UNA VISITA A MARRUECOS
No es la primera vez que nosotros visitamos Marruecos. He de decir además que a mí no me hacía mucha ilusión visitar este país vecino, pero reconozco como viajero que una vez allí hay cosas que merece la pana ver porque te trasladan a otra civilización, a otras costumbres, a otros tiempos en los que nuestros antepasados hace ya siglos que vivieron.
La primera vez fue un viaje itinerante que nos llevó a recorrer las principales ciudades como Marrakech o, Tanger de este país africano en el que tomamos contacto con sus zocos, su desierto, sus pueblos bereberes, sus particulares celebraciones matrimoniales, sus costumbres, su artesanía, su gastronomía, y junto con todo ello, con un ambiente típicamente medieval, también tomas contacto con los malos olores en las calles, con las deficiencias en los water o servicios, en las viviendas, en las calles y parques, y hasta en los establecimientos de todo tipo, tiendas, bares, fábricas. Por ejemplo tu vas a ver una fabrica de piel y ves a los obreros metidos en charcas, de diversos colores elaborando las pieles con un olor irresistible, Vas por sus mercados y ver a los asnos o mulos transportando los productos llenando la calle de moñigas de heces que tienes que ir pisando, ves las carnicerías con la carne colgando al sol sin frigoríficos, ves como comen cualquier alimento no con cucharas y tenedores sino con la mano, y eso desde luego no resulta curioso pero no muy agradable.
Y si entras a un bar no puedes en muchos tomar vino o cerveza y además no ves dentro a una mujer solo marroquíes por todas partes.
Pero lo más desagradable para mi es aguantar el acoso de los comerciantes en las Medinas o calles de tiendas en las que cuando entras no cesan de buscarte, de ofrecerte, de tratar de colocarte un artículo jugando con la bajada constante del precio que primero te lo quieren cobrar a 50, para luego dejártelo a 5. Y siempre te engañan porque a la hora de pagar juegan con que no tienen cambio y como tú le pagas en euros y su moneda el dirham a tí no te sirve para nada si le das 10€ y te han de devolver nunca tienen el cambio correspondiente.
Esta última vez estuvimos poco tiempo en Casablanca y en Rabat, donde el barco del crucero atracó. Visitamos la ciudad famosa por la película de su nombre, Vimos la enorme y majestuosa mezquita de Hasan II, y sus avenidas y calles que están bastante europeizadas y que conservan sus típicos barrios Francés, y Español, que merece la pena ver.
En Rabat vimos andando todas sus callejas típicas que son una encrucijada enmarañada y difícil de transitar si no vas acompañado de un guía.
Es otro mundo, otra cultura, otra civilización que desde luego sorprende y te lleva a otros tiempos, a otra época, que ellos aún están viviendo pero que nosotros ya hace siglos que dejamos atrás. Pero que queréis que os diga, merece la pena.
No es la primera vez que nosotros visitamos Marruecos. He de decir además que a mí no me hacía mucha ilusión visitar este país vecino, pero reconozco como viajero que una vez allí hay cosas que merece la pana ver porque te trasladan a otra civilización, a otras costumbres, a otros tiempos en los que nuestros antepasados hace ya siglos que vivieron.
La primera vez fue un viaje itinerante que nos llevó a recorrer las principales ciudades como Marrakech o, Tanger de este país africano en el que tomamos contacto con sus zocos, su desierto, sus pueblos bereberes, sus particulares celebraciones matrimoniales, sus costumbres, su artesanía, su gastronomía, y junto con todo ello, con un ambiente típicamente medieval, también tomas contacto con los malos olores en las calles, con las deficiencias en los water o servicios, en las viviendas, en las calles y parques, y hasta en los establecimientos de todo tipo, tiendas, bares, fábricas. Por ejemplo tu vas a ver una fabrica de piel y ves a los obreros metidos en charcas, de diversos colores elaborando las pieles con un olor irresistible, Vas por sus mercados y ver a los asnos o mulos transportando los productos llenando la calle de moñigas de heces que tienes que ir pisando, ves las carnicerías con la carne colgando al sol sin frigoríficos, ves como comen cualquier alimento no con cucharas y tenedores sino con la mano, y eso desde luego no resulta curioso pero no muy agradable.
Y si entras a un bar no puedes en muchos tomar vino o cerveza y además no ves dentro a una mujer solo marroquíes por todas partes.
Pero lo más desagradable para mi es aguantar el acoso de los comerciantes en las Medinas o calles de tiendas en las que cuando entras no cesan de buscarte, de ofrecerte, de tratar de colocarte un artículo jugando con la bajada constante del precio que primero te lo quieren cobrar a 50, para luego dejártelo a 5. Y siempre te engañan porque a la hora de pagar juegan con que no tienen cambio y como tú le pagas en euros y su moneda el dirham a tí no te sirve para nada si le das 10€ y te han de devolver nunca tienen el cambio correspondiente.
Esta última vez estuvimos poco tiempo en Casablanca y en Rabat, donde el barco del crucero atracó. Visitamos la ciudad famosa por la película de su nombre, Vimos la enorme y majestuosa mezquita de Hasan II, y sus avenidas y calles que están bastante europeizadas y que conservan sus típicos barrios Francés, y Español, que merece la pena ver.
En Rabat vimos andando todas sus callejas típicas que son una encrucijada enmarañada y difícil de transitar si no vas acompañado de un guía.
Es otro mundo, otra cultura, otra civilización que desde luego sorprende y te lleva a otros tiempos, a otra época, que ellos aún están viviendo pero que nosotros ya hace siglos que dejamos atrás. Pero que queréis que os diga, merece la pena.
Gracias Manuel, como quien no quiere la cosa, acabo de darme una vuelta por Marruecos, yo conozco un pueblo de nombre difícil de pronunciar, conocido como el pueblo azul, Tetuán y Tánger, lo que dices de los Zocos es verdad, agobian tanto con su insistencia que terminas por no comprar, con tal de librarte de ellos.
Dentro de ese mundo mejor Túnez,
Saludos.
Dentro de ese mundo mejor Túnez,
Saludos.