NOBLES Y PLEBEYOS...

NOBLES Y PLEBEYOS

En nuestra vecina ciudad de Martos la nobleza tiene un representante desde finales del siglo XIX, al menos, con el título de Vizconde correspondiendo a una familia con apellido Contreras. He aquí el que fue VI Vizconde de Begijar siendo ese el auténtico titulo que ostentaron los sucesivos vizcondes deMartos:

“José de Contreras y Escobedo. Nació en Martos el 16 ago, 1884, y falleció en Madrid  el 28 ene. 1924, hijo de Antonio de Contreras Aranda  y de Dolores Escobedo y Contreras. Heredó el título de un tío que no tuvo descendencia.”

A lo largo de esos 133 años Martos cuenta con su Vizconde y quien ostenta el título nobiliario en la actualidad, según el B. O. E. debe ser D. Alonso Conteras de Toro.

Esta anécdota viene a demostrar que cuando se atraviesan las más elementales normas de respeto y decoro, es porque se ha producido antes una situación propicia, alimentada y permitida por los individuos que participan en la actuación, que permite borrar todo rango, diferencia de clase o de trato, igualando totalmente al noble y al plebeyo.

Serían los años 1960, y existían la clases sociales, de manera que para un “currante” era complicado el relacionarse con un “señorito” y tener acceso a un trato de tú a tú con él.
Había enMartos un hermano del entonces vizconde que le gustaba empinar el codo, se llamaba Manolo Conteras que solía venir con frecuencia a Fuensanta, al bar de Antonio el Pollo, para tomarse sus copas, y que era todo un Sr. por su rango y por sus fincas. Un buen día un muchacho de Martos que tenía novia en el pueblo coincidió con él en el bar, y como no tenía, ni coche, ni moto, para volver, decidió pedirle a Manolo que si quería llevarle con él a Martos. Así que con el mayor de los respetos se acercó a pedírselo y le dijo:
-D. MANUEL podía Vd. hacer el favor de llevarme a Martos cuando se vaya, que he venido a ver la novia y no tengo medio para volver.
- Y Manolo le contestó: No te preocupes muchacho que luego te vienes conmigo en mi coche.

Una vez obtenida la respuesta el muchacho se va al otro extremo de la barra y pide una copa. Pasa una media hora y viendo que todo seguía igual el chico le dice al señorito desde su sitio: MANUEL cuando nos vamos. Y él le responde: Ya pronto, tomamos otra copita y nos vamos.
Pasan tres cuartos de hora y ya se habían tomado ambos varias copas entonces el muchacho, ya envalentonado por el alcohol dice: MANOLILLO ya está bien, a ver si nos vamos. Y Manuel, le dice, si ya pronto nos vamos a ir. Pero la partida no llegaba nunca, y ellos seguían bebiendo con lo cual los dos estaban ya borrachos perdidos. Y en esta circunstancia el chico ya bastante enfadado le dice: F”D. Pollas “o nos vamos ya o yo me voy andando.
Esto ya parece ser que fue lo que hizo arrancar a D. Manuel y decidir irse para Martos. La verdad es que tuvieron suerte porque, en aquellas circunstancias, los dos llegaron sanos y salvos a su destino.