EL COLLADO COMO CENTRO
Pasar sin prisa por Soria, recorriendo sus rincones. Y guardar en la memoria muchas hermosas razones. El Collado como centro para lograr emociones, y mirar siempre hacia dentro para vivir sensaciones. Soria mirando hacia el Duero con su curva de ballesta, es tierra de ROMANCERO y lugar de mucha cuesta. Esta ciudad machadiana, que conoce bien sus versos es alegre en la mañana y más cuando son regresos. Soria tierra de pinares con sus pinos tan derechos, es de los bellos lugares donde se ven los barbechos. La Alameda de Cervantes tiene verdor floreciente, sus jardines tan constantes hacen verla reluciente. El Duero sufre ese viento, que parece desgarrado, dicen ser el sentimiento de su campo despoblado. Por los caminos sorianos siguen volando los versos, que nunca serán profanos ni suelen dejar suspensos. El Duero sigue marcando muchos versos delicados, que pueden seguir volando entre sueños encantados. Caminar por El Collado sin presumir de esta tierra, es un camino admirado que en la memoria se encierra. Quien pudiera como el Duero caminar sin grandes prisas, escuchando algún te quiero entre sus preciosas brisas. Soria nos deja lecciones que pueden cambiar la vida, y son buenas las razones de ver la ciudad erguida. G X Cantalapiedra.
Pasar sin prisa por Soria, recorriendo sus rincones. Y guardar en la memoria muchas hermosas razones. El Collado como centro para lograr emociones, y mirar siempre hacia dentro para vivir sensaciones. Soria mirando hacia el Duero con su curva de ballesta, es tierra de ROMANCERO y lugar de mucha cuesta. Esta ciudad machadiana, que conoce bien sus versos es alegre en la mañana y más cuando son regresos. Soria tierra de pinares con sus pinos tan derechos, es de los bellos lugares donde se ven los barbechos. La Alameda de Cervantes tiene verdor floreciente, sus jardines tan constantes hacen verla reluciente. El Duero sufre ese viento, que parece desgarrado, dicen ser el sentimiento de su campo despoblado. Por los caminos sorianos siguen volando los versos, que nunca serán profanos ni suelen dejar suspensos. El Duero sigue marcando muchos versos delicados, que pueden seguir volando entre sueños encantados. Caminar por El Collado sin presumir de esta tierra, es un camino admirado que en la memoria se encierra. Quien pudiera como el Duero caminar sin grandes prisas, escuchando algún te quiero entre sus preciosas brisas. Soria nos deja lecciones que pueden cambiar la vida, y son buenas las razones de ver la ciudad erguida. G X Cantalapiedra.