FRUTOS DE CERRO-VIENTO
EL PERO
Los peros (esas manzanas alargadas con forma de hocico de perro), es una variedad que se da en Andalucía y que tal vez en parajes más agrestes o montañosos, como la zona nuestra del Cerro- Viento.
Es esta una fruta que ahora yo no veo por ninguna parte y que tal vez esté en época de extinción, por lo menos en nuestro pueblo, donde cada vez se cultiva menos en esa zona y donde el abandono de los cultivos nos puede llevar a que desaparezcan.
Es esta una fruta exquisita, de color amarillento que yo recuerdo que llegado el otoño mi abuelo la recogía pero sin madurar, entonces no se podía comer porque estaba dura e insípida. Lo que se hacía era meterla en un troje revuelta con paja para que no rozándose unas con otras no se pudrieran y así se conservaban durante varios meses y se iban poniendo de color marrón indicado que ya estaban maduras y listas para comer.
Era la fruta que consumían para ir a la aceituna y por esta época invernal cuando entonces no existían en las tiendas nada más que naranjas y plátanos porque los supermercados no existían y Almería no había descubierto su cultivo, ni existía la importación de frutas que ahora en muchos caso es la que comemos que nos viene del extranjero.. Entonces por esta época no había tampoco ni tomates para echárselos al hoyo.
Pues ese pero de hocico de perro es toda una gozada, en sabor, en culcura, en suevidad seguro que ahí en nuestro pueblo muchos los disfrutan todavía pero yo no los he visto jamás en una frutería o en un supermercado.
EL ALBÉRCHIGO
Otra fruta típica de Fuensanta y del Cerro-Viento era el albérchigo. Es una variedad de melocotón de no mucho tamaño, de color amarillo que presentaba un tono más rosado por la parte que le daba el sol. Y que tiene un sabor extraordinario, una pulpa muy suave y un dulzor mucho más intenso y más especial que los melocotones normales. Yo creo que esto se debe a que estos árboles no se riegan, normalmente son de secano, y tanto el pero como el albaricoque deben su excelencia a ser frutos de sierra y de secano.
Mi hijo César que es un enamorado de su pueblo, de su campo, de los espárragos, las cagarrias, las setas, y hasta el olor de Fuensanta, que él dice es el mejor del mundo, siempre me puede cuando viene en vacaciones procura buscar y probar tanto los peros, como los albaricoques, cada uno en su época y para el son un exquisito manjar.
El progreso nos trae muchos adelantos y muchas comodidades pero a lo mejor también se lleva esas joyas tradicionales, en los frutos y en todos los campos, que eran propias y exclusivas de un pueblo, de una cultura, de una tradición, y eso si se pierde ya no hay progreso ni invento que te lo vuelva a recuperar.
EL PERO
Los peros (esas manzanas alargadas con forma de hocico de perro), es una variedad que se da en Andalucía y que tal vez en parajes más agrestes o montañosos, como la zona nuestra del Cerro- Viento.
Es esta una fruta que ahora yo no veo por ninguna parte y que tal vez esté en época de extinción, por lo menos en nuestro pueblo, donde cada vez se cultiva menos en esa zona y donde el abandono de los cultivos nos puede llevar a que desaparezcan.
Es esta una fruta exquisita, de color amarillento que yo recuerdo que llegado el otoño mi abuelo la recogía pero sin madurar, entonces no se podía comer porque estaba dura e insípida. Lo que se hacía era meterla en un troje revuelta con paja para que no rozándose unas con otras no se pudrieran y así se conservaban durante varios meses y se iban poniendo de color marrón indicado que ya estaban maduras y listas para comer.
Era la fruta que consumían para ir a la aceituna y por esta época invernal cuando entonces no existían en las tiendas nada más que naranjas y plátanos porque los supermercados no existían y Almería no había descubierto su cultivo, ni existía la importación de frutas que ahora en muchos caso es la que comemos que nos viene del extranjero.. Entonces por esta época no había tampoco ni tomates para echárselos al hoyo.
Pues ese pero de hocico de perro es toda una gozada, en sabor, en culcura, en suevidad seguro que ahí en nuestro pueblo muchos los disfrutan todavía pero yo no los he visto jamás en una frutería o en un supermercado.
EL ALBÉRCHIGO
Otra fruta típica de Fuensanta y del Cerro-Viento era el albérchigo. Es una variedad de melocotón de no mucho tamaño, de color amarillo que presentaba un tono más rosado por la parte que le daba el sol. Y que tiene un sabor extraordinario, una pulpa muy suave y un dulzor mucho más intenso y más especial que los melocotones normales. Yo creo que esto se debe a que estos árboles no se riegan, normalmente son de secano, y tanto el pero como el albaricoque deben su excelencia a ser frutos de sierra y de secano.
Mi hijo César que es un enamorado de su pueblo, de su campo, de los espárragos, las cagarrias, las setas, y hasta el olor de Fuensanta, que él dice es el mejor del mundo, siempre me puede cuando viene en vacaciones procura buscar y probar tanto los peros, como los albaricoques, cada uno en su época y para el son un exquisito manjar.
El progreso nos trae muchos adelantos y muchas comodidades pero a lo mejor también se lleva esas joyas tradicionales, en los frutos y en todos los campos, que eran propias y exclusivas de un pueblo, de una cultura, de una tradición, y eso si se pierde ya no hay progreso ni invento que te lo vuelva a recuperar.
Buenos días, hace muchos años por mi pueblo (salamanca) también se veían los peros, nosotros los llamábamos peruchos, los llevaban seguramente de la parte de la sierra, es verdad que son muy dulces, no hace muchos días los vi en una frutería de la zona, tan bien los alberchigos, que la palabra es de lo más original, tus escritos tan variados, me encantan, son un canto a lo cotidiano, espero que sigas compartiendo tus historias. Saludos.
En mi pueblo reciben el nombre de: PERUCOS.
En el mío perillos
cada pueblo tiene su marca desde hace muchos años. Lo cierto es que son pequeños si lo comparamos con las peras. Hay alguna pera que llega a pesar medio kilo, pero están muy ricos. Hace tiempo que no veo uno.