PARA QUE HAYA UNA SEÑAL
Puede ser que algún día se detenga este lento caminar
no sé adónde,
Ese día serán la rama gris, la tarde seca y
el pájaro muy quieto.
Será acaso la lágrima última e inútil,
un papel olvidado sobre mi mesa
y serán también un montón de cosas
que ya no me importarán.
Estarán subrayadas las palabras
donde cito unos versos de
Neruda:
"... Si alguna vez tu pecho se detiene,
si algo deja de andar ardiendo por tus venas,
si tu voz en tu boca se va sin ser palabra,
si mis manos se olvidan de volar y se duermen...”
Yo estaré.
En todo esto que dejo y que me dejan.
En esa incertidumbre total que me define.
En un gesto trivial que me recuerde.
En mi recuerdo escondido tras mis libros,
mis cuentos y mis versos
o tras el apretado recuerdo de una noche de octubre.
Por eso ahora me confundo,
me entrevero entre calles y jardines
(antes lo hacía, ahora ya no puedo
pero algunos sin duda lo recuerdan),
entre chicos que juegan
y me olvidan,
en el manso corazón de algún amigo.
Para que mi voz no calle demasiado,
un noviembre con jazmines
habrá de recordarme.
Para que haya una señal de mí
-alguna tarde-.
dejo un poco de mí donde yo vaya.
Este poema es mío. Es decir de Cris
Puede ser que algún día se detenga este lento caminar
no sé adónde,
Ese día serán la rama gris, la tarde seca y
el pájaro muy quieto.
Será acaso la lágrima última e inútil,
un papel olvidado sobre mi mesa
y serán también un montón de cosas
que ya no me importarán.
Estarán subrayadas las palabras
donde cito unos versos de
Neruda:
"... Si alguna vez tu pecho se detiene,
si algo deja de andar ardiendo por tus venas,
si tu voz en tu boca se va sin ser palabra,
si mis manos se olvidan de volar y se duermen...”
Yo estaré.
En todo esto que dejo y que me dejan.
En esa incertidumbre total que me define.
En un gesto trivial que me recuerde.
En mi recuerdo escondido tras mis libros,
mis cuentos y mis versos
o tras el apretado recuerdo de una noche de octubre.
Por eso ahora me confundo,
me entrevero entre calles y jardines
(antes lo hacía, ahora ya no puedo
pero algunos sin duda lo recuerdan),
entre chicos que juegan
y me olvidan,
en el manso corazón de algún amigo.
Para que mi voz no calle demasiado,
un noviembre con jazmines
habrá de recordarme.
Para que haya una señal de mí
-alguna tarde-.
dejo un poco de mí donde yo vaya.
Este poema es mío. Es decir de Cris
Está publicado en mi libro DONDE HABITAN EL OLVIDO Y LA ESPERANZA