Carlos Cano.
y Maria Dolores Pradera
Habanera
DESDE QUE ESTUVE NIÑA
EN LA HABANA
NO SE ME PUEDE OLVIDAR
TANTO CADIZ ANTE MI VENTANA
TACITA LEJANA AQUELLA
MAÑANA PUDE CONTEMPLAR
TENGO UN AMOR EN LA HABANA
EL OTRO EN ANDALUCÍA................
manuel
y Maria Dolores Pradera
Habanera
DESDE QUE ESTUVE NIÑA
EN LA HABANA
NO SE ME PUEDE OLVIDAR
TANTO CADIZ ANTE MI VENTANA
TACITA LEJANA AQUELLA
MAÑANA PUDE CONTEMPLAR
TENGO UN AMOR EN LA HABANA
EL OTRO EN ANDALUCÍA................
manuel
TACHIN bis
Había en Fuensanta un ciudadano al que le apodaban Tachín, de nombre Francisco Contreras, que no había tenido hijos, y que vivía al la calle Príncipe Felipe donde hoy se encuentra el garaje y el almacén de la papelería de mi amigo Francisco “El pollo.”que en paz descanse.
Había sido empresario y había conseguido un buen patrimonio que él se encargaba de aumentar prestando dinero a rédito a quien lo necesitaba. Eran una especie de bancos “ilegales” que con frecuencia existían por aquella época. Era dueño entre otras de una finca de la Aldea donde hoy se ubica una importante empresa del tresillo de nuestro pueblo.
Había quedado viudo y solía pasar temporadas con una hermana que vivía en Madrid., no era persona muy afable, ni muy simpática, pero a mí me apreciaba seguramente porque era amigo de mi padre y de mi familia. Tenía un defecto visible y es que empinaba bastante el codo, o sea que le daba a la bebida..
Enterado de que yo entonces era Maestro en Somaén, un pequeño pueblo de Soria, y que a menudo pasaba por Madrid me pidió que le llevara a casa de su hermana cuando subiera allí.
Accedí, más por mi padre que por mí, y allá que me lo llevo para los madriles. Nos montamos en mi Seat 600 y al llegar a Jaén y pararnos a desayunar le veo que se va directo a la barra del bar y lo primero que pide es un vaso grande vino blanco, (un 15), que era como lo llamaban.
Seguimos el viaje y el quería que parara en todos loa pueblos en Mengibar tuve que parar otra vez, al servicio otro vaso de vino, en Valdepeñas a comer, idem de idem, y ya en Ocaña, por pocas si me lo coge un coche.
Dije se acabó.
Llegamos a Madrid y yo deseando de soltar el viajero. Le pregunto: bueno Paco donde vive tu hermana y el, que ya iba como una cuba, me responde: Y yo que se, yo no me acuerdo. Imaginaros que sentí yo al oír esto. Digo y el teléfono, y él responde yo no me se él número. Desesperado me meto en Madrid, empiezo a dar vueltas, y ya harto llego a una plaza me aparco y me dice Paco. Mira aquí es, aquella casa de enfrente es la de mi hermana. Y efectivamente era allí Dios me había echado una mano porque aquello más que una casualidad fue un milagro.
Una vez soltado el paquete, con la tranquilidad que me dio aquel inesperado y feliz final, me fui para mi escuela en Somaén (Soria) y me iba diciendo nunca más se me ocurrirá a mi repetir semejante locura.
Después de este episodio Tachín cada vez que se cruzaba conmigo en Fuensanta me decía: Niño tú eres el mejor chófer que he visto en mi vida. Y yo decía para mis adentros, si no hubiera sido por Dios, que me echó una mano, todavía estaeríamos por Madrid dando vueltas.
Había en Fuensanta un ciudadano al que le apodaban Tachín, de nombre Francisco Contreras, que no había tenido hijos, y que vivía al la calle Príncipe Felipe donde hoy se encuentra el garaje y el almacén de la papelería de mi amigo Francisco “El pollo.”que en paz descanse.
Había sido empresario y había conseguido un buen patrimonio que él se encargaba de aumentar prestando dinero a rédito a quien lo necesitaba. Eran una especie de bancos “ilegales” que con frecuencia existían por aquella época. Era dueño entre otras de una finca de la Aldea donde hoy se ubica una importante empresa del tresillo de nuestro pueblo.
Había quedado viudo y solía pasar temporadas con una hermana que vivía en Madrid., no era persona muy afable, ni muy simpática, pero a mí me apreciaba seguramente porque era amigo de mi padre y de mi familia. Tenía un defecto visible y es que empinaba bastante el codo, o sea que le daba a la bebida..
Enterado de que yo entonces era Maestro en Somaén, un pequeño pueblo de Soria, y que a menudo pasaba por Madrid me pidió que le llevara a casa de su hermana cuando subiera allí.
Accedí, más por mi padre que por mí, y allá que me lo llevo para los madriles. Nos montamos en mi Seat 600 y al llegar a Jaén y pararnos a desayunar le veo que se va directo a la barra del bar y lo primero que pide es un vaso grande vino blanco, (un 15), que era como lo llamaban.
Seguimos el viaje y el quería que parara en todos loa pueblos en Mengibar tuve que parar otra vez, al servicio otro vaso de vino, en Valdepeñas a comer, idem de idem, y ya en Ocaña, por pocas si me lo coge un coche.
Dije se acabó.
Llegamos a Madrid y yo deseando de soltar el viajero. Le pregunto: bueno Paco donde vive tu hermana y el, que ya iba como una cuba, me responde: Y yo que se, yo no me acuerdo. Imaginaros que sentí yo al oír esto. Digo y el teléfono, y él responde yo no me se él número. Desesperado me meto en Madrid, empiezo a dar vueltas, y ya harto llego a una plaza me aparco y me dice Paco. Mira aquí es, aquella casa de enfrente es la de mi hermana. Y efectivamente era allí Dios me había echado una mano porque aquello más que una casualidad fue un milagro.
Una vez soltado el paquete, con la tranquilidad que me dio aquel inesperado y feliz final, me fui para mi escuela en Somaén (Soria) y me iba diciendo nunca más se me ocurrirá a mi repetir semejante locura.
Después de este episodio Tachín cada vez que se cruzaba conmigo en Fuensanta me decía: Niño tú eres el mejor chófer que he visto en mi vida. Y yo decía para mis adentros, si no hubiera sido por Dios, que me echó una mano, todavía estaeríamos por Madrid dando vueltas.