UN FUENSANTEÑO HONRADO...

UN FUENSANTEÑO HONRADO
Hay personas que pasan por la vida de un pueblo y de alguna forma se hacen notar, destacan de los demás por sus peculiaridades, sus actuaciones, sus manifestaciones y su forma de entender y de afrontar su trabajo, sus gustos, sus aficiones y su propia personalidad. Y no es necesario para ello tener muchos estudios, mucha preparación, o mucho nivel económico, lo único que es necesario es ser o actuar un poco más o simplemente distinto a los demás, y sobre todo hay que ser honesto, honrado, y cabal, y actuar siempre no pensando en lo que hagan o digan otros sino en lo que uno cree que es bueno, lícito y normal.
Hoy vengo ha hablar de una persona muy conocida en nuestro pueblo, que ya no está entre nosotros, y desde su condición de humildad supo pasar por Fuensanta no desapercibido sino más bien destacado y reconocido como un hombre de bien y una persona que demostró ser un enamorado de su trabajo pero además del deporte, de la música, de la avicultura y del bricolaje, Y eso en aquella época de su juventud, años 40 y 50, no era muy normal.
Me refiero a Manuel Cabrera Ruiz (malos puntos), tío segundo mio, primo hermano de mu padre, la persona que siempre estuvo trabajando con nosotros, que fue el encargado de nuestro negocio y gozó de nuestra total confianza. Honrado a más no poder jamás nos defraudó ni dejó la menor duda de la defensa de los intereses de nuestro negocio, que él consideraba también suyo, y del cumplimiento en su puesto de trabajo que siempre lo realizó con perfección y con orgullo.
Bien pues este hombre que empezó con nosotros de arriero, llegó a ser un maestro de la fábrica de cañizo y piedra artificial, posteriormente de la fabricación de mosaicos y finalmente en los fabricados de mármol, peldaños, zócalos, fachadas etc. Pero además él era el portero del Fuensanta C. F., con casi 40 años, al mismo tiempo era músico de la banda municipal y formaba parte de la orquesta que Gaspar Barranco tenía para tocar en bodas y celebraciones. Además en sus ratos libres se dedicaba a criar canarios y hacer las jaulas que el vendía después a sus clientes hasta con el canario dentro. No me negaréis que mi pariente M. Cabrera no era un personaje importante en Fuensanta.
Nosotros lo tuvimos siempre como uno más de la casa, el tiene dos hijos Antonio y Paco que también estuvieron siempre trabajando al lado de su padre en nuestra empresa. Antonio estuvo de conductor de un camión mucho tiempo y al final se lo vendimos y se convirtió en un empresario del transporte, Paco que trabajaba en la fábrica de Mármol al jubilarse su padre se estableció en el polígono con su propia empresa que sigue dirigiendo en la actualidad y que la va estupendamente.
Vaya para los dos este recuerdo a su padre porque creo se lo merece y porque pueden estar orgullosos de que fue una gran persona y un fuensanteño ejemplar. Un abrazo.