MI PRIMER BAÑO
Hace un día espléndido, luce el sol de lleno, no hace viento, hoy es el día ideal para ir a la playa, tomar un ratito el sol, y meterse en este maravilloso mar Mediterráneo, el nuestro, el que riega con sus aguas todo el sur de Europa, parte Asia y de África, siendo el mar interior más grande del mundo después del mar Caribe y que tiene su salida al Océano por el Estrecho de Gibraltar..
Esas aguas por esta parte de Málaga, Estepona, muy cerca del Estrecho, vienen mezcladas con las del Atlántico que las hace más frías, más puras, más cristalinas y transparentes, pero para mi precisamente todas estas características hacen que me produzcan una atracción irresistible, que me obliga a meterme en ellas y gozar de un momento de purificación y de lavado intenso, como si ese agua limpia y fría recorriese mi cuerpo y hasta mi alma, dándome impulso de vitalidad y de fuerza, y activando mi circulación y mis neuronas.
Así que hoy llegué a casa después del gimnasio, cogí mi bañador, mi gorra, mi silla y mi móvil, y me fui a la playa que tengo a unos 100 metros de casa. pasé por la Escollera que es el restaurante que tengo a unos 50 metros, y donde tomo mis aperitivos y Carlos, mi amigo el argentino que trabaja allí, me dice: Manuel ya va a empezar la temporada de baños. Y yo le contesté pues si hoy la comienzo y contando las inclemencias del tiempo que me harán perder algunos días, hasta el mes de Noviembre no pienso dejarlo. Eso es si no nos pasa como el año 2012 que estuvimos bañándonos hasta el 20 de Diciembre.
Para mi lo del baño, en cualquier sitio pero sobre todo en la playa, ha sido siempre uno de mis mayores placeres y la verdad es que aquél refrán tan antiguo que decía: de sesenta años para arriba no te mojes la barriga, a mí no me sirve de nada porque a mis 84 años lo practico y lo disfruto como cuando me bañaba de niño en los chilancos del río de la Virgen, nuestro río particular.
Pues allí he estado, me he encontrado la mar como ya decía y como a mi me gusta, me he metido rápido y rápido me he salido, porque el agua estaba helada, pero una vez sentidas todas esas sensaciones que antes apuntaba, me siento en mi silla, me pongo mi gorra, y los auriculares de mi móvil para escuchar Radio Olé, que es la más andaluza de las emisoras. y ya a dejar que el sol me vaya secando, me vaya un poco tostando, que esa brisa marina que te llega calme el calor solar y a disfrutar una hora de relax y de sosiego, hasta que llegue la hora de volver a casa, hacer una parada obligada en la Escollera y regresar a la hora de la comida. Esto lo hacemos todos los días Laly y yo, hoy no quiso venir porque no quería llenarse de arena y se quedó en las piscina de nuestra comunidad, pero los dos somos unos enamorados del mar y de la playa así que si Dios quiere este será un verano más de bañistas empedernidos.
Hace un día espléndido, luce el sol de lleno, no hace viento, hoy es el día ideal para ir a la playa, tomar un ratito el sol, y meterse en este maravilloso mar Mediterráneo, el nuestro, el que riega con sus aguas todo el sur de Europa, parte Asia y de África, siendo el mar interior más grande del mundo después del mar Caribe y que tiene su salida al Océano por el Estrecho de Gibraltar..
Esas aguas por esta parte de Málaga, Estepona, muy cerca del Estrecho, vienen mezcladas con las del Atlántico que las hace más frías, más puras, más cristalinas y transparentes, pero para mi precisamente todas estas características hacen que me produzcan una atracción irresistible, que me obliga a meterme en ellas y gozar de un momento de purificación y de lavado intenso, como si ese agua limpia y fría recorriese mi cuerpo y hasta mi alma, dándome impulso de vitalidad y de fuerza, y activando mi circulación y mis neuronas.
Así que hoy llegué a casa después del gimnasio, cogí mi bañador, mi gorra, mi silla y mi móvil, y me fui a la playa que tengo a unos 100 metros de casa. pasé por la Escollera que es el restaurante que tengo a unos 50 metros, y donde tomo mis aperitivos y Carlos, mi amigo el argentino que trabaja allí, me dice: Manuel ya va a empezar la temporada de baños. Y yo le contesté pues si hoy la comienzo y contando las inclemencias del tiempo que me harán perder algunos días, hasta el mes de Noviembre no pienso dejarlo. Eso es si no nos pasa como el año 2012 que estuvimos bañándonos hasta el 20 de Diciembre.
Para mi lo del baño, en cualquier sitio pero sobre todo en la playa, ha sido siempre uno de mis mayores placeres y la verdad es que aquél refrán tan antiguo que decía: de sesenta años para arriba no te mojes la barriga, a mí no me sirve de nada porque a mis 84 años lo practico y lo disfruto como cuando me bañaba de niño en los chilancos del río de la Virgen, nuestro río particular.
Pues allí he estado, me he encontrado la mar como ya decía y como a mi me gusta, me he metido rápido y rápido me he salido, porque el agua estaba helada, pero una vez sentidas todas esas sensaciones que antes apuntaba, me siento en mi silla, me pongo mi gorra, y los auriculares de mi móvil para escuchar Radio Olé, que es la más andaluza de las emisoras. y ya a dejar que el sol me vaya secando, me vaya un poco tostando, que esa brisa marina que te llega calme el calor solar y a disfrutar una hora de relax y de sosiego, hasta que llegue la hora de volver a casa, hacer una parada obligada en la Escollera y regresar a la hora de la comida. Esto lo hacemos todos los días Laly y yo, hoy no quiso venir porque no quería llenarse de arena y se quedó en las piscina de nuestra comunidad, pero los dos somos unos enamorados del mar y de la playa así que si Dios quiere este será un verano más de bañistas empedernidos.