LA ZAMBOMBA DE JEREZ
Todos sabemos lo que es una zambomba, ese instrumento tan original que se emplea para acompañar el cante de villancicos, en Navidad, junto con otros como la pandereta o la fricción de una botella de anís con un tenedor o cuchara.
Pues bien en ese pueblo andaluz, tan castizo y tan gitano, Jerez de la Frontera donde todo es aflamencado la zambonba o zambombada es otra cosa.
Todo se remonta a muchos años atrás cuando los gitanos por estas fechas se reunían en los patios de las corraralas, al rededor de un fuego, y se tiraban horas y horas cantando villancicos y bebiendo copitas de anís acompañadas con sus correspondientes dulces navideños, mantecados o pestiños, pues bien en Jerez, este tipo divertimento colectivo musical, lo han elevado a la categoría de arte de muchos quilates y la verdad es que allí lo bordan.
Suelen celebrar estos espectáculos en muy diversos sitios pero últimamente se están imponiendo en restaurantes de mucho movimiento, tipo carretera para celebrar eventos como bodas, banquetes, cenas de empresas, cumpleaños, en los que se sirve una opípara comida a la vez que en el transcurso de la misma los grupos gitanos que intervienen ese día nos vayan deleitando con sus villancicos tan artísticos.
Yo que soy un poquito cata caldos todavía, o sea que me gusta probarlo todo, me apunté este año para ir junto con mi Sra, a participar en una de esas zamborradas de Jerez, y creedme que ha sido todo un acierto porque el pasado domingo nos fuimos a Jerez a celebrarla y esto es lo que sucedió:
Nos fuimos por la mañana en un autobús, unas 50 personas. Llegamos a la ciudad, hacia las doce, visitamos su centro, sus monumentos, sus belenes que allí hacen concursos de ellos y son auténticas obras de arte, todas sus calles tienen unos altavoces colocados en las farolas y vas escuchando por todas partes esa música, celestial y navideña, que te eleva el ánimo y te acerca e ese nacimiento de Cristo que es el origen y el fundamento de estas fiestas cristianas tan populares en nuestra Andalucía.
A las 2 de la tarde, tras tomar alguna copa de ese extraordinario vino jerezano nos dirigimos en autobús hacia el local en el que íbamos a comer una magnífica mariscada y a escuchar y participar en esa zambomba gitana de Jerez. El local, un restaurante inmenso, yo creo que estaríamos allí unas 500 personas tenía un escenario en medio que era el lugar donde se subían los artistas, a cantar y a tocar zambomba ademas de infinidad de mesas a todo alrededor donde nos servirían la comida. El menú consistió en un primer plato con ensalada de mariscos, un segundo con un plato de embutidos, queso y jamón, y un tercero, el fuerte, con una bandeja individual que contenía medio centollo, gambas de Huelva. langostinos tigre, cigalas y mejillones, de excelente calidad y en abundancia tal que muy pocos se pudieron comer el plato y la mayoría pedimos un taper para poder llevar a casa el resto de tan opípara comida, que había sido regada con cerveza, vinos v agua a gusto del consumidor. Todo esto entre la música, el baile, y el cachondéo de aquellos gitanos jerezanos que son todos unos grandes artistas.
Después nos dieron un postre, unos mantecados, unos pestiños acompañados con varias botellas de anis el Mono para terminar la fiesta. Lo mejor de todo el precio, comida y viaje 65 € por persona.
No me negaréis que fue todo un chollo y que el ambiente puso la guinda final. Yo desde luego pienso que esta no será mi única zambomba de Jerez.
Todos sabemos lo que es una zambomba, ese instrumento tan original que se emplea para acompañar el cante de villancicos, en Navidad, junto con otros como la pandereta o la fricción de una botella de anís con un tenedor o cuchara.
Pues bien en ese pueblo andaluz, tan castizo y tan gitano, Jerez de la Frontera donde todo es aflamencado la zambonba o zambombada es otra cosa.
Todo se remonta a muchos años atrás cuando los gitanos por estas fechas se reunían en los patios de las corraralas, al rededor de un fuego, y se tiraban horas y horas cantando villancicos y bebiendo copitas de anís acompañadas con sus correspondientes dulces navideños, mantecados o pestiños, pues bien en Jerez, este tipo divertimento colectivo musical, lo han elevado a la categoría de arte de muchos quilates y la verdad es que allí lo bordan.
Suelen celebrar estos espectáculos en muy diversos sitios pero últimamente se están imponiendo en restaurantes de mucho movimiento, tipo carretera para celebrar eventos como bodas, banquetes, cenas de empresas, cumpleaños, en los que se sirve una opípara comida a la vez que en el transcurso de la misma los grupos gitanos que intervienen ese día nos vayan deleitando con sus villancicos tan artísticos.
Yo que soy un poquito cata caldos todavía, o sea que me gusta probarlo todo, me apunté este año para ir junto con mi Sra, a participar en una de esas zamborradas de Jerez, y creedme que ha sido todo un acierto porque el pasado domingo nos fuimos a Jerez a celebrarla y esto es lo que sucedió:
Nos fuimos por la mañana en un autobús, unas 50 personas. Llegamos a la ciudad, hacia las doce, visitamos su centro, sus monumentos, sus belenes que allí hacen concursos de ellos y son auténticas obras de arte, todas sus calles tienen unos altavoces colocados en las farolas y vas escuchando por todas partes esa música, celestial y navideña, que te eleva el ánimo y te acerca e ese nacimiento de Cristo que es el origen y el fundamento de estas fiestas cristianas tan populares en nuestra Andalucía.
A las 2 de la tarde, tras tomar alguna copa de ese extraordinario vino jerezano nos dirigimos en autobús hacia el local en el que íbamos a comer una magnífica mariscada y a escuchar y participar en esa zambomba gitana de Jerez. El local, un restaurante inmenso, yo creo que estaríamos allí unas 500 personas tenía un escenario en medio que era el lugar donde se subían los artistas, a cantar y a tocar zambomba ademas de infinidad de mesas a todo alrededor donde nos servirían la comida. El menú consistió en un primer plato con ensalada de mariscos, un segundo con un plato de embutidos, queso y jamón, y un tercero, el fuerte, con una bandeja individual que contenía medio centollo, gambas de Huelva. langostinos tigre, cigalas y mejillones, de excelente calidad y en abundancia tal que muy pocos se pudieron comer el plato y la mayoría pedimos un taper para poder llevar a casa el resto de tan opípara comida, que había sido regada con cerveza, vinos v agua a gusto del consumidor. Todo esto entre la música, el baile, y el cachondéo de aquellos gitanos jerezanos que son todos unos grandes artistas.
Después nos dieron un postre, unos mantecados, unos pestiños acompañados con varias botellas de anis el Mono para terminar la fiesta. Lo mejor de todo el precio, comida y viaje 65 € por persona.
No me negaréis que fue todo un chollo y que el ambiente puso la guinda final. Yo desde luego pienso que esta no será mi única zambomba de Jerez.