DESDE MI ATALAYA
EL CASINO DEL PROGRESO
Hay en nuestro, pueblo desde hace muchos años, una sociedad recreativa que lleva por nombre, Casino del Progreso, ignoro la fecha de su fundación pero supongo que tiene ya más de 100 años.
Para todos los fuensanteños su nombre escueto es el Casino.
Esta sociedad en sus principios solo la formaban personas de cierto estatus social y económico, porque para entrar se hacía una selección y por votación se decidía si el nuevo socio era admitido o no. Y como en aquella época no todo el mundo disponía de una economía saneada que le permitiera dedicar unas pesetas a distracción u ocio no eran muchas las personas que se presentaban como candidatos. Otra cuestión era la discriminación política porque en aquellos años de la posguerra las cosas no estaban como para que reconciliación inmediata.
Pero los tiempos pasan, las heridas se cierran, las diferencias sociales se liman y se igualan y hoy día, desde hace ya al menos 40 años, todo el que quiere ser socio del Casino se presenta, y aunque la forma de admisión sigue siendo la misma, por votación de los socios, todo aquel que lo hace sale elegido porque ya no se rechaza a nadie.
Sin embargo el Casino ha experimentado grandes cambios desde su fundación muchos de ellos producidos por la evolución de la sociedad que ha aportado nuevas y variadas formas de diversión y de ocio y ha liberado a sociedades como el Casino a que cumplieran gran parte de este fin.
Antiguamente, en mi infancia yo recuerdo que, sobre todo en el invierno, venían artistas, los fines de semana, y las familias de los socios acudían a los espectáculos de cante, teatro o magia, que resultaban muy divertidos. Había también un servicio de bar que era gestionado por la sociedad y que después se gestionaba desde los bares que había frente al casino, para volver después a su situación actual cuando es un particular que gestiona este servicio a cambio de encargarse de la limpieza y cuidado de las instalaciones.
Era frecuente también en Navidad, Semana Santa o en verano, hacer bailes dentro del Casino, además del tradicional baile de la Plaza en la Feria, que se fue celebrando hasta la proclamación de la democracia, cuando fue el Ayuntamiento quien asumió esa responsabilidad.
Hoy día solo se disfruta en el casino, de lectura de los periódicos, de ver la televisión, de jugar a las cartas o al dominó y de tomar una copa en el bar., de la calefacción y del aire acondicionado. Ya no hay baile, y por tanto todas aquellas actividades del inicio han desaparecido porque la sociedad y el desarrollo las han asumido.
Yo fui Presidente de esta entidad, creo que en 1,975, y recuerdo muy bien que fue una fiesta tan lluviosa que para recuperar las pérdidas de los bailes la prolongamos un día más. Aquel año fue el primero que trajimos a la feria un cantante importante al baile de la Plaza que se llamaba Emilio José, un cantautor cordobés nacido en Fernan Nuñez que había ganado el Festival de la Canción de Benidorn con el tema Soledad, que se hizo muy famosa y de la que todavía se puede adquirir su disco.
A ver si los mayores se acuerdan de ella.
EL CASINO DEL PROGRESO
Hay en nuestro, pueblo desde hace muchos años, una sociedad recreativa que lleva por nombre, Casino del Progreso, ignoro la fecha de su fundación pero supongo que tiene ya más de 100 años.
Para todos los fuensanteños su nombre escueto es el Casino.
Esta sociedad en sus principios solo la formaban personas de cierto estatus social y económico, porque para entrar se hacía una selección y por votación se decidía si el nuevo socio era admitido o no. Y como en aquella época no todo el mundo disponía de una economía saneada que le permitiera dedicar unas pesetas a distracción u ocio no eran muchas las personas que se presentaban como candidatos. Otra cuestión era la discriminación política porque en aquellos años de la posguerra las cosas no estaban como para que reconciliación inmediata.
Pero los tiempos pasan, las heridas se cierran, las diferencias sociales se liman y se igualan y hoy día, desde hace ya al menos 40 años, todo el que quiere ser socio del Casino se presenta, y aunque la forma de admisión sigue siendo la misma, por votación de los socios, todo aquel que lo hace sale elegido porque ya no se rechaza a nadie.
Sin embargo el Casino ha experimentado grandes cambios desde su fundación muchos de ellos producidos por la evolución de la sociedad que ha aportado nuevas y variadas formas de diversión y de ocio y ha liberado a sociedades como el Casino a que cumplieran gran parte de este fin.
Antiguamente, en mi infancia yo recuerdo que, sobre todo en el invierno, venían artistas, los fines de semana, y las familias de los socios acudían a los espectáculos de cante, teatro o magia, que resultaban muy divertidos. Había también un servicio de bar que era gestionado por la sociedad y que después se gestionaba desde los bares que había frente al casino, para volver después a su situación actual cuando es un particular que gestiona este servicio a cambio de encargarse de la limpieza y cuidado de las instalaciones.
Era frecuente también en Navidad, Semana Santa o en verano, hacer bailes dentro del Casino, además del tradicional baile de la Plaza en la Feria, que se fue celebrando hasta la proclamación de la democracia, cuando fue el Ayuntamiento quien asumió esa responsabilidad.
Hoy día solo se disfruta en el casino, de lectura de los periódicos, de ver la televisión, de jugar a las cartas o al dominó y de tomar una copa en el bar., de la calefacción y del aire acondicionado. Ya no hay baile, y por tanto todas aquellas actividades del inicio han desaparecido porque la sociedad y el desarrollo las han asumido.
Yo fui Presidente de esta entidad, creo que en 1,975, y recuerdo muy bien que fue una fiesta tan lluviosa que para recuperar las pérdidas de los bailes la prolongamos un día más. Aquel año fue el primero que trajimos a la feria un cantante importante al baile de la Plaza que se llamaba Emilio José, un cantautor cordobés nacido en Fernan Nuñez que había ganado el Festival de la Canción de Benidorn con el tema Soledad, que se hizo muy famosa y de la que todavía se puede adquirir su disco.
A ver si los mayores se acuerdan de ella.