Hay avistamientos por doquier. Los cielos del mundo están llenos de signos manifestados por los Hijos de la Luz, que, una vez más, vienen para ayudar al hombre en sus tribulaciones. Sólo los ciegos no quieren ver y los sordos no quieren oír, pero lo que ha de pasar pasará y hasta el mayor de los escépticos tendrá que convencerse.