LA BANDA
Uno de los recuerdos positivos de mi infancia era el de la banda de música. Teníamos una estupenda banda de música, en los años 50, que amenizaba las tardes de los domingos veraniegos con sus conciertos.
Para tal f in disponían de un tablado de madera, de dolor verde, que instalaban en la fachada de la iglesia que da al ayuntamiento y allí, uniformados más de militares que
de músicos, subía la banda a deleitarnos con sus interpretaciones.
Recuerdo al director Gaspar Barranco, su hermano Manolo que trocaba la trompeta, Eufrasio que tocaba los platillos, Torres (Avarillos) que tocaba el bombo y Rosendo que tocaba el clarinete. Había muchos más pero de sus nombres e instrumento ya no me acuerdo. De todo los nombrados solo vive Rosendo que vive en Barcelona pero que suele venir por el pueblo en verano y en fiestas y que es un buen amigo mío.
Para un pueblo como el nuestro, en aquella época era todo un lujo contar con una banda de música propia que daba sonido y alegría a las celebraciones locales y municipales que entonces se celebraban.
Porque lo que sí está claro es que aunque pequeño, en cuanto número de habitantes, siempre fue grande para otras muchas cosas.
Por aquella época un Maestro de Martos llamado D. José Olmo, insigne profesor, mi profesor, que era polifacético creó una rondalla que compuesta por fuensanteños de muy diversas edades también amenizaba las fiestas y representaciones del municipio dentro y fuera del mismo Yo formé parte de aquella rondalla tocaba un laúd y conmigo estaba Manolo Roque. esto da una idea de la diferencia de edad de los miembros de aquella rondalla. Con ella estrenamos el actual pasable himno de Fuensanta del que D. José es su autor.
Aquellos recuerdos también nos hacen traer a nuestra memoria la cosas buenas, de aquella triste época, que tan escasas eran, pero que nos sirvieron para ir endulzando las penas y las necesidades y empezar a soñar en un futuro más digno, más próspero y másFeliz, para todos
Uno de los recuerdos positivos de mi infancia era el de la banda de música. Teníamos una estupenda banda de música, en los años 50, que amenizaba las tardes de los domingos veraniegos con sus conciertos.
Para tal f in disponían de un tablado de madera, de dolor verde, que instalaban en la fachada de la iglesia que da al ayuntamiento y allí, uniformados más de militares que
de músicos, subía la banda a deleitarnos con sus interpretaciones.
Recuerdo al director Gaspar Barranco, su hermano Manolo que trocaba la trompeta, Eufrasio que tocaba los platillos, Torres (Avarillos) que tocaba el bombo y Rosendo que tocaba el clarinete. Había muchos más pero de sus nombres e instrumento ya no me acuerdo. De todo los nombrados solo vive Rosendo que vive en Barcelona pero que suele venir por el pueblo en verano y en fiestas y que es un buen amigo mío.
Para un pueblo como el nuestro, en aquella época era todo un lujo contar con una banda de música propia que daba sonido y alegría a las celebraciones locales y municipales que entonces se celebraban.
Porque lo que sí está claro es que aunque pequeño, en cuanto número de habitantes, siempre fue grande para otras muchas cosas.
Por aquella época un Maestro de Martos llamado D. José Olmo, insigne profesor, mi profesor, que era polifacético creó una rondalla que compuesta por fuensanteños de muy diversas edades también amenizaba las fiestas y representaciones del municipio dentro y fuera del mismo Yo formé parte de aquella rondalla tocaba un laúd y conmigo estaba Manolo Roque. esto da una idea de la diferencia de edad de los miembros de aquella rondalla. Con ella estrenamos el actual pasable himno de Fuensanta del que D. José es su autor.
Aquellos recuerdos también nos hacen traer a nuestra memoria la cosas buenas, de aquella triste época, que tan escasas eran, pero que nos sirvieron para ir endulzando las penas y las necesidades y empezar a soñar en un futuro más digno, más próspero y másFeliz, para todos