LOS CAMPAMENTOS...

LOS CAMPAMENTOS
Siempre han existido los campamentos de verano para que los niños abandonasen unos días, el entorno familiar, y acompañados de sus compañeros, sus amigos u otros niños de su misma edad, aprovechasen este tiempo vacacional a convivir con ellos y comprobar que ese será en un futuro su forma de vida, fuera de casa, aprendiendo de la sociedad a ser un ciudadano educado, comprensivo, tolerante, generoso bondadoso, valores esos que deberían haberle inculcado, sus padres en casa y sus educadores en los centros de estudio para poder afrontar esa vida como hombres y mujeres preparados y responsables que, entre todos, conformen una sociedad de bienestar y de entendimiento que les permita encontrar la calma, el orden y la felicidad. dentro de ella.
Esto era sin duda más necesario y más frecuente en las grandes ciudades porque en los pueblos pequeños como el mío no hacía falta nosotros teníamos establecido nuestro particular campamento, en las calles, en la plaza, en el río y en la montaña que pisábamos y pateábamos, todos los días, haciendo nuestros deportes, nuestros baños o nuestras escaladas.
Pero la verdad es que los tiempos cambian, los niños ya no están tanto en la calle como antes, la informática, las tables, los móviles, las maquinistas y la televisión, han limpiado de niños nuestras calles y han hecho más útil y más precisa la ampliación de ese tipo de organizaciones o eventos que intentan recoger a nuestros hijos o nietos en estas actividades, eminentemente sociales, que harán volver a mantener esas relaciones de amistad y de afinidad para ampliar su círculo de actuación y para romper esas barreras de timidez o de falta de comunicación que a esas edades en tan frecuente en muchos niños y niñas.
Yo recuerdo que en los años 50 venían por el verano, de Jaén, a pasar unos días con nosotros de campamento, eran niños que pertenecían a lo que entonces se llamaba el hospicio, una organización gubernamental, que atendía a huérfanos y niños más necesitados. Yo hice algunas amistades con ellos que luego seguí manteniendo con ellos muchos años.
Hace unos años en Fuensanta se empezaron a hacer este tipo de campamentos que permitían que los niños se trasladaran a otros pueblos unos días, con el Párroco y jóvenes voluntarios que hacían de monitores, y se lo pasaban muy bien, se separaban de sus familias y convivían con otros niños aumentando su relación de amistad, de compañerismo y de relaciones sociales. permitiendo que estos niños vivan y duerman varios días fuera de casa, en el campo, al aire libre y comprueben que también en la calle se puede disfrutar y ser feliz un poco fuera de esos lazos de apoyo y de protección que siempre reciben de su padres.
Sería bueno que estos Campamento de Verano de Fuensanta se repitieran porque sería una magnífica manera de hacer que los niños vayan aprendiendo que en el futuro el escenario de su vida será este, la calle, el trabajo, la relaciones con otros ciudadanos de Europa y del mundo porque ya no habrá fronteras que les hagan estas siempre unidos a su pueblo o a sus padres, su futuro puede estás en otras, culturas en otros escenarios quizás a miles de kms. de distancia. Y hay que estar preparados para asumirlo.