CUANDO SE VIAJABA EN BURRO POR LOS CAMINOS DE LA MANCHA. DÍA 14 DE ABRIL DEL 2020.
Eran los años de las cabalgadas en burro, cuando las prisas solo se notaban en el verano, sobre todo cuando la tormenta a mitad de la tarde, hacía temblar los trillos, y las parvas de cereales, podían ser una balsa de agua con la tormenta, por ocasionar daños sobre el grano ya en la era. Cuando empezaban los primeros tractores, y los coches de segunda mano eran todo un lujo. En aquellos años de nuestra infancia, apenas nos hablaron de la peste negra del año, 1918, nuestros padres nacieron por esas fechas, y solo en las casas se hablaba de la maldita guerra incivil, que tanto dolor dejo en toda España, la peste apenas fue comentada, yo como mujer tuve la suerte de poder leer a Miguel Delibes hace unos años, y me enteré de aquella peste del siglo XVI, cuando los muertos en la ciudad de Valladolid, fueron más de mil, de una población de 25,000, habitantes, que explica en el libro del “Hereje”, de una forma muy detallada, también me creo que fue sobre el año dieciocho o veinte, de ese siglo me parece, y como los muertos eran sacados a las calles, envueltos en sábanas, y llevados al cementerio de dicha ciudad, y quemados con resina y leña en la puerta de dicho campo santo. La historia se repite, y los seres humanos nunca aprendemos la lección, pensamos que todo llega y todo pasa, y nuestros gobernantes nunca aprendieron la lección tan dura, y no quisieron subir los gastos en SANIDAD. Parecía que nunca podía repetirse el tema, pero ahí le tenemos, y no sabemos por cuanto tiempo, eso sí, tendremos que andar con mascarillas, por bastante tiempo, y esperando no pasar a ser uno más de la lista de fallecidos, Paisan@s esto es una guerra bacteriológica, que nadie sabe de dónde broto, ni para qué fue inventada, ni de qué forma pararla. Esta tarde en no sé qué emisora de televisión, vi reflejada la historia de los muertos en la calle tirados en sabanas, en un país de la América Latina, era igual que yo hace años pude leerlo, esperemos que eso no ocurra en nuestra España, seria caminar hacia el pasado muchos años. Miedo me dio el poderlo ver, y pensé, donde estamos en algunas partes del mundo, y como los gobernantes de esos países que hablan nuestro idioma castellano, no ponen más remedios a tan dramáticos momentos, luego oiremos decir que algunos de ellos se exilian con muchísimos millones de dólares, mientras en estos duros instantes, esos pueblos carecen de servicios sanitarios, y de fúnebres, para dar por lo menos un lugar de descanso a sus súbditos, que debieran de ser ciudadanos, con todos los derechos y dignidades humanas. Un saludo a mis paísan@s, que deseo que la salud nos acompañe. Rosario Fajardo Blanco.
Eran los años de las cabalgadas en burro, cuando las prisas solo se notaban en el verano, sobre todo cuando la tormenta a mitad de la tarde, hacía temblar los trillos, y las parvas de cereales, podían ser una balsa de agua con la tormenta, por ocasionar daños sobre el grano ya en la era. Cuando empezaban los primeros tractores, y los coches de segunda mano eran todo un lujo. En aquellos años de nuestra infancia, apenas nos hablaron de la peste negra del año, 1918, nuestros padres nacieron por esas fechas, y solo en las casas se hablaba de la maldita guerra incivil, que tanto dolor dejo en toda España, la peste apenas fue comentada, yo como mujer tuve la suerte de poder leer a Miguel Delibes hace unos años, y me enteré de aquella peste del siglo XVI, cuando los muertos en la ciudad de Valladolid, fueron más de mil, de una población de 25,000, habitantes, que explica en el libro del “Hereje”, de una forma muy detallada, también me creo que fue sobre el año dieciocho o veinte, de ese siglo me parece, y como los muertos eran sacados a las calles, envueltos en sábanas, y llevados al cementerio de dicha ciudad, y quemados con resina y leña en la puerta de dicho campo santo. La historia se repite, y los seres humanos nunca aprendemos la lección, pensamos que todo llega y todo pasa, y nuestros gobernantes nunca aprendieron la lección tan dura, y no quisieron subir los gastos en SANIDAD. Parecía que nunca podía repetirse el tema, pero ahí le tenemos, y no sabemos por cuanto tiempo, eso sí, tendremos que andar con mascarillas, por bastante tiempo, y esperando no pasar a ser uno más de la lista de fallecidos, Paisan@s esto es una guerra bacteriológica, que nadie sabe de dónde broto, ni para qué fue inventada, ni de qué forma pararla. Esta tarde en no sé qué emisora de televisión, vi reflejada la historia de los muertos en la calle tirados en sabanas, en un país de la América Latina, era igual que yo hace años pude leerlo, esperemos que eso no ocurra en nuestra España, seria caminar hacia el pasado muchos años. Miedo me dio el poderlo ver, y pensé, donde estamos en algunas partes del mundo, y como los gobernantes de esos países que hablan nuestro idioma castellano, no ponen más remedios a tan dramáticos momentos, luego oiremos decir que algunos de ellos se exilian con muchísimos millones de dólares, mientras en estos duros instantes, esos pueblos carecen de servicios sanitarios, y de fúnebres, para dar por lo menos un lugar de descanso a sus súbditos, que debieran de ser ciudadanos, con todos los derechos y dignidades humanas. Un saludo a mis paísan@s, que deseo que la salud nos acompañe. Rosario Fajardo Blanco.