VIAJE A MALLORCA
Es Mallorca la más grande de las Islas Baleares, para mí la más importante aunque en esto hay quien prefiere a Ibiza o Menorca, las tres bellas y turísticamente hablando un magnífico destino para pasar unos días de vacaciones.
Para mi lo más especial de Mallorca son sus calas, que al ser más extensa tiene muchas más que las demás islas y son de una gozada porque sus aguas transparentes y de un azul claro luminoso, te permiten relajarte y pasar un día maravilloso junto al mar y los chiringuitos que en ellas hay te permiten acompañar ese baño con una excelente comida.
Mallorca está muy cerca y su traslado en avión desde Málaga supone menos de una hora, cosa que a mí tan miedoso del avión me viene de perlas. Luego sus playas, sus arena, sus monumentos y su gastronomía, son otros buenos alicientes para eligíirla como destino.
Hemos ido varias veces a esta isla la primera vez por nuestra cuenta, las otras con el Imserso, eso que por desgracia ahora el dichoso virus nos ha quitado, y en todas ellas lo hemos pasado estupendo.
Es recomendable allí alquilar un coche para poderte mover a tu antojo por todos lados, porque las islas por su extensión permiten en unos días recorrer todos los lugares importantes. Visitamos la Catedral de Santa María del siglo Xlll que es muy original y se encuentra en una parte alta de la ciudad que se puede ver por todos lados. también el Palacio de Marivent, donde veranean los reyes, el cabo de Formentor que es la parte más septentrional de la isla, Valldemosa donde residió y. compuso sus mejores obras el polaco Federico Chopin las playas del Arenal, Formentor y Pollensa y muchas calas de las que en los viajes por la isla íbamos encontrando
En uno de estos viajes fuí a visitar a mi gran amigo y paisano Antonio Carrillo, la Breva, que vive allí desde hace muchos años, y que allí tenía un tablao flamenco donde actuaba para sus clientes además de dar clases particulares de guitarra de lo que él es un gran profesional y un gran artista. Se alegró muchísimo, nos enseñó su casa y su negocio, luego nos fuimos a cenar a casa de su hermano menor que tenía allí un restaurante y hablamos de Fuensanta nuestro pueblo, de sus cosas, de sus gentes porque él es un fuensanteño ejemplar que todavía suele venir, cada año, a la feria de su pueblo, que quiere tanto.
Como curiosidad y anécdota en uno de esos viajes a Palma de Mallorca que es la capital de la isla, una noche en el hotel donde estábamos se me acercó una persona y me dice: No serás tú de Fuensanta. Hombre claro que si, fuensanteño de pura cepa. Y me dice pues a ver si me conoces porque hemos jugado muchas veces juntos. Y entonces fijándome bien le dí un abrazo muy fuerte y le dije: Pues claro que sí tú eres Paco. Tomé. Él me había conocido a mí según me dijo cuando estábamos bailando después de más de 60 años que hacía que no nos veíamos. Había venido de cataluña, donde vive, con su Sra. también de viaje con el Imserso.
Volvimos a Fuensanta por supuesto con un regalo de las típicas ensaimadas mallorquinas para nuestros hijos y con el grato recuerdo de haber compartido el viaje con dos fuensanteños. Es que los fuensanteños estamos en todas partes.
Es Mallorca la más grande de las Islas Baleares, para mí la más importante aunque en esto hay quien prefiere a Ibiza o Menorca, las tres bellas y turísticamente hablando un magnífico destino para pasar unos días de vacaciones.
Para mi lo más especial de Mallorca son sus calas, que al ser más extensa tiene muchas más que las demás islas y son de una gozada porque sus aguas transparentes y de un azul claro luminoso, te permiten relajarte y pasar un día maravilloso junto al mar y los chiringuitos que en ellas hay te permiten acompañar ese baño con una excelente comida.
Mallorca está muy cerca y su traslado en avión desde Málaga supone menos de una hora, cosa que a mí tan miedoso del avión me viene de perlas. Luego sus playas, sus arena, sus monumentos y su gastronomía, son otros buenos alicientes para eligíirla como destino.
Hemos ido varias veces a esta isla la primera vez por nuestra cuenta, las otras con el Imserso, eso que por desgracia ahora el dichoso virus nos ha quitado, y en todas ellas lo hemos pasado estupendo.
Es recomendable allí alquilar un coche para poderte mover a tu antojo por todos lados, porque las islas por su extensión permiten en unos días recorrer todos los lugares importantes. Visitamos la Catedral de Santa María del siglo Xlll que es muy original y se encuentra en una parte alta de la ciudad que se puede ver por todos lados. también el Palacio de Marivent, donde veranean los reyes, el cabo de Formentor que es la parte más septentrional de la isla, Valldemosa donde residió y. compuso sus mejores obras el polaco Federico Chopin las playas del Arenal, Formentor y Pollensa y muchas calas de las que en los viajes por la isla íbamos encontrando
En uno de estos viajes fuí a visitar a mi gran amigo y paisano Antonio Carrillo, la Breva, que vive allí desde hace muchos años, y que allí tenía un tablao flamenco donde actuaba para sus clientes además de dar clases particulares de guitarra de lo que él es un gran profesional y un gran artista. Se alegró muchísimo, nos enseñó su casa y su negocio, luego nos fuimos a cenar a casa de su hermano menor que tenía allí un restaurante y hablamos de Fuensanta nuestro pueblo, de sus cosas, de sus gentes porque él es un fuensanteño ejemplar que todavía suele venir, cada año, a la feria de su pueblo, que quiere tanto.
Como curiosidad y anécdota en uno de esos viajes a Palma de Mallorca que es la capital de la isla, una noche en el hotel donde estábamos se me acercó una persona y me dice: No serás tú de Fuensanta. Hombre claro que si, fuensanteño de pura cepa. Y me dice pues a ver si me conoces porque hemos jugado muchas veces juntos. Y entonces fijándome bien le dí un abrazo muy fuerte y le dije: Pues claro que sí tú eres Paco. Tomé. Él me había conocido a mí según me dijo cuando estábamos bailando después de más de 60 años que hacía que no nos veíamos. Había venido de cataluña, donde vive, con su Sra. también de viaje con el Imserso.
Volvimos a Fuensanta por supuesto con un regalo de las típicas ensaimadas mallorquinas para nuestros hijos y con el grato recuerdo de haber compartido el viaje con dos fuensanteños. Es que los fuensanteños estamos en todas partes.