La Beca. Años ochenta.
La Beca no llegaba en octubre que era cuando pagabas la matrícula. La Beca llegaba en marzo, o cuando les parecía bien porque nunca se sabía. La Beca con la que yo estudié en la Complutense, en la Facultad de Periodismo.
La Beca nos permitía, a mí pagar algo de la deuda en la librería Rafael Alberti, a mi madre dejar de hacer croquetas durante unos días, y a lo mejor, con suerte, comprarme un pantalón- baratito- e ir una semana en bus y tomar café- las dos cosas el mismo día sin elegir entre una y otra-.
La Beca. Para tener la Beca había que acreditar con papeles, decenas de papeles. Multitud ingente de papeles. Una familiar mía se acordará de la lata que era la Beca, porque me orientaba en cómo pedirla, en qué papeles llevar. En los plazos. Y si te los saltabas, aunque fuera un minuto, no había Beca.
La Beca para la Universidad Pública. Con la que se “suponía” que tendrías para libros y transportes y no sé cuántas cosas más. La Beca que, cuando llegaba, ya habías tenido que usar las bibliotecas públicas seis meses, la de la Universidad en la que me quedaba hasta las nueve de la noche. La Beca que mientras la esperabas, decías aquello de “no me compro la camisa: a ver si llega la Beca”. La Beca que mientras llegaba, llegaban también las facturas bancarias y yo me iba al banco y a aquella señorita de entonces le decía aquello de “mire, es que no nos ha llegado el dinero de la Beca”.
Así estudié. Con la espada de Damocles en la cabeza: “Si suspendes una asignatura, no hay Beca”. Y si no hay Beca no sigues estudiando. Porque no había para más. Y mi madre que a sus setenta y muchos cogió pensionistas, porque la casa era muy grande, y así nos podíamos ayudar a pagar: no solo las facturas del Banco, sino algún pantalón para mí, alguna camisa “más decentita”, e incluso-un año que llegó la Beca justo antes de Navidad- la cena de Navidad y unos pocos langostinos de primero, y unas chirimoyas para que se las llevase a casa mi amiga pensionista en casa; que también estudiaba con Beca.
Luchar de esta manera en la vida para que alguien hable con tanta desvergüenza de que “sí hizo “un Máster.
Te regalaba yo, Cristina Cifuentes, siquiera media hora de aquella mi vida de entonces.
Porque supieras alguna vez a qué llamamos Esfuerzo.
Por Alena Collar, escritora y periodista.
La Beca no llegaba en octubre que era cuando pagabas la matrícula. La Beca llegaba en marzo, o cuando les parecía bien porque nunca se sabía. La Beca con la que yo estudié en la Complutense, en la Facultad de Periodismo.
La Beca nos permitía, a mí pagar algo de la deuda en la librería Rafael Alberti, a mi madre dejar de hacer croquetas durante unos días, y a lo mejor, con suerte, comprarme un pantalón- baratito- e ir una semana en bus y tomar café- las dos cosas el mismo día sin elegir entre una y otra-.
La Beca. Para tener la Beca había que acreditar con papeles, decenas de papeles. Multitud ingente de papeles. Una familiar mía se acordará de la lata que era la Beca, porque me orientaba en cómo pedirla, en qué papeles llevar. En los plazos. Y si te los saltabas, aunque fuera un minuto, no había Beca.
La Beca para la Universidad Pública. Con la que se “suponía” que tendrías para libros y transportes y no sé cuántas cosas más. La Beca que, cuando llegaba, ya habías tenido que usar las bibliotecas públicas seis meses, la de la Universidad en la que me quedaba hasta las nueve de la noche. La Beca que mientras la esperabas, decías aquello de “no me compro la camisa: a ver si llega la Beca”. La Beca que mientras llegaba, llegaban también las facturas bancarias y yo me iba al banco y a aquella señorita de entonces le decía aquello de “mire, es que no nos ha llegado el dinero de la Beca”.
Así estudié. Con la espada de Damocles en la cabeza: “Si suspendes una asignatura, no hay Beca”. Y si no hay Beca no sigues estudiando. Porque no había para más. Y mi madre que a sus setenta y muchos cogió pensionistas, porque la casa era muy grande, y así nos podíamos ayudar a pagar: no solo las facturas del Banco, sino algún pantalón para mí, alguna camisa “más decentita”, e incluso-un año que llegó la Beca justo antes de Navidad- la cena de Navidad y unos pocos langostinos de primero, y unas chirimoyas para que se las llevase a casa mi amiga pensionista en casa; que también estudiaba con Beca.
Luchar de esta manera en la vida para que alguien hable con tanta desvergüenza de que “sí hizo “un Máster.
Te regalaba yo, Cristina Cifuentes, siquiera media hora de aquella mi vida de entonces.
Porque supieras alguna vez a qué llamamos Esfuerzo.
Por Alena Collar, escritora y periodista.
Pues ya puesta a preguntar, (la periodista) que pregunté a Errejon por el esfuerzo que hizo para trabajar la beca dada por un compañero de universidad y de partido, que eran 1.825 €. al mes (no se durante cuantos meses) porque no se puede ser tan escrupulosos con unas personas y tolerantes con otras, tolerancia cero con la corrupcion, SI, PERO CON TODOS POR IGUAL. Saludos
Esta beca no tiene nada que ver con la de Errejón, esta beca sólo daba para libros, transporte y materiales, fotocopias etc, no para vivir.
La comparación está fuera de lugar y para tu tranquilidad te aclaro que NO ME GUSTA ERREJÓN.
Saludos.
La comparación está fuera de lugar y para tu tranquilidad te aclaro que NO ME GUSTA ERREJÓN.
Saludos.
Algo se de esas mini becas, en el 82 falleció un hermano, dejando en situación precaria a la familia ya que era autónomo, a mis sobrinas buenas estudiantes con notas bastante aceptables las concedieron una beca para trasporte, si hicieron estudios fue con ayuda familiar, a lo que voy es que se ha montado un festival con lo de Cristina, que suena a acoso y derribo, cuando ha habido casos de figurar con licenciaturas que no eran ciertas y desarrollaron puestos de suma importancia, sin que les obligaran a dejar los cargos, es importante luchar contra la corrupción o esta acabará con nosotros, pero usando el mismo rigor con todos los casos. Esto es un intercambio de opiniones no te lo tomes a mal.
A ver si te he entendido mal Rosalí, porque me extraña que puenses tal y como entiendo yo tú post.
¿Te parece más grave engordar tu curriculum en la política, cuando para ejercer un cargo no es necesario tener ni un estudio en nuestra ley? Cualquiera de nosotros podemos ser hasta presidentes de gobierno sin nigún título acadèmico. Esto lo tenemos que tener claro todos los españoles. Igualdad de oportunidades en política.
Bueno lo que està quedándo cada vez más claro es que en la Comunidad de Madrid para todo este tipo de institutos se ha creado una red clientelar. Y esto es muy grave. Casi todo este tipo de institutos son fundaciones que comienzan siendo privadas y que terminan, dicen, subvencionadas por dinero público y controladas las subvenciones por los que las han creado. Una cosa muy muy sospechosa. El PP también ha invadido el ámbito universitario madrileño, que se sepa de momento. Una vergüenza más. El PP està podrido.
¿De verdad te parece más grave que alguièn diga o escriba que tiene un título que ha estudiado pero que no ha terminado? Y que además no es necesario para ejercer.
Por eso pienso que te has expresado mal. El tema es gravísimo, se piensa que hay más gente del PP con tìtulos falsos.
Saludos.
¿Te parece más grave engordar tu curriculum en la política, cuando para ejercer un cargo no es necesario tener ni un estudio en nuestra ley? Cualquiera de nosotros podemos ser hasta presidentes de gobierno sin nigún título acadèmico. Esto lo tenemos que tener claro todos los españoles. Igualdad de oportunidades en política.
Bueno lo que està quedándo cada vez más claro es que en la Comunidad de Madrid para todo este tipo de institutos se ha creado una red clientelar. Y esto es muy grave. Casi todo este tipo de institutos son fundaciones que comienzan siendo privadas y que terminan, dicen, subvencionadas por dinero público y controladas las subvenciones por los que las han creado. Una cosa muy muy sospechosa. El PP también ha invadido el ámbito universitario madrileño, que se sepa de momento. Una vergüenza más. El PP està podrido.
¿De verdad te parece más grave que alguièn diga o escriba que tiene un título que ha estudiado pero que no ha terminado? Y que además no es necesario para ejercer.
Por eso pienso que te has expresado mal. El tema es gravísimo, se piensa que hay más gente del PP con tìtulos falsos.
Saludos.
Clara no has entendido mal, lo que digo es que hay distintas varas de medir, si lo que se juzga es mentir; no es lo mismo engordar un currículum para acceder a una empresa (que no está bien) que hacerlo para ocupar ministerios o secretarias generales, ¿qué no son imprescindibles los títulos? pues que no mientan, en cuanto al tema de la Universidad de los Master, tu ya les preparaste el dossier, pareces el Espasa, lo sabes todo, por desgracia hay mucha corrupción en unos y en otros, estos días se está juzgando lo de Andalucía aunque se hable muy poquito de ello a pesar de ser gordisimo, es posible que los presidentes no se hayan lucrando de ello, pero cuesta creer que durante tanto tiempo no les llegara algo, eres muy apasionada, y te niegas a creer que tu partido esté implicado en nada ilegal. Buenas noches.
Dices que para ser ministro o diputado no hacen falta los títulos, en el caso de Cristina C. tanpoco creo que fuera necesario, ya tenía un buen puesto, ¿por qué lo hizo? sería por fardar igual que los que exhiben títulos sin tenerlos, ¿que la Universidad lo hizo mal? creo que lo van a investigar.