"hablar por hablar" en esta tarde helada, me ha conducido, desde el deseo que me grita, a apartarme de discursiones vanas, en la certeza de que aquí encontraré mas paz.
eolo, Lucía raila, María, de las tierras alcarreñas, de donde tantas nostalgias he sentido. Lu de Alcalá: otras tantas nostalgias. Elo de las frías tierras leonesas, que también he visitado. Carlos y alguno mas, como ciudadana, que no quiero pensar que nos deje.
Pues bien amigos: no me he negado vuestra lectura, y si me alegro de haber "caido," hoy aquí, dondesin la menor duda evitaré discursiones. Y si encontraré sin la menor duda esa falta de compresión que algunos se empeñan en ensuciar con su erre que erre.
Poodía hablar hoy aquí de este mudo de competencias, o de esos ricos que fabrican pobres. Podría hablas de mil cosas: de mi niñez por ejeplo, alli en mi tierra, de sus fríos vientos del Norte, en las lar
gas noches y de la boca oscura de las mil noches de los largos inviernos, mientras y después DE: esa boca oscura y de frí que de distintas maneras soplaba desde el alto de Brihuega. maría sabe un poco a lo que me refiero.
Podía hablar, de los lañadores que se acercaban a estañar las viejas sartenes, cazos pucheros o cacerolas. Podía hablar de los muchos que llegaban en busca de un pedazo de pan, y como respondía el hambriento de mirada triste con un: "Dios se lo pague". y al día siguiente otro. Y... no había pan para todos: Ni tan siquiera para las gallinas, que a fin de cuentas, si ponían algún huevo, que recogería mi abuela, y que a veces los cambiaba por una naranja.
Si hombre si, Eran épocas, de: No ese pan y cebolla, que se nombra con segundas. Eras días, de pan, con nueces o membrillo, alguna aceituna en agua y cebolla para acompañar el pan. Las narangas eran merienda solo de los domingos.
La perra chica o la gorda, tardó en venir, y pasaría mucho tiempo, para logras que madre o abuela de dieran un real con que pasar el domingo. hacía falta para albarcas o alpargatas nuevas. Porque la tierra da y destroza... no tanto como los hombres que crean y crean y entre lo creado maquinas que luego todo lo destrozan.
Pues amigos ya nombrados, y otros por nombrar, este es mi "hablar por hablar" de hoy, en un pensamiento para vuestra tierra la mía. Tierra que de lejos la hemos amado mas que de cerca. pero siempre dentro.
Otros llenos de dinero por todas partes, la nombran como si fuera de ellos solos, y precisamente con palabras que no es otra coas que tirar piedras a su propio tejado.
Para los amigos que me entiendan, un abrazo.
Para el que se empeñe en no entenderme, y asegurar que le aburren mis soliloquios: eso es: que piensen solamente que hablo conmigo mismo. Estas coas suceden en este mundo que equivocadamente a veces se se deja caer la palabra CUERDO
! Que paséis buen fin de semana!
eolo, Lucía raila, María, de las tierras alcarreñas, de donde tantas nostalgias he sentido. Lu de Alcalá: otras tantas nostalgias. Elo de las frías tierras leonesas, que también he visitado. Carlos y alguno mas, como ciudadana, que no quiero pensar que nos deje.
Pues bien amigos: no me he negado vuestra lectura, y si me alegro de haber "caido," hoy aquí, dondesin la menor duda evitaré discursiones. Y si encontraré sin la menor duda esa falta de compresión que algunos se empeñan en ensuciar con su erre que erre.
Poodía hablar hoy aquí de este mudo de competencias, o de esos ricos que fabrican pobres. Podría hablas de mil cosas: de mi niñez por ejeplo, alli en mi tierra, de sus fríos vientos del Norte, en las lar
gas noches y de la boca oscura de las mil noches de los largos inviernos, mientras y después DE: esa boca oscura y de frí que de distintas maneras soplaba desde el alto de Brihuega. maría sabe un poco a lo que me refiero.
Podía hablar, de los lañadores que se acercaban a estañar las viejas sartenes, cazos pucheros o cacerolas. Podía hablar de los muchos que llegaban en busca de un pedazo de pan, y como respondía el hambriento de mirada triste con un: "Dios se lo pague". y al día siguiente otro. Y... no había pan para todos: Ni tan siquiera para las gallinas, que a fin de cuentas, si ponían algún huevo, que recogería mi abuela, y que a veces los cambiaba por una naranja.
Si hombre si, Eran épocas, de: No ese pan y cebolla, que se nombra con segundas. Eras días, de pan, con nueces o membrillo, alguna aceituna en agua y cebolla para acompañar el pan. Las narangas eran merienda solo de los domingos.
La perra chica o la gorda, tardó en venir, y pasaría mucho tiempo, para logras que madre o abuela de dieran un real con que pasar el domingo. hacía falta para albarcas o alpargatas nuevas. Porque la tierra da y destroza... no tanto como los hombres que crean y crean y entre lo creado maquinas que luego todo lo destrozan.
Pues amigos ya nombrados, y otros por nombrar, este es mi "hablar por hablar" de hoy, en un pensamiento para vuestra tierra la mía. Tierra que de lejos la hemos amado mas que de cerca. pero siempre dentro.
Otros llenos de dinero por todas partes, la nombran como si fuera de ellos solos, y precisamente con palabras que no es otra coas que tirar piedras a su propio tejado.
Para los amigos que me entiendan, un abrazo.
Para el que se empeñe en no entenderme, y asegurar que le aburren mis soliloquios: eso es: que piensen solamente que hablo conmigo mismo. Estas coas suceden en este mundo que equivocadamente a veces se se deja caer la palabra CUERDO
! Que paséis buen fin de semana!