CUANDO MUEREN LOS POETAS...

CUANDO MUEREN LOS POETAS
Nos hablan de muchos cielos con milagros al instante, mientras nos dan los consuelos de sus versos dialogantes. Cuando surgen los poemas entre palabras amantes, se conocen desconsuelos de sus amores brillantes. No vale los versos dulces, no sirven frases errantes, ni buscar caminos viejos muchas veces expectantes. Machado marchó llorando sobre la tierra extranjera, por detrás dejó luchando a su España en las trincheras. Miguel Hernández hoy es su fecha, la del veintiocho de marzo, en Alicante la muerte triste le estaba esperando. Para dejar su mal destino sobre una ciudad callando. La cárcel no es don divino, el tiempo pasa que vuela, su vida fue el desatino de soñar con primavera. Las Nanas de la Cebolla, hablan del hambre en su tierra, el solamente comprende que son causa de la guerra. La historia marca destinos que borra la primavera, dejando penosos signos del llanto que desespera, poetas que pasan hambre, a otros les cierran las puertas, mientras buscan el exilio atravesando fronteras. Por las manchegas llanuras donde brillan las estrellas, Rocinante hace camino con sus herraduras nuevas. Cuantas veces don Quijote quiso romper las barreras, lo mismo los escritores aunque no busquen quimeras. Por las manchegas llanuras, muchas historias se pliegan, al no divisar colinas ni tener cerca fronteras. Los caminos de Levante todos pisan esas tierras, que suelen ser de inmigrantes que soñaron vida nueva. Cuando mueren los poetas sobre caminos extraños, se ven sus mentes inquietas que jamás hablan de daños. Poetas que en su delirio se fueron entre sus llantos, la muerte les dejó solos a veces con el espanto, Cuando Bécquer se moría en la calle Claudio Coello, en Madrid nadie sabía su sentir de estar en duelo. Sus rimas y poesías se alejaron en silencio, y su familia sentía una falta de dinero. Pronto sus coplas vendían allí por el quinto infierno, y Bécquer se convertía, en un famoso coplero. Fueron vientos de La Mancha, algunos en la Ciudad de Toledo, su hermano pintor le engancha, dándole pan y consuelo. La tristeza de sus Rimas, con el hambre por el medio, llevándole hasta la cima allá por el Alto Duero. Las miserias de esta vida están llenas de recuerdos, algunas fueron heridas que sufrieron hombres cuerdos. Cervantes paso fatigas con la falta de dinero, y murió sin ser famoso como un pobre teatrero. Las monjas le dieron casa con un colchón en su suelo, y se marchó de esta vida sin vivir ese gran sueño. Las historias de poetas se mueren sin romancero, León Felipe lo escribe desde el MEJICO ranchero. Hoy solamente lo escribo para recordar los muertos, que pasaron por prisiones o por exilios y miedos, El escribir en España, casi nunca fue muy bueno, el hambre nunca se engaña y dicen que es un veneno.
Rosario Fajardo Blanco.
28 – 3 - 2019.