elo y socialista vuestro carnet os delata sois de estomago agradecido.
Soy socialista porque quiero vivir en un país libre democrático y solidario, un compromiso que me lleva a tener la ambición necesaria para luchar desde un compromiso político a hacerlo realidad.
En este camino recorrido he tenido la oportunidad de conocer a personas integras en un amplio sentido de la palabra, otras no tanto, a estas es mejor dejarlas por el camino, de las primeras he procurado aprender lo mejor.
He compartido con muchos militantes y compañeros de los que aprendí lo fundamental, la lealtad básica a unos principios y a una cultura para alcanzar la emancipación de las personas.
Pienso que un hombre o mujer debe vivir comprometido con los problemas de su época. El individualismo es muy atractivo, pero acaba siendo insuficiente. A fin de cuentas, uno siente la necesidad de participar, opinar, discutir y trabajar para resolver los problemas colectivos que nos afectan.
La militancia socialista es abnegada, sana, incansable, ilusionante, dedicada a pequeñas cosas o, si se quiere, grandes cosas (depende de la óptica que se aplique para valorarlas).
Un trabajo duro, que no tiene premios ni prebendas, el socialismo de lo pequeño.
El socialismo de las “cosas concretas” del que habla Olof Palmer cuando argumentaba que el mundo no pertenece a los grandes y poderosos. También los que somos pequeños tenemos derecho a vivir, y a desarrollarnos.
Nuestra política o compromiso, se ocupa de cuestiones concretas y cercanas: de la igualdad entre los hombres, de la lucha de las mujeres, de la atención a los ancianos y a los niños. Estas son las cosas importantes decía Olof.
Uno debe sentirse orgulloso por lo realizado, con cierto sentido de grandeza, pero con la humildad de quien tiene que ganarse el pan, día a día, demostrando con ejemplos personales, que el socialismo democrático es el proyecto más interesante para España y sus ciudadanos.
No pesan sobre nuestras espaldas los horrores ni del Gulag ni de Auschwitz.
Tenemos una historia limpia no exenta de errores y pecados, algunos graves, pero ninguno de la dimensión de los anteriormente señalados. Otros no pueden decir lo mismo.
Como dice José María Benegas:
Nuestra historia seguirá siendo la lucha por la libertad, la igualdad, la emancipación del ser humano, de la persona.
Una lucha y una historia que creo que vale la pena.
A si somos y pensamos la mayoría de los socialistas, con carnet o sin el, que el mejor carnet se lleva en el corazón.
A algunos como tu esto les suena a chino, que le vamos a hacer, de todo tiene que haber.
En este camino recorrido he tenido la oportunidad de conocer a personas integras en un amplio sentido de la palabra, otras no tanto, a estas es mejor dejarlas por el camino, de las primeras he procurado aprender lo mejor.
He compartido con muchos militantes y compañeros de los que aprendí lo fundamental, la lealtad básica a unos principios y a una cultura para alcanzar la emancipación de las personas.
Pienso que un hombre o mujer debe vivir comprometido con los problemas de su época. El individualismo es muy atractivo, pero acaba siendo insuficiente. A fin de cuentas, uno siente la necesidad de participar, opinar, discutir y trabajar para resolver los problemas colectivos que nos afectan.
La militancia socialista es abnegada, sana, incansable, ilusionante, dedicada a pequeñas cosas o, si se quiere, grandes cosas (depende de la óptica que se aplique para valorarlas).
Un trabajo duro, que no tiene premios ni prebendas, el socialismo de lo pequeño.
El socialismo de las “cosas concretas” del que habla Olof Palmer cuando argumentaba que el mundo no pertenece a los grandes y poderosos. También los que somos pequeños tenemos derecho a vivir, y a desarrollarnos.
Nuestra política o compromiso, se ocupa de cuestiones concretas y cercanas: de la igualdad entre los hombres, de la lucha de las mujeres, de la atención a los ancianos y a los niños. Estas son las cosas importantes decía Olof.
Uno debe sentirse orgulloso por lo realizado, con cierto sentido de grandeza, pero con la humildad de quien tiene que ganarse el pan, día a día, demostrando con ejemplos personales, que el socialismo democrático es el proyecto más interesante para España y sus ciudadanos.
No pesan sobre nuestras espaldas los horrores ni del Gulag ni de Auschwitz.
Tenemos una historia limpia no exenta de errores y pecados, algunos graves, pero ninguno de la dimensión de los anteriormente señalados. Otros no pueden decir lo mismo.
Como dice José María Benegas:
Nuestra historia seguirá siendo la lucha por la libertad, la igualdad, la emancipación del ser humano, de la persona.
Una lucha y una historia que creo que vale la pena.
A si somos y pensamos la mayoría de los socialistas, con carnet o sin el, que el mejor carnet se lleva en el corazón.
A algunos como tu esto les suena a chino, que le vamos a hacer, de todo tiene que haber.