EN AQUEL JUEVES SANTO
Hace ahora 69, años, aquel Jueves Santo, por la mañana se trabajaba en todas partes, y las gentes de la villa cada cual estaba en su trabajo, el Sol se hacía presente sobre el ambiente, y las personas se dedicaban a sus menesteres, los niños sin tener clase en la escuela, nos dedicábamos a dar sonido a la carraca de madera, y estábamos la mayoría de los niños a la Puerta de la Orden Tercera, para recibir aquella Semana especial. Sobre las doce de la mañana, apareció unas nubes feas, y con ellas un viento frío, que pronto dejó la calle desierta, y la Orden Tercera al completo de niños. Aquel día diluvio, el agua corría por las calles al terminar la tarde, como si fueran ríos, y las gentes comentaban, han movido Los Santos, ya tenemos tiempo revuelto y agua para rato. Así fue el Viernes Santo no pudo celebrarse la procesión tradicional de todos los años, y tan sólo se dieron un vuelta por dentro del templo, entre voces castellanas que cantaban el miserere, entre grandes paradas. Era normal aquel tiempo decían la personas mayores, incluso algún cristiano de verdad decía. Cuando crucificaron a Jesucristo, dicen que la tierra tembló y que un viento con agua sacudía su cruz. Que muchos de los testigos de aquella crucifixión soltaron las frases, de decir es verdad, acaban de matar al hijo de Dios, y ahora al moverles de su lugar en la iglesia, el cielo se pone turbio y gris y el viento nos lo viene a recordar. Todas estas palabras se escuchaban entre las personas mayores, que no todas eran creyentes, aunque en aquellos años, cada uno se guardaba para dentro lo que pensaba y sentía. Más aquel Jueves Santo, parece que fue compañero de unos ocho años después, que empezó a llover y nevar sobre las doce de la mañana, y terminamos mojados al circular en bicicleta, para llegar a la Villa y poder estar en nuestra casa, para secarnos y no coger una pulmonía, Estos recuerdos parece que siguen vivos, ya que cuando se mueven los santos, el tiempo se revuelve, esperemos lo que venga sin prisa. G X Cantalapiedra.
Hace ahora 69, años, aquel Jueves Santo, por la mañana se trabajaba en todas partes, y las gentes de la villa cada cual estaba en su trabajo, el Sol se hacía presente sobre el ambiente, y las personas se dedicaban a sus menesteres, los niños sin tener clase en la escuela, nos dedicábamos a dar sonido a la carraca de madera, y estábamos la mayoría de los niños a la Puerta de la Orden Tercera, para recibir aquella Semana especial. Sobre las doce de la mañana, apareció unas nubes feas, y con ellas un viento frío, que pronto dejó la calle desierta, y la Orden Tercera al completo de niños. Aquel día diluvio, el agua corría por las calles al terminar la tarde, como si fueran ríos, y las gentes comentaban, han movido Los Santos, ya tenemos tiempo revuelto y agua para rato. Así fue el Viernes Santo no pudo celebrarse la procesión tradicional de todos los años, y tan sólo se dieron un vuelta por dentro del templo, entre voces castellanas que cantaban el miserere, entre grandes paradas. Era normal aquel tiempo decían la personas mayores, incluso algún cristiano de verdad decía. Cuando crucificaron a Jesucristo, dicen que la tierra tembló y que un viento con agua sacudía su cruz. Que muchos de los testigos de aquella crucifixión soltaron las frases, de decir es verdad, acaban de matar al hijo de Dios, y ahora al moverles de su lugar en la iglesia, el cielo se pone turbio y gris y el viento nos lo viene a recordar. Todas estas palabras se escuchaban entre las personas mayores, que no todas eran creyentes, aunque en aquellos años, cada uno se guardaba para dentro lo que pensaba y sentía. Más aquel Jueves Santo, parece que fue compañero de unos ocho años después, que empezó a llover y nevar sobre las doce de la mañana, y terminamos mojados al circular en bicicleta, para llegar a la Villa y poder estar en nuestra casa, para secarnos y no coger una pulmonía, Estos recuerdos parece que siguen vivos, ya que cuando se mueven los santos, el tiempo se revuelve, esperemos lo que venga sin prisa. G X Cantalapiedra.