AQUELLA MILI
Ya nos hemos olvidado de la mili, pero nosotros los mayores la tuvimos que pasar.
Era una obligación de los varones, solo los varones, en aquella época, que cuando llegaban a tener 18 años eran llamados por el ejército para que obligatoriamente fuesen ha hacer la mili, o sea, a realizar en la ciudad española donde por sorteo les correspondiera un periodo de prácticas militares que le formasen para si eran necesitados por la nación, en algún conflicto bélico, tomasen las para defender a su país.
Ahora desde la lejanía y desde la evolución que se ha producido socialmente en nuestro país, desde aquellos años, yo personalmente defendería una vuelta a su puesta en funcionamiento, ahora con varones y con hembras, para que nuestra juventud aprendiera, no ya la preparación para la guerra, sino para la preparación para la vida, porque allí los enseñaban a levantarse a las 7 de la mañana, a respetar, a aguantar órdenes, a hacer mucho ejercicio, a comer rancho y a convivir con miles de jóvenes de distinta condición social y cultural y eso, para mi, eran valores que ahora la juventud, en general no aprende ni practica y que en su casa incluso no acepta si viene como indicación de sus padres. Además hoy las mujeres tendrían la misma obligación de hacerlo y ellas también podían conocer, aprender, soportar y llegado el caso defender a su país.
Yo como estudiaba pedí hacer las milicias universitarias que realicé con 23 años porque para terminar los estudios había pedido 2 años de aplazamiento. Las terminé con el grado de sargento hice los 2 campamentos de verano en Montejaque (Málaga), que está muy cerca de aquí Estepona donde vivo ahora y las prácticas de sargento en Sabiñánigo (Huesca) en los Pirineos. Y e lo pasé bomba.
Cuando mis dos hijos tuvieron la edad ya se podía evitar ir a la mili pero yo les dije que me gustaría que la hicieran y los dos cumplieron con aquella obligación.
Ya nos hemos olvidado de la mili, pero nosotros los mayores la tuvimos que pasar.
Era una obligación de los varones, solo los varones, en aquella época, que cuando llegaban a tener 18 años eran llamados por el ejército para que obligatoriamente fuesen ha hacer la mili, o sea, a realizar en la ciudad española donde por sorteo les correspondiera un periodo de prácticas militares que le formasen para si eran necesitados por la nación, en algún conflicto bélico, tomasen las para defender a su país.
Ahora desde la lejanía y desde la evolución que se ha producido socialmente en nuestro país, desde aquellos años, yo personalmente defendería una vuelta a su puesta en funcionamiento, ahora con varones y con hembras, para que nuestra juventud aprendiera, no ya la preparación para la guerra, sino para la preparación para la vida, porque allí los enseñaban a levantarse a las 7 de la mañana, a respetar, a aguantar órdenes, a hacer mucho ejercicio, a comer rancho y a convivir con miles de jóvenes de distinta condición social y cultural y eso, para mi, eran valores que ahora la juventud, en general no aprende ni practica y que en su casa incluso no acepta si viene como indicación de sus padres. Además hoy las mujeres tendrían la misma obligación de hacerlo y ellas también podían conocer, aprender, soportar y llegado el caso defender a su país.
Yo como estudiaba pedí hacer las milicias universitarias que realicé con 23 años porque para terminar los estudios había pedido 2 años de aplazamiento. Las terminé con el grado de sargento hice los 2 campamentos de verano en Montejaque (Málaga), que está muy cerca de aquí Estepona donde vivo ahora y las prácticas de sargento en Sabiñánigo (Huesca) en los Pirineos. Y e lo pasé bomba.
Cuando mis dos hijos tuvieron la edad ya se podía evitar ir a la mili pero yo les dije que me gustaría que la hicieran y los dos cumplieron con aquella obligación.