El patio andaluz
Hubo en nuestro pueblo durante muchos años un bar, salón de baile, restaurante, un poco de todo, que se llamaba “El patio andaluz.” Los de mi edad lo recordarán con cariño porque fue un local que nos brindó a lo largo de su existencia diversiones múltiples y un aire realmente andaluz de adornaba aquel paseo de la fuente, mitad paseo, mitad lavadero, que por aquella época servía de lugar ideal para refrescar las cálidas noches veraniegas con las aguas heladas de la fuente de la negra y la brisa del agua del río que discurría bajo el puente.
El fundador y propietario de aquel negocio se llamaba Fernando Águila “Aguilita” que estaba casado con una modista muy buena que se llamaba Araceli y que no tuvieron hijos pero que adoptarían después una hija de un hermano de Fernando que era barbero y que tenía muchos hijos.
Vivían en la casa que hoy es de Pepito la Rata y el patio andaluz era el solar donde hoy se levanta ese edificio de pisos, con fachada un tanto modernista, con tímida imitación el célebre Gaudí, que hay en la esquina del paseo de la Fuente y el llamado paseo de Colón donde está la farmacia.
. El local en sus inicios tenía una barra larga a la izquierda donde también se encontraba la cocina y una especie de arcos de rancio estilo andaluz, más de madera que de obra que daban aceso a todo el patio donde se instalaban las mesas y sillas y una gran pista de bailes con su escenario para las orquestas. Tenía además de la puerta de entrada por el Paseo de Colón, otr de salida por el paseo de la Fuente.
En verano que era cuando este negocio tenía más actividad solía haber baile los domingos y sobre todo en la fiestas señaladas de Semana Santa y de la Fiesta de Septiembre. Este era el baile público al que podían entrar, previo pago de su importe, todos los fuensanteños sin necesidad de ser socios, como sucedía con el Casino.
En verano era muy agradable tomar allí una copa porque la temperatura al aire libre en esa zona de nuestro pueblo era realmente envidiable. De hecho por aquella época solían venir familias de Jaén a veranear y a disfrutar del aire fresco de la Fuensanta,
Cuando había baile y música en directo el espectáculo y el ambiente eran propios de una ciudad más grande, de una ciudad de veraneo y de diversión.
Este local que permaneció en activo al menos 50 años a la muerte de su dueño haya por los años 1960 Araceli lo alquiló distintas familias que lo regentaron pero las más significativas por su permanencia en él fueron la familia de Pablo Espinosa, el Pollo y Manuel Carrillo “Cagalera”.
Pablo tenía tres hijos y una hija y estuvo muchos años al frente del Patio Andaluz que además tenía vivienda encima de la parte de la barra y estuvieron allí al menos 20 años hasta que ellos fueron mayores y se fueron a la casa que construyeron al final del Paseo de Colón donde hoy vive su nuera y sus nietos.
Manuolo Arenas estuvo allí a continuación hasta que se decidió edificar aquel solar a finales del siglo XX.
Lo que si es cierto es que su condición de local con ambiente andaluz lo tuvo plenamente con Fernando, luego fue perdiéndolo a lo largo de los años y se convirtió en un bar, o bar restaurante más del pueblo, influyó en esto la evolución de la sociedad, la televisión que al llevar los espectáculos a las casas acabó con los cines y con los bailes públicos y también, como no el cemento, porque ya no hay patos en el río, ni juncos, ni ranas, ni el levadero grande que lucía sus aguas por todo el paseo de la Fuente, ya no hay tanto frescor en los bancos de ese lugar tan entrañable y tan nuestro que es, sin duda alguna, la Fuente de la Negra.
Hubo en nuestro pueblo durante muchos años un bar, salón de baile, restaurante, un poco de todo, que se llamaba “El patio andaluz.” Los de mi edad lo recordarán con cariño porque fue un local que nos brindó a lo largo de su existencia diversiones múltiples y un aire realmente andaluz de adornaba aquel paseo de la fuente, mitad paseo, mitad lavadero, que por aquella época servía de lugar ideal para refrescar las cálidas noches veraniegas con las aguas heladas de la fuente de la negra y la brisa del agua del río que discurría bajo el puente.
El fundador y propietario de aquel negocio se llamaba Fernando Águila “Aguilita” que estaba casado con una modista muy buena que se llamaba Araceli y que no tuvieron hijos pero que adoptarían después una hija de un hermano de Fernando que era barbero y que tenía muchos hijos.
Vivían en la casa que hoy es de Pepito la Rata y el patio andaluz era el solar donde hoy se levanta ese edificio de pisos, con fachada un tanto modernista, con tímida imitación el célebre Gaudí, que hay en la esquina del paseo de la Fuente y el llamado paseo de Colón donde está la farmacia.
. El local en sus inicios tenía una barra larga a la izquierda donde también se encontraba la cocina y una especie de arcos de rancio estilo andaluz, más de madera que de obra que daban aceso a todo el patio donde se instalaban las mesas y sillas y una gran pista de bailes con su escenario para las orquestas. Tenía además de la puerta de entrada por el Paseo de Colón, otr de salida por el paseo de la Fuente.
En verano que era cuando este negocio tenía más actividad solía haber baile los domingos y sobre todo en la fiestas señaladas de Semana Santa y de la Fiesta de Septiembre. Este era el baile público al que podían entrar, previo pago de su importe, todos los fuensanteños sin necesidad de ser socios, como sucedía con el Casino.
En verano era muy agradable tomar allí una copa porque la temperatura al aire libre en esa zona de nuestro pueblo era realmente envidiable. De hecho por aquella época solían venir familias de Jaén a veranear y a disfrutar del aire fresco de la Fuensanta,
Cuando había baile y música en directo el espectáculo y el ambiente eran propios de una ciudad más grande, de una ciudad de veraneo y de diversión.
Este local que permaneció en activo al menos 50 años a la muerte de su dueño haya por los años 1960 Araceli lo alquiló distintas familias que lo regentaron pero las más significativas por su permanencia en él fueron la familia de Pablo Espinosa, el Pollo y Manuel Carrillo “Cagalera”.
Pablo tenía tres hijos y una hija y estuvo muchos años al frente del Patio Andaluz que además tenía vivienda encima de la parte de la barra y estuvieron allí al menos 20 años hasta que ellos fueron mayores y se fueron a la casa que construyeron al final del Paseo de Colón donde hoy vive su nuera y sus nietos.
Manuolo Arenas estuvo allí a continuación hasta que se decidió edificar aquel solar a finales del siglo XX.
Lo que si es cierto es que su condición de local con ambiente andaluz lo tuvo plenamente con Fernando, luego fue perdiéndolo a lo largo de los años y se convirtió en un bar, o bar restaurante más del pueblo, influyó en esto la evolución de la sociedad, la televisión que al llevar los espectáculos a las casas acabó con los cines y con los bailes públicos y también, como no el cemento, porque ya no hay patos en el río, ni juncos, ni ranas, ni el levadero grande que lucía sus aguas por todo el paseo de la Fuente, ya no hay tanto frescor en los bancos de ese lugar tan entrañable y tan nuestro que es, sin duda alguna, la Fuente de la Negra.