POR ESTAS FECHAS DE JUNIO DEL AÑO 1950, MÁS O MENOS.
Esta tarde del mes de junio, viendo una tormenta medio seca, en la Sierra de Madrid, se me vino a la memoria, una desgracia que ocurrió en la Bodega Cooperativa de La Seca, fue a principio del mes de junio, quizá haga ahora 72, años, más o menos, unos obreros de dicha cooperativa, intentaron limpiar un tino de vino de los que existen bajo el suelo. Dicho trabajo era normal, y tenían un sistema de ver si contenía dicho tino gas toxico, usando un candil encendido, si el peligro existía, la llama se apagaba, y tenían que meter fuego para eliminar dicho gas toxico, producido por los residuos del vino. Ya se habían producido en las bodegas lasecanas algún accidente mortal por las mismas causas. Pero aquel accidente me impacto, yo era un niño con muy poca edad, y mi amigo de siempre, Sixto Gutiérrez, que su padre tenía una tienda al lado de mi casa, nos comunicó lo que se comentaba en su tienda, y quedamos sin saber lo que la muerte representaba, en ir a verlo, sin tardar demasiado, en mi casa la comida era pronto, y sobre las dos de la tarde estábamos, los cuatro amigos y vecinos, en la Puerta de La Cooperativa, nos quisieron echar fuera de allí, pero ocupamos la primera fila, para ver sacarles de dentro de la Bodega, envueltos en un mantas como de color verde, de las que se usaban en el servicio militar obligatorio, dejándoles reposar, con su cabeza pegando a las ventanas de la oficina de entonces. Terminaron echándonos de la primera fila, pero sin pasar mucho tiempo, llegó el camión de Primitivo Sánchez, que se colocó marcha atrás en el muelle donde cargaban los camiones las cubas de vino de dicha Bodega Cooperativa. que desde mi infancia las vi subir por la rampa, sin esperar casi nada, les subieron a los dos hombres fallecidos en el camión, con su cabeza pegando a la cabina, y salimos corriendo calle Real abajo, para ver circular al camión, con su carga mortal encima.
Los cuatro amigos nos fuimos a nuestras casas, eran sobre las dos y media más o menos, no teníamos relojes, y desde la trasera de la casa de mis padres, que era más estrecha que ahora, hoy de mi hermano, Victoriano. Espere pacientemente, como aquel camión iba salvando los baches de dicha calle de pavimento de tierra, con aquel rugir del motor, y su carga de muerte encima.
La Calle Real, que ya entonces se llamaba de Tomas Bayón, era un silencio solo roto en aquella hora de siesta, por el dolor de la gente de mi villa.
Yo aguante aquel drama, sin saber que uno de los hijos de aquellos dos fallecidos, seria amigo hasta que emigramos los dos, cada uno a sitios diferentes.
Aquel día me marcó para mucho tiempo, ya que aquel accidente fatal, se comentaba en La Seca de vez en cuando, Un día de hace muchos años, hablando con el hermano mayor de mi amigo Antonio, llamado Santiago, le comenté este mismo relato, se le saltaron las lágrimas, y me dijo, que tenía en su cerebro algún detalle, que el mismo había visto, pero no con tanta claridad, como yo lo tenía en mi mente, ya que a él el accidente le toco pasarlo siendo muy joven.
Este accidente fue fatal, se quedaron hijos sin padre, y mujeres viudas, Tengo que decir que mi amigo Sixto, era muy decidido, y en su comercio, se ve que en aquellos años era el enterarse de todo lo bueno y malo, que pasaba por nuestro entorno. Gracias por haber tenido un amigo de la infancia tan decidido, G X Cantalapiedra.
Esta tarde del mes de junio, viendo una tormenta medio seca, en la Sierra de Madrid, se me vino a la memoria, una desgracia que ocurrió en la Bodega Cooperativa de La Seca, fue a principio del mes de junio, quizá haga ahora 72, años, más o menos, unos obreros de dicha cooperativa, intentaron limpiar un tino de vino de los que existen bajo el suelo. Dicho trabajo era normal, y tenían un sistema de ver si contenía dicho tino gas toxico, usando un candil encendido, si el peligro existía, la llama se apagaba, y tenían que meter fuego para eliminar dicho gas toxico, producido por los residuos del vino. Ya se habían producido en las bodegas lasecanas algún accidente mortal por las mismas causas. Pero aquel accidente me impacto, yo era un niño con muy poca edad, y mi amigo de siempre, Sixto Gutiérrez, que su padre tenía una tienda al lado de mi casa, nos comunicó lo que se comentaba en su tienda, y quedamos sin saber lo que la muerte representaba, en ir a verlo, sin tardar demasiado, en mi casa la comida era pronto, y sobre las dos de la tarde estábamos, los cuatro amigos y vecinos, en la Puerta de La Cooperativa, nos quisieron echar fuera de allí, pero ocupamos la primera fila, para ver sacarles de dentro de la Bodega, envueltos en un mantas como de color verde, de las que se usaban en el servicio militar obligatorio, dejándoles reposar, con su cabeza pegando a las ventanas de la oficina de entonces. Terminaron echándonos de la primera fila, pero sin pasar mucho tiempo, llegó el camión de Primitivo Sánchez, que se colocó marcha atrás en el muelle donde cargaban los camiones las cubas de vino de dicha Bodega Cooperativa. que desde mi infancia las vi subir por la rampa, sin esperar casi nada, les subieron a los dos hombres fallecidos en el camión, con su cabeza pegando a la cabina, y salimos corriendo calle Real abajo, para ver circular al camión, con su carga mortal encima.
Los cuatro amigos nos fuimos a nuestras casas, eran sobre las dos y media más o menos, no teníamos relojes, y desde la trasera de la casa de mis padres, que era más estrecha que ahora, hoy de mi hermano, Victoriano. Espere pacientemente, como aquel camión iba salvando los baches de dicha calle de pavimento de tierra, con aquel rugir del motor, y su carga de muerte encima.
La Calle Real, que ya entonces se llamaba de Tomas Bayón, era un silencio solo roto en aquella hora de siesta, por el dolor de la gente de mi villa.
Yo aguante aquel drama, sin saber que uno de los hijos de aquellos dos fallecidos, seria amigo hasta que emigramos los dos, cada uno a sitios diferentes.
Aquel día me marcó para mucho tiempo, ya que aquel accidente fatal, se comentaba en La Seca de vez en cuando, Un día de hace muchos años, hablando con el hermano mayor de mi amigo Antonio, llamado Santiago, le comenté este mismo relato, se le saltaron las lágrimas, y me dijo, que tenía en su cerebro algún detalle, que el mismo había visto, pero no con tanta claridad, como yo lo tenía en mi mente, ya que a él el accidente le toco pasarlo siendo muy joven.
Este accidente fue fatal, se quedaron hijos sin padre, y mujeres viudas, Tengo que decir que mi amigo Sixto, era muy decidido, y en su comercio, se ve que en aquellos años era el enterarse de todo lo bueno y malo, que pasaba por nuestro entorno. Gracias por haber tenido un amigo de la infancia tan decidido, G X Cantalapiedra.