Y SONARON LAS CAMPANAS
Eran años de penumbra
en la tierra toledana,
a veces la muerte alumbra
algún sonar de campana.
Los niños en el verano
fueron pasando momentos,
donde cualquier ser humano
supo de sus sufrimientos.
Segadores toledanos
que sudaron sentimientos,
con las hoces en las manos
sin sobrarles alimentos.
Segadores de cereales
que pisaron los rastrojos,
el verano dejó males
que hicieron llorar sus ojos.
Con las hoces afiladas,
y el corazón encendido,
en sus tan largas jornadas
el niño mal atendido.
Sin terminar el verano
hubo niños sorprendidos,
por algún calor mal sano
que les llevo a ser vencidos.
Campanas que iban sonando
entre lagrimas sentidas,
el niño se fue apagando
con familias deprimidas.
Tiempos de siega y de llanto
entre suspiros sentidos,
la vida dio desencanto
aquellos niños perdidos.
Segadores altaneros
con rastrojos bien segados,
por jornales pordioseros
dejaron surcos llorados.... Rosario Fajardo Blanco.
Eran años de penumbra
en la tierra toledana,
a veces la muerte alumbra
algún sonar de campana.
Los niños en el verano
fueron pasando momentos,
donde cualquier ser humano
supo de sus sufrimientos.
Segadores toledanos
que sudaron sentimientos,
con las hoces en las manos
sin sobrarles alimentos.
Segadores de cereales
que pisaron los rastrojos,
el verano dejó males
que hicieron llorar sus ojos.
Con las hoces afiladas,
y el corazón encendido,
en sus tan largas jornadas
el niño mal atendido.
Sin terminar el verano
hubo niños sorprendidos,
por algún calor mal sano
que les llevo a ser vencidos.
Campanas que iban sonando
entre lagrimas sentidas,
el niño se fue apagando
con familias deprimidas.
Tiempos de siega y de llanto
entre suspiros sentidos,
la vida dio desencanto
aquellos niños perdidos.
Segadores altaneros
con rastrojos bien segados,
por jornales pordioseros
dejaron surcos llorados.... Rosario Fajardo Blanco.