LA ESCOLLERA
Hay un restaurante en Estepona, muy cerca de mi casa, dentro del puerto, y justo al lado de la lonja que se llama la Escollera. Es donde yo suelo tomar mis copas del medio día y por este motivo, y por esa constante relación con sus dueños y con sus empleados, me siento no solo un cliente sino más bien uno más de la plantilla o uno más de esa gran familia. Porque he de deciros que son más de 30 personas los empleados de este magnífico y singular negocio.
Todo empezó, según me han contado, hace más de 70 años cuando un matrimonio consiguió que Puertos le dejara poner un pequeño bar para atender más que nada a los pescadores y con el tiempo y el fallecimiento de aquel Sr. sus empleados, que eran dos, con sus respectivas esposas, se hicieron cargo del alquiler del establecimiento. Estos posteriormente hicieron lo mismo y cada uno dejó a un hijo suyo a cargo de la explotación. Y hoy Charli y Jose Mari, que así se llaman, son los responsables del excelente funcionamiento del mismo.
Es un negocio un tanto atípico porque allí hay tres maneras distintas de poder comer: Una en el comedor sentado en tu mesa, o en la parte izquierda de la calle preparada para tal fin, pero para ello has de esperar primero a que te toque porque son tantos los comensales que nunca encuentras de entrada una mesa vacía. Otra en la barra y en el espacio del bar donde aprovechando unos barriles, o pequeñas mesas, siempre a modo de autoservicio tu vas pidiendo lo que quieres tomar y te lo van entregando personalmente desde la barra. Y una tercera que es desde el porche de entrada, también sirviéndote tú mismo y aprovechando otros sendos barriles como mesa vas tomando su pescaíto, sus conchas finas, sus gambas, su lubina, dorada, o sargo y como no su pata negra, que son unas sardinas adobadas y fritas que son su especialidad., además de toda clase de mariscos y de pescado.
Hasta aquí todo normal pero lo que no lo es la cantidad de personas que allí comen cada día, que yo por un simple cálculo visual, creo que serán unas 500 personas. ¿Sabe Vd. lo que es dar de comer a 500 personas? Pues mire allí quitando la cola que hay que hacer para sentarse dentro del comedor el servicio y la atención no pueden ser más rápidos y más eficientes. Allí más que trabajar lo que parece que hacen aquellos empleados es una maratón tras de la barra, con sus idas y venidas a por bebida o comida hacia la cocina, a veces da miedo verlos cruzarse unos con otros que parece que se van a chocar. Diego, Jesús, Carlos 1, Carlos 2, Alberto, Justi, y hasta treinta más con una rapidez y una pericia digna de encomio atienden a sus 500 clientes con un agrado que eso, y por supuesto su excelente materia prima, y su magnífica cocina, hacen que la gente disfrute comiendo en la Escollera, que hoy por hoy, seguro que no me equivoco, es el restaurante más importante de Estepona y uno de los más importantes de toda la Costa del Sol.
Si no estuviste nunca comiendo en la Escollera, acércate por aquí, te vas a quedar sorprendido y admirado de como se come y se disfruta en un ambiente familiar en esta casa y comprenderás por qué ellos son distintos, pero los mejores.
Hay un restaurante en Estepona, muy cerca de mi casa, dentro del puerto, y justo al lado de la lonja que se llama la Escollera. Es donde yo suelo tomar mis copas del medio día y por este motivo, y por esa constante relación con sus dueños y con sus empleados, me siento no solo un cliente sino más bien uno más de la plantilla o uno más de esa gran familia. Porque he de deciros que son más de 30 personas los empleados de este magnífico y singular negocio.
Todo empezó, según me han contado, hace más de 70 años cuando un matrimonio consiguió que Puertos le dejara poner un pequeño bar para atender más que nada a los pescadores y con el tiempo y el fallecimiento de aquel Sr. sus empleados, que eran dos, con sus respectivas esposas, se hicieron cargo del alquiler del establecimiento. Estos posteriormente hicieron lo mismo y cada uno dejó a un hijo suyo a cargo de la explotación. Y hoy Charli y Jose Mari, que así se llaman, son los responsables del excelente funcionamiento del mismo.
Es un negocio un tanto atípico porque allí hay tres maneras distintas de poder comer: Una en el comedor sentado en tu mesa, o en la parte izquierda de la calle preparada para tal fin, pero para ello has de esperar primero a que te toque porque son tantos los comensales que nunca encuentras de entrada una mesa vacía. Otra en la barra y en el espacio del bar donde aprovechando unos barriles, o pequeñas mesas, siempre a modo de autoservicio tu vas pidiendo lo que quieres tomar y te lo van entregando personalmente desde la barra. Y una tercera que es desde el porche de entrada, también sirviéndote tú mismo y aprovechando otros sendos barriles como mesa vas tomando su pescaíto, sus conchas finas, sus gambas, su lubina, dorada, o sargo y como no su pata negra, que son unas sardinas adobadas y fritas que son su especialidad., además de toda clase de mariscos y de pescado.
Hasta aquí todo normal pero lo que no lo es la cantidad de personas que allí comen cada día, que yo por un simple cálculo visual, creo que serán unas 500 personas. ¿Sabe Vd. lo que es dar de comer a 500 personas? Pues mire allí quitando la cola que hay que hacer para sentarse dentro del comedor el servicio y la atención no pueden ser más rápidos y más eficientes. Allí más que trabajar lo que parece que hacen aquellos empleados es una maratón tras de la barra, con sus idas y venidas a por bebida o comida hacia la cocina, a veces da miedo verlos cruzarse unos con otros que parece que se van a chocar. Diego, Jesús, Carlos 1, Carlos 2, Alberto, Justi, y hasta treinta más con una rapidez y una pericia digna de encomio atienden a sus 500 clientes con un agrado que eso, y por supuesto su excelente materia prima, y su magnífica cocina, hacen que la gente disfrute comiendo en la Escollera, que hoy por hoy, seguro que no me equivoco, es el restaurante más importante de Estepona y uno de los más importantes de toda la Costa del Sol.
Si no estuviste nunca comiendo en la Escollera, acércate por aquí, te vas a quedar sorprendido y admirado de como se come y se disfruta en un ambiente familiar en esta casa y comprenderás por qué ellos son distintos, pero los mejores.