Y DESPUÉS QUE PASARÁ...

Y DESPUÉS QUE PASARÁ

Acabo de venir de andar y observo que esto del virus, que todavía lo tenemos encima, y que no sabemos como nos lo podremos hacer desaparecer, no ha dejado, y nos dejará más adelante, tocados, pero bien tocados, y quiera Dios que no hundidos.

Ya hemos atravesado aquí en Málaga, dos semanas en fase uno, y mañana entraremos en fase dos, pero aquí se ha observado el daño que este maldito enemigo nos ha traído y que no solo se va a conformar con llevarse, de un golpe, decenas de miles de españoles y millones de seres humanos en todo de mundo, sino que nos va a desembocar en una crisis económica que va a suponer la ruina de muchas familias, de muchos negocios, de muchas empresas como la ya anunciada d, e Nissan que nos va a producir otro dolor si nó mas fuerte psíquica o sentimentalmente, si más penoso económica y socialmente.

Aquí debajo de mi casa había una churraría que era un negocio impresionante pero ahora cunado abrió solo podía vender por una ventana para la calle y solo tres mesas en la acera. Abrieron con toda la ilusión del mundo pero a los dos días cerraron de nuevo porque les suponía pérdidas.

Un poco más abajo ya en la playa hay un chiringuito que era sin duda era uno de los negocios más boyantes de toda la costa del sol, porque daba miles de comidas diarias, con más de 40 empleados, ahora abrió solo también con las mesas separadas y alrededor del local y sigue abierto esperando a lo mejor la bonanza de la fase 2 que da más amplitud a la superficie utilizable, pero me temo, muy mucho, que ahora sigan poder teniendo tantos empleados.
Porque una cosa si que se está notando clarísimamente y es que la gente tiene miedo, miedo a la enfermedad y miedo a la situación laborar que se le presenta, y como consecuencia de no van a consumir como antes, y las ventas van a ser mínimas.

La playa, el turismo, que aquí es su mayor fuente de vida, entre los turistas extranjeros que no pueden venir, entre las prohibiciones de baños, distancias de sombrillas y de mesas en los establecimiento y el miedo, ese que todos llevamos en nuestras mascarillas, en nuestras manos y hasta en nuestro corazón apañados estamos.

Volvemos a tener que recurrir a los subsidios, a las ayudas, a subvenciones y como consecuencia a que millones de españoles tengan que ser atendidos para evitar que pasen hambre, que muchos pobres ya la están pasando y que habrá todavía quienes por desgracia no puedan ser atendidos.
Y cual será el futuro, de las pensiones, de los funcionarios, de los autónomos, de los despedidos de las grandes empresas y de las fábricas. El gobierno hace lo que puede, Europa nos va a prestar muchos millones, pero esto hay que pagarlo después,

Tenemos que ponerlos en marcha con mucho empeño, con muchas ganas y con el convencimiento de que somos nosotros, todos nosotros, los que podemos y tenemos que vencer, cuanto antes, al puto virus este y a la economía porque nos va en ello la vida y también la seguridad, la paz, el bienestar y la felicidad perdida, Y para los que seamos creyentes, además, que Dios nos ayude y nos proteja.