LA LETRA...

LA LETRA

Que no se asuste nadie si escribo que la letra ha desaparecido, porque cuando hago esto no me refiero a la letra elemento fundamental de nuestro abecedario y requisito indispensable para expresarnos por escrito, en nuestro idioma o en cualquier otro del mundo entero. Esa sigue intacta y esperando escritores y artistas que sean capaces de elevarla a su máximo esplendor aquel de nuestro Siglo de Oro.

No es esa la letra que pasó a mejor vida pero existió, durante mucho tiempo, en el panorama económico y empresarial de nuestro país. otra letra, la letra de cambio aquella que había que pagar cada 30, 60, 90, o en el más generoso de los caso, 120 días. Era la que nos quitaba el sueño unas veces porque a lo mejor nos contaba mucho poderla atender y otras, las más, cuando era el otro el que nos la devolvía porque eso significaba que eras tú quien tenias que pagar, tu propia letra, y además con los gastos bancarios correspondientes.

Era la forma general de pago que teníamos cuando comprábamos algo a plazos. Firmabas un montón de letras y el frigorífico, el televisor, o el coche era tuyo lo malo es que si no pagabas las letras llegaba el momento que te quedabas sin el aparato y sin el dinero que hubieras entregado.
Claro que los empresarios tampoco la tenían muy clara porque ellos hacían sus remesas de letras, para cada mes, y cuando llegaba su vencimiento a lo mejor venían la mayoría devueltas y la cuenta dela empresa se quedaba en números rojos.

De cualquier manera la letra era un documento de pago que permitía hacer muchos cambalaches y muchas triquiñuelas para poder utilizarla, incluso como un préstamo personal encubierto, y obtener dinero fácil,
La letra permitía que si tú no tenias fondos a su vencimiento te ponías en contacto con el remitente le abonabas los gastos y le firmabas otra nueva por el mismo importe para que él la reclamara del banco evitándose así la devolución. La letra permitía que si tu necesitabas dinero le firmabas una letra llamada de peloteo a un amigo o conocido este te daba a ti el dinero y luego cuando venía la letra la pagabas tú. Claro que si a su vencimiento no te venía bien su pago, le pagabas los gastos y él entonces te enviaba otra dándote a lo mejor 90 días más de tiempo par poder atenderla, de ahí lo del peloteo..

Ahora esto ha cambiado, existen los cheques, existen los pagarés, existen las pólizas, las hipotecas y lo más común las tarjetas de crédito pero yo creo que los bancos que siempre han sido unos usureros y unos aprovechados, por no decir algo peor, cada vez no lo han puesto más difícil y ninguno de estos documentos de pago es tan flexible, tan moldeable y si me apuráis tan generoso como la letra, con la letra hasta le metíamos algún que otro chanchullo ahora los bancos nos las dan todas en el mismo lado, vamos que hasta nos quitan el piso y después tenemos que seguir pagándoselo. Por mí viva la letra de cambio.