DÍA -12 -4 – 2023:
DE VUELTA EN CASA:
Se terminaron las vacaciones, y bien que se nota, Madrid vuelve a estar como siempre, con sus atascos, por las mañanas es cuando más se da uno cuenta en la hora punta del trabajo, y la vuelta al colegio de los niños, pero a pesar de todo, los que llevamos toda la vida en esta ciudad tan acogedora nos sentimos muy identificados con este ambiente, bien es cierto que cuando salimos alguna ciudad pequeña nos parece que es el paraíso, sin tantos ruidos, y rodeados de naturaleza, cuando sales a dar un paseo por la orilla del río, oyendo tan solo los canticos de los pajarillos, por cierto es donde todavía quedan nuestros gorriones, no como en Madrid que nos han invadido esos pajarracos, que hacen tanto ruido, esta ciudad es El Burgo de Osma, desde el primer día me llamo la atención de lo limpia que esta, no ver ni una cagada de los perros, ni ningún papel por el suelo, ninguna colilla, por consiguiente cuando estas en un sitio que se respeta el trabajo que hacen las personas que cuidan la ciudad, nadie tira nada al suelo, eso no pasa en una ciudad grande, no sabemos o no queremos respetar a los que limpian nuestras calles, y cuando existen contenedores de obras, los trastos se dejan en los alrededores cómo si fueran la panacea para los vecinos desidiosos, que parecen decir. “Ancha es Castilla”.
ROSARIO FAJARDO BLANCO.
DE VUELTA EN CASA:
Se terminaron las vacaciones, y bien que se nota, Madrid vuelve a estar como siempre, con sus atascos, por las mañanas es cuando más se da uno cuenta en la hora punta del trabajo, y la vuelta al colegio de los niños, pero a pesar de todo, los que llevamos toda la vida en esta ciudad tan acogedora nos sentimos muy identificados con este ambiente, bien es cierto que cuando salimos alguna ciudad pequeña nos parece que es el paraíso, sin tantos ruidos, y rodeados de naturaleza, cuando sales a dar un paseo por la orilla del río, oyendo tan solo los canticos de los pajarillos, por cierto es donde todavía quedan nuestros gorriones, no como en Madrid que nos han invadido esos pajarracos, que hacen tanto ruido, esta ciudad es El Burgo de Osma, desde el primer día me llamo la atención de lo limpia que esta, no ver ni una cagada de los perros, ni ningún papel por el suelo, ninguna colilla, por consiguiente cuando estas en un sitio que se respeta el trabajo que hacen las personas que cuidan la ciudad, nadie tira nada al suelo, eso no pasa en una ciudad grande, no sabemos o no queremos respetar a los que limpian nuestras calles, y cuando existen contenedores de obras, los trastos se dejan en los alrededores cómo si fueran la panacea para los vecinos desidiosos, que parecen decir. “Ancha es Castilla”.
ROSARIO FAJARDO BLANCO.