VIAJE A CUBA
Un lugar emblemático para mí fue siempre Cuba, Cuba la Perla del Caribe, que fue nuestra Cuba y que perdimos, como tantas cosas, por la desidia y en este caso también por no valorar la superioridad de nuestro enemigo los EE. UU. En mi caso también por dos razones:: una familiar, mi bisabuelo fue uno de los soldados de aquella contienda y otro político, ver la realidad de la “ hazaña” comunista de nuestro compatriota Fidel Castro.
Así que en 2008, Laly y yo, junto con los primos de ella Quisco y Carmen, de Madrid, tras diez horas de vuelo, eso que a mi me da tanto miedo, llegamos a la Habana e iniciamos un viaje que por extraño y distinto ha sido el más sorprendente de todos los que hemos realizado.
Cuba, su deteriorada estructura constructiva, edificios abandonados convertidos en un montón de escombros, junto a la belleza natural de sus playas y paisajes,, la pobreza de sus gentes que todavía comen caliente en comedores de auxilio social y mal viven con cartillas de racionamiento, unida a las virtudes de aquellas gentes, alegres, amables, pacientes, que sueñan con la ayuda de los países democráticos del exterior para sacarlos de su miseria y de su injusticia, que te lo piden por la calle entre miedo y valor, hacen que el ambiente en la sea por un lado de alegría y de satisfacción ante la maravilla que la naturaleza brinda a nuestros ojos, pero por otro la pena de ver la privación a que aquellas personas están sometidas por no poder disfrutar de una auténtica libertad que le permita vivir con las comodidades y los logros que los derechos humanos nos garantizan a nosotros.
Cuba es un lujo para los que vamos pero una pena para la mayoría de los que están allí.
Estuvimos, en Varadero, zona turística por excelencia y en esos días actuó allí Diango que hacía años que no podía entrar en el país. Estuvimos en el espectáculo y la gente de pié en una explanada al aire libre, sin sillas para sentarse, lloraron aquella noche porque consideraban que su país se estaba abriendo un poco al exterior. Pero luego cuando volvías a tu hotel comprobabas que allí los cubanos no podían entrar como turistas, que los que había eran trabajadores y eso te daba una pena muy grande.
Recorrimos todos los lugares maravillosos de aquella tierra y para lograrlo cogimos un taxista pirata, que era licenciado en economía que vivía de lo que sacaba con aquel coche viejo que tenía, sin aire acondicionado, con las puertas atadas con una cuerda y que según nos contó no podía salir de Cuba para trabajar y buscarse la vida en otros países porque el gobierno no se lo permitía. Un día nos llevó por los alrededores de la residencia de fFidel Castro, que todavía vivía, y nos advirtió, nada de bajar las ventanillas y sacar los brazos para hacer una foto, porque enseguida. vienen a por nosotros.
Allí ni hay coche nuevos, ellos tienen unos coches muy antiguos que son los que reparan y decoran a su manera, ellos están en un paraíso pero que no disfrutan y los que vamos allí disfrutamos a medias porque la ruina que se vislumbra por todos lados, país, política, personas y economía, hacen que te vengas de allí con mal sabor de boca y con la pena de ver como sufren aquellos seres que lo que merecen es una auténtica Cuba Libre., porque el hermano de FIDEL sigue los mismos pasos.
Un lugar emblemático para mí fue siempre Cuba, Cuba la Perla del Caribe, que fue nuestra Cuba y que perdimos, como tantas cosas, por la desidia y en este caso también por no valorar la superioridad de nuestro enemigo los EE. UU. En mi caso también por dos razones:: una familiar, mi bisabuelo fue uno de los soldados de aquella contienda y otro político, ver la realidad de la “ hazaña” comunista de nuestro compatriota Fidel Castro.
Así que en 2008, Laly y yo, junto con los primos de ella Quisco y Carmen, de Madrid, tras diez horas de vuelo, eso que a mi me da tanto miedo, llegamos a la Habana e iniciamos un viaje que por extraño y distinto ha sido el más sorprendente de todos los que hemos realizado.
Cuba, su deteriorada estructura constructiva, edificios abandonados convertidos en un montón de escombros, junto a la belleza natural de sus playas y paisajes,, la pobreza de sus gentes que todavía comen caliente en comedores de auxilio social y mal viven con cartillas de racionamiento, unida a las virtudes de aquellas gentes, alegres, amables, pacientes, que sueñan con la ayuda de los países democráticos del exterior para sacarlos de su miseria y de su injusticia, que te lo piden por la calle entre miedo y valor, hacen que el ambiente en la sea por un lado de alegría y de satisfacción ante la maravilla que la naturaleza brinda a nuestros ojos, pero por otro la pena de ver la privación a que aquellas personas están sometidas por no poder disfrutar de una auténtica libertad que le permita vivir con las comodidades y los logros que los derechos humanos nos garantizan a nosotros.
Cuba es un lujo para los que vamos pero una pena para la mayoría de los que están allí.
Estuvimos, en Varadero, zona turística por excelencia y en esos días actuó allí Diango que hacía años que no podía entrar en el país. Estuvimos en el espectáculo y la gente de pié en una explanada al aire libre, sin sillas para sentarse, lloraron aquella noche porque consideraban que su país se estaba abriendo un poco al exterior. Pero luego cuando volvías a tu hotel comprobabas que allí los cubanos no podían entrar como turistas, que los que había eran trabajadores y eso te daba una pena muy grande.
Recorrimos todos los lugares maravillosos de aquella tierra y para lograrlo cogimos un taxista pirata, que era licenciado en economía que vivía de lo que sacaba con aquel coche viejo que tenía, sin aire acondicionado, con las puertas atadas con una cuerda y que según nos contó no podía salir de Cuba para trabajar y buscarse la vida en otros países porque el gobierno no se lo permitía. Un día nos llevó por los alrededores de la residencia de fFidel Castro, que todavía vivía, y nos advirtió, nada de bajar las ventanillas y sacar los brazos para hacer una foto, porque enseguida. vienen a por nosotros.
Allí ni hay coche nuevos, ellos tienen unos coches muy antiguos que son los que reparan y decoran a su manera, ellos están en un paraíso pero que no disfrutan y los que vamos allí disfrutamos a medias porque la ruina que se vislumbra por todos lados, país, política, personas y economía, hacen que te vengas de allí con mal sabor de boca y con la pena de ver como sufren aquellos seres que lo que merecen es una auténtica Cuba Libre., porque el hermano de FIDEL sigue los mismos pasos.