Melilla, 17 de julio de 1936. , Francisco Franco

Melilla, 17 de julio de 1936.
En las memorias escrita por el que fué Delegado del Gobierno en Melilla, Jaime Fernández Gil de Terradillos

“” El General Manuel Romerales aproximadamente las cinco de la tarde, hora en la que llamándome al teléfono militar me dijo: <Señor Delegado, en este momento acabo de resignar el mando en el coronel Solans, lo que he hecho ante la necesidad de evitar el derramamiento de sangre Solamente cuento con la asistencia personales del Comandante Seco, Ferrer y Capitán Rotger, y, quizás algunos mas, pero en pequeño numero. Es este el momento mas amargo de mi carrera militar y estoy sufriendo el dolor más grande de mi vida como servidor leal a la República. Cortaron bruscamente esta conversación...

“”Conclusiones finales sobre la represión en el Norte de África

En Ceuta, Melilla y lo que fue el Protectorado Español en Marruecos, tras el paso de las primeras horas del 17 de julio de 1936 más que de guerra habría que hablar de represión, pues apenas hubo combates ni operaciones militares. Sin embargo, la represión cayó en el olvido de la memoria histórica, lo que ha motivado que aún se mantenga que en el Norte de África no hubo apenas víctimas republicanas y que todos sus ciudadanos estaban a favor del golpe. Al igual que en otras ciudades del resto del país los listados con los nombres de políticos y sindicalistas debían estar realizados desde bastantes días anteriores a la sublevación, ya que en pocas horas, se comienzan a encarcelar a los principales personajes de la vida republicana. Un número importante logró huir, bien a Tánger, Gibraltar o a las costas malagueñas, pero los que confiaron en la defensa del poder constitucional fueron detenidos.

En esta zona, al contrario que en otras poblaciones, no existieron enterramientos de fusilados en descampados. La fosa común que se utilizó era la localizada dentro de los cementerios de cada ciudad. Por ciudades Ceuta ocupa el número mayor con 268 víctimas comenzando el 21 de julio de 1936 y concluyendo en 1944. La represión en Melilla también fue muy dura. Incluso el 29 de agosto de 1936 se fusiló su máxima autoridad militar el comandante general Manuel Romerales. Y desde esa ciudad trasladaron a varios militares a Ceuta como el teniente de Infantería Arrabal Ruiz, padre del escritor Fernando Arrabal. El 4 de mayo de 1937 se efectuó el consejo de guerra, fallando cadena perpetua. El teniente Arrabal fue recluido a principios de los cuarenta en un sanatorio psiquiátrico en las afueras de Burgos y, según la versión oficial, una noche saltó la tapia del centro y nada más se supo de él.

El militar de más alta graduación enviado desde Melilla fue el comandante Edmundo Seco Sánchez, (padre del historiador Carlos Seco) quien se negó desde un primer momento a sumarse al golpe y el 14 de enero de 1937, y tras cinco meses de juicios, sería fusilado. Respecto al sexo dos mujeres fueron ejecutadas. En el tema religioso en los registros civiles, no aparece ningún musulmán fusilado (ni en el Protectorado); las nuevas autoridades se guardarían muy bien de no inquietar a esta población, que la utilizaba en primera línea en la península y eran quienes formaban junto con la Falange los pelotones de fusilamiento. “”

El comandante Seco, Edmundo Seco Sanchez, era el padre de Don Carlos Seco Serrano, actual Decano y Censor, de la Real Academia de la Historia.

El comandante Seco, forma parte, como tantos otros, de aquella élite de militares honrados que hicieron honor al juramento de defensa de la República.

Saludos