LOS PICATOSTES
Yo recuerdo con cierta nostalgia aquellos desayunos que nos preparaba mi madre, aprovechando el pan duro de la alacena, utilizando ese aceite puro de oliva virgen, que siempre hemos disfrutado y tenido en abundancias en nuestras casas haciéndonos unos riquísimos picatostes, con azúcar o sin ella, que eran una delicia y al mismo tiempo el desayuno más económico que tan bien venía para no dañar nuestra ya esquilmada y escasa economía.
Algunos niños de ahora a lo mejor ni los conocen, sobretodo si no son de nuestra tierra donde el aceite es un alimento de lujo y no lo pueden utilizar con abundancia y con frecuencia. Pues es tan sencillo como utilizar los recortes del pan sobrante para freírlos, con aceite hirviendo, y convertirlos en unos crujientes y tostados bocaditos que nos alimentaban sobremanera y que nos permitían disfrutar de un desayuno extraordinario.
Todo esto sucede en la actualidad porque lamadres suelen trabajar fuera de casa, no tienen tiempo suficiente para dedicarse a cocinar, despacito y sin prisas, que es lo más importante para que una cocina sea de calidad y de los mejores resultados. Lo que yo no comprendo es como no hay establecimientos que se dedicaran ha introducir dentro de sus menús los picatostes para desayunar, o sea que en una churrería podrían también ampliar el número de platos con una buena ración de picatostes, porque a lo mejor sería rentable y hasta competirían con los churros o con el pitufo de jamón. Materia prima no les faltaría porque pan duro siempre hay y últimamente hasta se tira, cosa que nunca se hacía en una casa antiguamente, porque desde luego habría personas, yo por ejemplo sería una de ellas, que preferiría un buen picatoste a todo lo demás. Que le voy a hacer yo soy de Jaén y chapado a la antigua, no lo puedo ni lo quiero olvidar.
Yo recuerdo con cierta nostalgia aquellos desayunos que nos preparaba mi madre, aprovechando el pan duro de la alacena, utilizando ese aceite puro de oliva virgen, que siempre hemos disfrutado y tenido en abundancias en nuestras casas haciéndonos unos riquísimos picatostes, con azúcar o sin ella, que eran una delicia y al mismo tiempo el desayuno más económico que tan bien venía para no dañar nuestra ya esquilmada y escasa economía.
Algunos niños de ahora a lo mejor ni los conocen, sobretodo si no son de nuestra tierra donde el aceite es un alimento de lujo y no lo pueden utilizar con abundancia y con frecuencia. Pues es tan sencillo como utilizar los recortes del pan sobrante para freírlos, con aceite hirviendo, y convertirlos en unos crujientes y tostados bocaditos que nos alimentaban sobremanera y que nos permitían disfrutar de un desayuno extraordinario.
Todo esto sucede en la actualidad porque lamadres suelen trabajar fuera de casa, no tienen tiempo suficiente para dedicarse a cocinar, despacito y sin prisas, que es lo más importante para que una cocina sea de calidad y de los mejores resultados. Lo que yo no comprendo es como no hay establecimientos que se dedicaran ha introducir dentro de sus menús los picatostes para desayunar, o sea que en una churrería podrían también ampliar el número de platos con una buena ración de picatostes, porque a lo mejor sería rentable y hasta competirían con los churros o con el pitufo de jamón. Materia prima no les faltaría porque pan duro siempre hay y últimamente hasta se tira, cosa que nunca se hacía en una casa antiguamente, porque desde luego habría personas, yo por ejemplo sería una de ellas, que preferiría un buen picatoste a todo lo demás. Que le voy a hacer yo soy de Jaén y chapado a la antigua, no lo puedo ni lo quiero olvidar.