El Primer Amor.
Todos hemos tenido un primer amor. Normalmente un amor secreto, un amor imposible, un amor ahogado en nuestra timidez, en nuestra inseguridad, en nuestra inexperiencia.
Pero como el amor a esa edad es tan puro, tan desinteresado, tan romántico, una mirada, una sonrisa o un simple beso, nos han hecho sentir el ser más feliz de la tierra y nos han hecho despertar a ese mundo maravilloso que supone sentirse importante para otra persona y soñar que con ella tenemos asegurada la felicidad en este mundo.
Luego suele suceder que circunstancias ajenas a nuestra voluntad, a nuestra edad, once o doce años,
un cambio de residencia, un imprevisto desencanto, una incompatibilidad de caracteres, dan al traste con ese amor platónico y entonces empezamos a sufrir el primer desencanto amoroso.
Lo que si está claro para mi es que ese primer amor deja una huella indeleble en nuestro interior y nunca podemos olvidarlo..
Yo tuve esa primera experiencia con once años, un simple beso me hizo comprender cuan maravilloso es ese sentimiento y la fuerza tan grande que produce en el ser humano. Uno se convierte en un ser nuevo, libre de muchos complejos y de muchas limitaciones propias de su corta edad.
Yo a raíz de ese gran acontecimiento sentí dentro de mi la necesidad imperiosa de plasmarlo en algo, que para mi era totalmente desconocido, unos versos que surgieron desde mi sentimiento, nunca desde el aprendizaje o el estudio.
Los conservo, como oro en paño, y son estos:
Cuando era pequeñito y en la cuna me acostaban
soñaba con angelitos que una nana me cantaban,
ahora que soy mayorcito y ya duermo en una cama
sueño con un ángel bello, que me mima, que me calma,
que da la vida a mi cuerpo y que ilumina mi alma.
Todos hemos tenido un primer amor. Normalmente un amor secreto, un amor imposible, un amor ahogado en nuestra timidez, en nuestra inseguridad, en nuestra inexperiencia.
Pero como el amor a esa edad es tan puro, tan desinteresado, tan romántico, una mirada, una sonrisa o un simple beso, nos han hecho sentir el ser más feliz de la tierra y nos han hecho despertar a ese mundo maravilloso que supone sentirse importante para otra persona y soñar que con ella tenemos asegurada la felicidad en este mundo.
Luego suele suceder que circunstancias ajenas a nuestra voluntad, a nuestra edad, once o doce años,
un cambio de residencia, un imprevisto desencanto, una incompatibilidad de caracteres, dan al traste con ese amor platónico y entonces empezamos a sufrir el primer desencanto amoroso.
Lo que si está claro para mi es que ese primer amor deja una huella indeleble en nuestro interior y nunca podemos olvidarlo..
Yo tuve esa primera experiencia con once años, un simple beso me hizo comprender cuan maravilloso es ese sentimiento y la fuerza tan grande que produce en el ser humano. Uno se convierte en un ser nuevo, libre de muchos complejos y de muchas limitaciones propias de su corta edad.
Yo a raíz de ese gran acontecimiento sentí dentro de mi la necesidad imperiosa de plasmarlo en algo, que para mi era totalmente desconocido, unos versos que surgieron desde mi sentimiento, nunca desde el aprendizaje o el estudio.
Los conservo, como oro en paño, y son estos:
Cuando era pequeñito y en la cuna me acostaban
soñaba con angelitos que una nana me cantaban,
ahora que soy mayorcito y ya duermo en una cama
sueño con un ángel bello, que me mima, que me calma,
que da la vida a mi cuerpo y que ilumina mi alma.