Ahora resulta que no disponemos de jeringuillas para vacunar. Mira que somos tontos. Las autoridades y políticos sabían que la vacuna o vacunas estaban a punto de salir. ¡Hombre! Encarga a las casas de farmacias que tiren todas las vacuna necesarias y tener de reserva. ¡Leches! Que la vacuna que me han de poner la PAGO YO. Yo pago la mía y usted la suya con nuestros impuestos.
Ángel no es extraño que esto ocurra, se gestiona tal mal todo, que no es raro que pasen estas cosas, vergonzoso.
Saludos
Saludos