UN PASEO POR MI JAEN
He estado en Jaén y como no tenía muchas cosas que hacer pensé en darme una largo paseo, que a mi edad es muy necesario, pero un paseo en plan turista recorriendo el Jaén que yo viví hace ya más de 60 años, cuando estuve allí estudiando magisterio.
Metí mi coche en el aparcamiento subterráneo de la plaza de las Palmeras, hoy de la Constitución,. S y salí hacia la calle Carrera donde en aquella época estaba el famoso Teatro Cervantes, hoy desaparecido, y en sus bajos estaba el Ideal Bar de Pedro Millán que era el mejor bar que existía entonces en Jaén. Tan solo se conserva de aquella época el Conservatorio de Musica de Jaén que se encuentra en la misma acera pero un poco más arriba. Paseando por esta calle vinieron a mi los recuerdos de la importancia que entonces tenía, pues era el centro neurálgico de Jaén y ademas era el lugar de encuentro, de paseo y de ligue los domingos por la tarde, cuando se convertía en peatonal y solo paseaban por ella los novios, los jóvenes buscando pareja en su constante pasear de arriba a abajo toda la tarde. Ya comprábamos las patatas fritas de Casa Paco, nuestro paisano, que vendía en un carrillo con ruedas su hijo menor que era de mi edad y amigo mío.
Me metí por la calle Campanas en dirección a la Catedral y en la Capilla que hay en ella entré a rezar unas oraciones a la virgen. Había en los bajos un belén napolitano extraordinario que por lo visto ponen allí las monjas todos los años.
Al salir me metí hacia la calle Hurtado que era una de las calles con mejores comercios de tejidos de la capital, ya desaparecidos y me gustó porque la han mejorado en cuanto a su pavimento de tipo andaluz muy logrado. Pasé, como no, por la calle donde está la Taberna del Abuelo, famosa por su antigüedad y por las tapas tan extraordinarias que ponía, Esa calleja llena de muchos más bares te lleva a la calle Maestra, otra calle importante de entonces donde, en sus inmediaciones estaba el Instituto donde yo aprobé el bachiller.
De allí a la calle Martinez Molina otra arteria importante de los años 1950 y de allí me quedo con la Escuela de Artes y Oficios que aún permanece en sus sitio. Por allí iba yo mucho porque mi gran amigo Jeús Mendoza estudiaba también y vivía en casa de su abuela y muy cerca en una calle muy pendiente que sale a la izquierda los primos de Jesús hermanos Bonilla que también estudiaban magisterio. Luego hacia la bajando me metí en la calle San Bartolomé que era donde yo tenía mi pensión que era de un fuensanteño amigo de mi padre que vivía en Jaen. Allí en la plaza, frente a la iglesia del mismo nombre, en una gran casa que todavía existe, vivían dos chicas preciosas, que nos tenían locos a todos, eran hijas de un ingeniero alemán que era el director de la Fábrica de Cerveza el Alcazar que estaba en las inmediaciones y que todos los días cuando iba a clase pasaba por la puerta entre montones de cebada triturada, Bajando unas escalerillas, que aún existen, pasé a la calle Espartería que tenía entrada a la Plaza de Abastos y que era te comunica con la calle San Clemente donde iba yo mucho con mi amigo Manuel Pérez (Manolito), ya fallecido, a la tienda de tejidos que su padre Eduardo Pérez Burgos tenía en esa calle y allí los domingos nos íbamos a tomar unas copas del bar Cancelas, que nos las llevaba a la tienda, porque estaba al lado.
Pasé también por los Jardinillos, donde estaba la clínica de Don Fermín Palma donde paraban los taxis del pueblo que yo utilizaba. Allí sigue estando la Delegación de Hacienda de Jaén, que sigue vaciándonos los bolsillos y como tenía gana de tomas una caña me he pasado por la Bamba de Oro. que aún te sirve tu cerveza y un platito de gambas. De allí al aparcamiento y a casa habiendo recordado y revivido algunas pasajes de mi vida en Jaén de hace más de 60 años. Gracias a Dios
He estado en Jaén y como no tenía muchas cosas que hacer pensé en darme una largo paseo, que a mi edad es muy necesario, pero un paseo en plan turista recorriendo el Jaén que yo viví hace ya más de 60 años, cuando estuve allí estudiando magisterio.
Metí mi coche en el aparcamiento subterráneo de la plaza de las Palmeras, hoy de la Constitución,. S y salí hacia la calle Carrera donde en aquella época estaba el famoso Teatro Cervantes, hoy desaparecido, y en sus bajos estaba el Ideal Bar de Pedro Millán que era el mejor bar que existía entonces en Jaén. Tan solo se conserva de aquella época el Conservatorio de Musica de Jaén que se encuentra en la misma acera pero un poco más arriba. Paseando por esta calle vinieron a mi los recuerdos de la importancia que entonces tenía, pues era el centro neurálgico de Jaén y ademas era el lugar de encuentro, de paseo y de ligue los domingos por la tarde, cuando se convertía en peatonal y solo paseaban por ella los novios, los jóvenes buscando pareja en su constante pasear de arriba a abajo toda la tarde. Ya comprábamos las patatas fritas de Casa Paco, nuestro paisano, que vendía en un carrillo con ruedas su hijo menor que era de mi edad y amigo mío.
Me metí por la calle Campanas en dirección a la Catedral y en la Capilla que hay en ella entré a rezar unas oraciones a la virgen. Había en los bajos un belén napolitano extraordinario que por lo visto ponen allí las monjas todos los años.
Al salir me metí hacia la calle Hurtado que era una de las calles con mejores comercios de tejidos de la capital, ya desaparecidos y me gustó porque la han mejorado en cuanto a su pavimento de tipo andaluz muy logrado. Pasé, como no, por la calle donde está la Taberna del Abuelo, famosa por su antigüedad y por las tapas tan extraordinarias que ponía, Esa calleja llena de muchos más bares te lleva a la calle Maestra, otra calle importante de entonces donde, en sus inmediaciones estaba el Instituto donde yo aprobé el bachiller.
De allí a la calle Martinez Molina otra arteria importante de los años 1950 y de allí me quedo con la Escuela de Artes y Oficios que aún permanece en sus sitio. Por allí iba yo mucho porque mi gran amigo Jeús Mendoza estudiaba también y vivía en casa de su abuela y muy cerca en una calle muy pendiente que sale a la izquierda los primos de Jesús hermanos Bonilla que también estudiaban magisterio. Luego hacia la bajando me metí en la calle San Bartolomé que era donde yo tenía mi pensión que era de un fuensanteño amigo de mi padre que vivía en Jaen. Allí en la plaza, frente a la iglesia del mismo nombre, en una gran casa que todavía existe, vivían dos chicas preciosas, que nos tenían locos a todos, eran hijas de un ingeniero alemán que era el director de la Fábrica de Cerveza el Alcazar que estaba en las inmediaciones y que todos los días cuando iba a clase pasaba por la puerta entre montones de cebada triturada, Bajando unas escalerillas, que aún existen, pasé a la calle Espartería que tenía entrada a la Plaza de Abastos y que era te comunica con la calle San Clemente donde iba yo mucho con mi amigo Manuel Pérez (Manolito), ya fallecido, a la tienda de tejidos que su padre Eduardo Pérez Burgos tenía en esa calle y allí los domingos nos íbamos a tomar unas copas del bar Cancelas, que nos las llevaba a la tienda, porque estaba al lado.
Pasé también por los Jardinillos, donde estaba la clínica de Don Fermín Palma donde paraban los taxis del pueblo que yo utilizaba. Allí sigue estando la Delegación de Hacienda de Jaén, que sigue vaciándonos los bolsillos y como tenía gana de tomas una caña me he pasado por la Bamba de Oro. que aún te sirve tu cerveza y un platito de gambas. De allí al aparcamiento y a casa habiendo recordado y revivido algunas pasajes de mi vida en Jaén de hace más de 60 años. Gracias a Dios