momento de que no les faltase de nada y cuando llegó la hora de su partida esta r asistiéndolos hasta el final y procurando que murieran en su casa con el cariño de sus hijos.
La verdad es que yo tuve la gran suerte de tener unos padres maravillosos.
Todo un ejemplo para mi. Gracias papás