LLEGO UN MENDIGO JUNTO A LA MURALLA. ...

LLEGO UN MENDIGO JUNTO A LA MURALLA.
Al caer la tarde del mes de agosto, del año de 1960, el hombre aquel con sus alforjas a cuestas, viendo la muralla del Burgo de Osma en aquellos años un poco abandonada, se sentó para descansar y beber un poco de agua de su botella de cristal, el hombre había oído decir que eran las fiestas del Burgo de Osma, y el mendigo se suponía que su economía mejoraría en esas fechas, el hombre saco pan duro de sus alforjas, y con un poco de vino que tenia en una botella pequeña lo hablando, para comérselo, eran tiempos difíciles, aunque en aquellas fechas regresaban muchos inmigrantes a esos pueblos de la comarca, y las personas bajaban para hacer sus compras. Este mendigo tenía una pierna casi paralizada, que al andar se ve que la llevaba arrastras, Aquella noche el hombre durmió en la parte de la muralla que le cobijaba, y por la mañana alguien se ve que con mala sombra, le invito que se fuera de la localidad, este hombre cogió un poco de miedo, y termino marchándose a Osma, donde nadie le molesto, y sin pensarlo demasiado al día siguiente se alejo de dicha ciudad, pensando que no todo es dulzura en alguna personas, ya que en El Burgo tuvo tres personas que le amenazaron con detenerle por mendigo, Aquel hombre era imposible el poder trabajar, y entonces la seguridad social no hacía milagros, para pagar pagas de invalidez, eran muchas las personas que arrastraban esos problemas, y cada cual se defendía como mejor podía, El ser mendigo era una mala situación, y se veían arrastrados a tener que salir adelante como dios les daba a entender. Hubo pobres en aquella época que su soledad les mataba, ya que nadie se acercaba a ellos para conocer su historia, y otros muchos por falta de higiene se vieron avocados al final de su vida de mala forma, Fueron años donde los caminos eran pisados por estas personas, que nadie les quería tener cerca, ya que despedían olores desagradables, era vivir sin saber que seria de ellos al día siguiente, no era fácil entrar en lugares donde les dieron un poco de comprensión. Si las personas mayores que conocimos esos tiempos, estoy seguro de que nadie quiere recordarlos, por ser una degradación del ser humano. Ojalá no se repitan nunca esas historias. G X Cantalapiedra.