ANA MARI ESTO VA POR VOSOTROS. BESOS:
PACO BARRANCO
Tengo yo muy buenos amigos en esa vecina y gran ciudad Martos y uno de ellos, muy especial, es Paco Barranco (Chindo) que por desgracia lleva ya muchos años postrado en una silla de ruedas padeciendo una muy larga y penosa enfermedad. Yo hace ya tiempo que no lo veo y es que me da una gran pena comprobar que aquel Paco Barranco, que siempre fue, hoy permanece inerme, inactivo, inmóvil y conservando unicamente su fortaleza física a la que sigue abrazado que le permite estar todavía entre nosotros.
Y es que el que conociera a este hombre sabe cual era su actividad, su vitalidad, su capacidad de lucha y de trabajo y su carácter alegre, abierto, vitalista y amante total de los placeres de la vida que compartía generosamente con sus amigos y con su familia.
Nosotros hemos hecho con él y con Ana Mari, su esposa, muchos viajes por Europa y también por nuestro país y siempre era el dirigente de la pandilla, el era el que se encargaba de llevar en estos eventos todo lo necesario para que en el aspecto de la comida y la bebida no echásemos de menos la ausencia de los manjares hispanos allá por otros lares donde su gastronomía y sus gustos eran distintos y mucho menos apetitosos. Me acuerdo, por ejemplo como, en Roma, Venecia, Florencia, París, República Checa, Budapest o Moscú, Paco con su sombrero cordobés, la bolsa de las almendras fritas, el jamón Ibérico, el lomo y la bota de buen vino era el estandarte y reponedor de nuestras fuerzas y de nuestras alegrías.
Recuerdo también la fiesta de la Virgen de la Victoria que se celebra cada año por estas fechas en la Peña de Martos donde la imagen tiene su ermita y allí el amigo Paco, cada año, montaba su propia caseta y había de todo, gloria bendita, totalmente gratis para todos los invitados que acudiesen a ella. Montaba su bar, si barril de cerveza, su vino y licores y toda clase de tapas y aperitivos para que lo pasáramos a lo grande. Y como Paco siempre fue un buen comedor, y yo también, no puedo olvidar aquel plato que era su especialidad y que consistía en poner en una bandeja dos o tres docenas de huevos, muchos ajos y uno o dos kilos de panceta que una vez cuajado todo y frito se convertía en un manjar incomparable, aunque eso sí no exentos de miles de calorías y de colesterol. Pero bueno siempre decíamos que la Virgen de la Villa se lo merecía y que un día es un día.
Ana Mari dale a ese hombretón un abrazo muy fuerte de mi parte, di le que le sigo queriendo, recordando y considerando un gran amigo mío, y a tí que que estás demostrando que clase de persona, de esposa y de madre eres, enviarte mil besos, de Lali y míos y decirte, como creyente que eres y que somos. que tú ya te has ganado con creces uno de los lugares más privilegiados que haya en el Cielo. No dudes que Dios a ti te lo tendrá reservado.
PACO BARRANCO
Tengo yo muy buenos amigos en esa vecina y gran ciudad Martos y uno de ellos, muy especial, es Paco Barranco (Chindo) que por desgracia lleva ya muchos años postrado en una silla de ruedas padeciendo una muy larga y penosa enfermedad. Yo hace ya tiempo que no lo veo y es que me da una gran pena comprobar que aquel Paco Barranco, que siempre fue, hoy permanece inerme, inactivo, inmóvil y conservando unicamente su fortaleza física a la que sigue abrazado que le permite estar todavía entre nosotros.
Y es que el que conociera a este hombre sabe cual era su actividad, su vitalidad, su capacidad de lucha y de trabajo y su carácter alegre, abierto, vitalista y amante total de los placeres de la vida que compartía generosamente con sus amigos y con su familia.
Nosotros hemos hecho con él y con Ana Mari, su esposa, muchos viajes por Europa y también por nuestro país y siempre era el dirigente de la pandilla, el era el que se encargaba de llevar en estos eventos todo lo necesario para que en el aspecto de la comida y la bebida no echásemos de menos la ausencia de los manjares hispanos allá por otros lares donde su gastronomía y sus gustos eran distintos y mucho menos apetitosos. Me acuerdo, por ejemplo como, en Roma, Venecia, Florencia, París, República Checa, Budapest o Moscú, Paco con su sombrero cordobés, la bolsa de las almendras fritas, el jamón Ibérico, el lomo y la bota de buen vino era el estandarte y reponedor de nuestras fuerzas y de nuestras alegrías.
Recuerdo también la fiesta de la Virgen de la Victoria que se celebra cada año por estas fechas en la Peña de Martos donde la imagen tiene su ermita y allí el amigo Paco, cada año, montaba su propia caseta y había de todo, gloria bendita, totalmente gratis para todos los invitados que acudiesen a ella. Montaba su bar, si barril de cerveza, su vino y licores y toda clase de tapas y aperitivos para que lo pasáramos a lo grande. Y como Paco siempre fue un buen comedor, y yo también, no puedo olvidar aquel plato que era su especialidad y que consistía en poner en una bandeja dos o tres docenas de huevos, muchos ajos y uno o dos kilos de panceta que una vez cuajado todo y frito se convertía en un manjar incomparable, aunque eso sí no exentos de miles de calorías y de colesterol. Pero bueno siempre decíamos que la Virgen de la Villa se lo merecía y que un día es un día.
Ana Mari dale a ese hombretón un abrazo muy fuerte de mi parte, di le que le sigo queriendo, recordando y considerando un gran amigo mío, y a tí que que estás demostrando que clase de persona, de esposa y de madre eres, enviarte mil besos, de Lali y míos y decirte, como creyente que eres y que somos. que tú ya te has ganado con creces uno de los lugares más privilegiados que haya en el Cielo. No dudes que Dios a ti te lo tendrá reservado.