Manuel que cantidad de vivencias atesorar, nunca habia...

LAS NOVELAS POR ENTREGAS

En mi infancia existían las novelas por entregas, era algo así como las que ahora ponen en televisión con la diferencia de que aquellas se repartían por las casas por capítulos, eran unos fascículos escritos que había que guardar una vez leídos porque al completar todo el serial se los llevaban y te los devolvían ya convertidos en un libro, muy gordo, en cuyas pastas se ponía el título de la obra y el nombre de su autor.
Solían ser todas ellas de historias de toreros, bandoleros, o cantantes en las que se contaban sus amoríos, sus vidas y sus sinsabores y que como eran interminables mantenían viva la atención del lector y del grupo de oyentes, familiar y a veces hasta de vecinos que venían a casa la noche que tocaba lectura de novela.

Era esto importante por lo que significaba ya que estas lecturas ayudaban a la reunión familiar y vecinal a compartir unas horas de convivencia y de charla en torno al tema de la novela o bien a acontecimientos locales de interés general. En definitiva era llevar un poco de cultura a aquellos hogares que estaban vacíos de muchas cosas y en los que la diversión era mínima ya que en muchos casos carecían hasta de radio que era entonces el único nexo de unión con el mundo exterior.

El asunto era así, venía un día a tu casa un comercial ofreciéndo el libro, te decía cuantos capítulos tenía y cuanto valía cada capítulo que ellos te traerían a casa. El pago se realizaba a la entrega del capítulo y como decía antes al final ellos se los llevaban todos y te devolvían ya aquel enorme libro, para que tu lo guardaras en la estantería.
Aquello duraba a veces verios años porque si la entrega era mensual y la supuewsta novela tenia 30 ó 40 capítulos pues el libro lo recibirías a los 3 o 4 años.

Las sesiones se celebraban después de cenar, entonces se reunía a toda la familia y también algnos amigos o familiares vecinos y uno hacía de lector, que en voz alta iba haciendo llegar la lectura a toda la concurrencia que asistía en silencio a aquel evento lleno de emoción y de sorpresa por como se iban desarrollando cada noche aquellos acontecimientos nuevos y desconocidos que se nos narraban.
Era importante porque después de la lectura, que por cierto podía pasar por varios lectores para practicar y al mismo tiempo para descanso del que la inició primero, se establecia una especie de charla o coloquio en el que cada uno exponía lo que, a él o ella, le parecia lo que había escuchado y el curso que iba tomando en cada caso tan interesante novela.

Ahora ya todo esto nos lo cuentan los periódicos, las revistas, la radio, el cine, la televisión y últimamente los teléfonos móviles, que nos tienen al cabo de la calle pero han acabado con esas reuniones familiares tan necesarias y tan fructíferas que eran las que transmitían de padres a hijos tradiciones, costumbres, sentimientos, comportamientos, que eran la base de nuestra cultura, de nuestro entendimiento con los demás y los que mantenían viva y totalmente unida a una familia.
Tal vez ahora no vendrían mal en nustras casas esas novelas por entrega.

Manuel que cantidad de vivencias atesorar, nunca habia oido hablar de este sistema de lectura, fuisteis los precursores de libro forun. En mi casa jugábamos al Parchís y nos picabamos mucho. Con la tele se ganaron cosas, se perdieron otras. Buenas noches.