29, DE ABRIL DEL 2020.
Estamos en el final de esta etapa, que no sabemos en donde terminara, parece que estamos saliendo del túnel, de un virus asesino, y además inteligente, que se lleva a las personas de calle sin avisar, solo pensarlo te da mal rollo, hablando con amigas, a todas las pasa lo mismo, tienen sus dudas de que no pueda volver hacernos daño, antes de lo que algunas personas entendidas piensan. Aunque yo me creo que esta vez nos cogerá un poco más preparados, no estaremos tan juntos ni apretados, ni viajaremos en el metro congestionado, así y todo, puede ser una grave situación, si el virus dice que nos mete en sus garras asesinas. Ya comentan algunos doctores, que el otoño puede ser el tiempo de su reaparición, las personas notamos en el ambiente, un poco de pesimismo, sobre todo viendo y leyendo las noticias del mundo entero, vemos como día a día, se multiplican los fallecidos, sobre todo en América, donde podemos ver muchos muertos en cajas de cartones, es posible que esta peste del siglo XXI, se lleve a los más pobres, de esa zona del mundo, en España, eso parece que no hay diferencia, no respeta a nadie, los colores y los intereses caminan para el virus a la misma distancia, Y el miedo me creo que es mayor entre más poder económico tienes, el otro día en la puerta de un supermercado, cerca de mi casa, había un señor sin apenas cuidarse, pidiendo limosna, que decía a las personas que esperábamos en la cola para entrar dentro de dicho supermercado: Esta peste no la tengo ningún miedo, tan solo que algunos que me fiaron, se pueden quedar sin cobrar, sus manos sucias, su dientes bastante abandonados, y presumiendo de una salud de hierro, incluso fumando cigarrillos. Sin verle ninguna preocupación por el estado que tenemos de estar confinados en casa. A veces una piensa, es posible que el virus no tenga ningún reparo en seguir matando seres humanos, incluso a los médicos y enfermeras, que se están dejando su propia vida en quererle frenar. Hay preguntas que nadie me las contesta con seguridad, todo son interrogaciones, en este estado de alarma. Quisiera que esas dudas se terminaran pronto, y que las personas de buena voluntad, pudiéramos salir a las calles de nuevo, para vivir la vida dignamente, es lo que pido a Dios y a la madre naturaleza, YO ME QUEDO EN CASA, ROSARIO FAJARDO BLANCO.
Estamos en el final de esta etapa, que no sabemos en donde terminara, parece que estamos saliendo del túnel, de un virus asesino, y además inteligente, que se lleva a las personas de calle sin avisar, solo pensarlo te da mal rollo, hablando con amigas, a todas las pasa lo mismo, tienen sus dudas de que no pueda volver hacernos daño, antes de lo que algunas personas entendidas piensan. Aunque yo me creo que esta vez nos cogerá un poco más preparados, no estaremos tan juntos ni apretados, ni viajaremos en el metro congestionado, así y todo, puede ser una grave situación, si el virus dice que nos mete en sus garras asesinas. Ya comentan algunos doctores, que el otoño puede ser el tiempo de su reaparición, las personas notamos en el ambiente, un poco de pesimismo, sobre todo viendo y leyendo las noticias del mundo entero, vemos como día a día, se multiplican los fallecidos, sobre todo en América, donde podemos ver muchos muertos en cajas de cartones, es posible que esta peste del siglo XXI, se lleve a los más pobres, de esa zona del mundo, en España, eso parece que no hay diferencia, no respeta a nadie, los colores y los intereses caminan para el virus a la misma distancia, Y el miedo me creo que es mayor entre más poder económico tienes, el otro día en la puerta de un supermercado, cerca de mi casa, había un señor sin apenas cuidarse, pidiendo limosna, que decía a las personas que esperábamos en la cola para entrar dentro de dicho supermercado: Esta peste no la tengo ningún miedo, tan solo que algunos que me fiaron, se pueden quedar sin cobrar, sus manos sucias, su dientes bastante abandonados, y presumiendo de una salud de hierro, incluso fumando cigarrillos. Sin verle ninguna preocupación por el estado que tenemos de estar confinados en casa. A veces una piensa, es posible que el virus no tenga ningún reparo en seguir matando seres humanos, incluso a los médicos y enfermeras, que se están dejando su propia vida en quererle frenar. Hay preguntas que nadie me las contesta con seguridad, todo son interrogaciones, en este estado de alarma. Quisiera que esas dudas se terminaran pronto, y que las personas de buena voluntad, pudiéramos salir a las calles de nuevo, para vivir la vida dignamente, es lo que pido a Dios y a la madre naturaleza, YO ME QUEDO EN CASA, ROSARIO FAJARDO BLANCO.