LA PRIMERA COMUNIÓN
Es la primera comunión, para todos los niños católicos, uno de los actos más maravillosos de su infancia porque supone un cúmulo de sensaciones socio-religiosas que le empiezan a poner en contacto con su religión, con los preceptos y normas que ella nos impone, y se les abre a un mundo en el que su inocencia, su candor y su limpieza de espíritu, le predisponga para dar amor a los demás y para mirar al prójimo como un hermano, principios fundamentales de la doctrina cristiana.
Se trata de prepararse para que el amor de Dios entre en nosotros y de esta forma estar preparados para que nosotros podamos también transmitir y dar ese mismo amor.
Todo ello se culmina con una celebración muy hermosa en la que otros niños y niñas, todos vestidos de inmaculada inocencia, se acercan al altar para que el cuerpo y la sangre de Cristo se instale en su ser e imprima un sello de discípulo y de miembro de la congregación católica universal. Todos recordamos ese día como algo grande e importante imposible de olvidar. Se congrega toda la familia, tíos y primos, que están lejos vienen a acompañarnos en tan importante acto y por supuesto que nuestros abuelos, aunque ya mayores, también son los primeros que se presentan a la iglesia.
Sería de desear que esta celebración, con sus regalos, sus invitados más íntimos, su comida especial, y sus mejores galas, fuese estrictamente familiar y a ser posible se celebrara en casa, como se hacía antiguamente, porque así el acontecimiento estaba más imbuido de amor y de religiosidad.
Pero eso en la actualidad es muy difícil de lograr porque el consumismo nos ha llevado al extremo de que una comunión es una celebración similar a una boda o a un bautizo. Se contrata un salón, se
invitan a cien o más personas y se origina un gasto tremendo que luego se intenta pagar con la dádiva que te entregan los invitados a cambio de la estampita, quitándole así todo el carácter religioso del acto y convirtiéndolo en todo un negocio lucrativo para el dueño del salón y a lo mejor bastante deficitario para la familia.
Este mes de Mayo miles y miles de comuniones se van acelebrar en nuestro país la inmensa mayoría pasaron por el salón de celebraciones, muchas de esas familias han tendrán que endeudarse para poder celebrar la primera comunión de su hijo, que en la iglesia es totalmente gratuita pero va a ser que la calle manda más en nuestras creencias que la propia comunidad religiosa. Ahora lo que ya sería un desastre es que esos niños dejaran de asistir a misa los domingos y cumplir con las obligaciones que como cristianos han adquirido en esa primera comunión, porque entonces todo habrá sido una farsa y hemos estado jugando con Dios.
Es la primera comunión, para todos los niños católicos, uno de los actos más maravillosos de su infancia porque supone un cúmulo de sensaciones socio-religiosas que le empiezan a poner en contacto con su religión, con los preceptos y normas que ella nos impone, y se les abre a un mundo en el que su inocencia, su candor y su limpieza de espíritu, le predisponga para dar amor a los demás y para mirar al prójimo como un hermano, principios fundamentales de la doctrina cristiana.
Se trata de prepararse para que el amor de Dios entre en nosotros y de esta forma estar preparados para que nosotros podamos también transmitir y dar ese mismo amor.
Todo ello se culmina con una celebración muy hermosa en la que otros niños y niñas, todos vestidos de inmaculada inocencia, se acercan al altar para que el cuerpo y la sangre de Cristo se instale en su ser e imprima un sello de discípulo y de miembro de la congregación católica universal. Todos recordamos ese día como algo grande e importante imposible de olvidar. Se congrega toda la familia, tíos y primos, que están lejos vienen a acompañarnos en tan importante acto y por supuesto que nuestros abuelos, aunque ya mayores, también son los primeros que se presentan a la iglesia.
Sería de desear que esta celebración, con sus regalos, sus invitados más íntimos, su comida especial, y sus mejores galas, fuese estrictamente familiar y a ser posible se celebrara en casa, como se hacía antiguamente, porque así el acontecimiento estaba más imbuido de amor y de religiosidad.
Pero eso en la actualidad es muy difícil de lograr porque el consumismo nos ha llevado al extremo de que una comunión es una celebración similar a una boda o a un bautizo. Se contrata un salón, se
invitan a cien o más personas y se origina un gasto tremendo que luego se intenta pagar con la dádiva que te entregan los invitados a cambio de la estampita, quitándole así todo el carácter religioso del acto y convirtiéndolo en todo un negocio lucrativo para el dueño del salón y a lo mejor bastante deficitario para la familia.
Este mes de Mayo miles y miles de comuniones se van acelebrar en nuestro país la inmensa mayoría pasaron por el salón de celebraciones, muchas de esas familias han tendrán que endeudarse para poder celebrar la primera comunión de su hijo, que en la iglesia es totalmente gratuita pero va a ser que la calle manda más en nuestras creencias que la propia comunidad religiosa. Ahora lo que ya sería un desastre es que esos niños dejaran de asistir a misa los domingos y cumplir con las obligaciones que como cristianos han adquirido en esa primera comunión, porque entonces todo habrá sido una farsa y hemos estado jugando con Dios.
Hay una canción sobre esto, en los discos dedicados
se ponía mucho para los niños/niñas.
COMO UNA BLANCA AZUCENA
LO MISMITO QUE UN JAZMIN
MI NIÑA VA HACIA LA IGLESIA
A LA IGLESIA DE SAN GIL
HA CUMPLIDO SIETE AÑOS
Y VA A RECIBIR A DIOS
MI NIÑA TOMA REZANDO
SU PRIMERA COMUNIÓN.................
QUE BONITA ESTA MI NIÑA..............
manuel
se ponía mucho para los niños/niñas.
COMO UNA BLANCA AZUCENA
LO MISMITO QUE UN JAZMIN
MI NIÑA VA HACIA LA IGLESIA
A LA IGLESIA DE SAN GIL
HA CUMPLIDO SIETE AÑOS
Y VA A RECIBIR A DIOS
MI NIÑA TOMA REZANDO
SU PRIMERA COMUNIÓN.................
QUE BONITA ESTA MI NIÑA..............
manuel