Y ERAN NIÑOS....

Y ERAN NIÑOS.
Hoy voy a describir las tres caras distintas, que yo he conocido de la Fuente de la Negra.
La primera que era de azulejos, que tenía dos ventanales grandes y sus siete caños de agua con una imagen de la Virgen de la Fuensanta en azulejo, también, en el centro de la fachada, Era la imitación de la fachada de una casa, tenía en el lado derecho una puerta imitando la puerta de una casa y arriba unos muros y unas barandas que imitaban una terraza. Esa obra se realizo el año 1947 yo lo se porque ponía esa fecha en azulejo encima de la puerta ya indicada pero sobre todo lo se porque esa obra la realizó mi padre y yo con siete años estaba todos los días estorbando entre los materiales.
Después sobre 1970 se intentó mejorar destruyendo la que había y tratando de hacer una imitación natural del nacimiento dejando al descubierto el agua y construyendo unas paredes de piedras, más bien majanos, que resultaron ser un desastre y que el pueblo nunca aceptó.
Por último está la actual que data desde del inicio de la democracia año 1980, que asemeja una construcción griega o romana, está muy bien, con esa imagen morenita de la Virgen dentro del nacimiento y que esperemos nos dure eternamente.
Mis recuerdos de este año 1947 no se limitan sola mente a este del Fuente de la Negra hay otros hacen de este un aciago año por otras vivencias y circunstancias, mucho más penosas y terribles, que ahora os cuento.
Un recuerdo imborrable de esta etapa, quizá el mas trágico recuerdo como un mal sueño, la cantidad de ataúdes que pasaban por la carretera, en el año 47, después me explicarían en mi familia que aquellos años de la postguerra, fueron los mas difíciles, porque hubo una sequía muy grande y ello, unido al bloqueo internacional a Franco, hizo que muchas personas murieran de hambre por ingerir alimentos cocinados con plantas del campo que eran no aptas para el consumo humano. En casa teníamos una ventana que daba a la carretera y a mi mi madre me solía sentar allí, con las piernas metidas entre los hierros, para que me entretuviese viendo lo que pasaba por la carretera y por el río que estaba al lado. Y yo recuerdo que había días que pasaban cinco o seis ataúdes y a mi me llamaba la atención que unos eran negros y otros blancos. Después supe que los blancos correspondían a niños, como yo, que eran totalmente inocentes y que aquella situación de hambre, de necesidad, y de desesperación se los llevó impunemente.
Fue este por tanto el año de la Fuente de la Negra, pero el año del hambre de la ignominia y del horror porque murieron injustamente muchas personas, murieron de hambre, pero es que además muchas de ellos eran niños.