“El Pelé”: así era llamado Ceferino Jiménez Malla, el primer gitano proclamado beato en la historia de la Iglesia.
Ceferino Jiménez Malla, hijo de la cultura gitana, vivió una infancia nómada, se casó a los dieciocho años, pero no tuvo nunca hijos, aunque adoptó a una sobrina, Pepita, a la que quiso como tal. Honesto comerciante de caballos, fue muy respetado, tanto en el ámbito gitano, entre sus amados calés, como fuera de él.
Murió mártir, en 1936, en la guerra civil española, después de ser brutalmente fusilado en un cementerio por haber defendido a un sacerdote. Fue elevado al honor de los altares, el 4 de mayo de 1997, por Juan Pablo II que lo proclamó “patrono de todos los gitanos”.
Sin embargo, se sabe poco de la vida de Ceferino ya que, como analfabeto, no dejó ningún escrito. Quedan, sin embargo, los testimonios y recuerdos de quien lo conoció verdaderamente y tuvo el honor de apreciar la humanidad, la sencillez y la profunda fe, más que nadie, su adorada nieta, Maruja.
Han sido estos recuerdos los que han hecho posible la creación del audio-libro “No me veréis morir”, realizado con la colaboración de la Caritas Italiana y la Fundación Emigrantes, con ocasión del 150 aniversario de su nacimiento en 1861 y el 75 de su martirio.
Ceferino Jiménez Malla, hijo de la cultura gitana, vivió una infancia nómada, se casó a los dieciocho años, pero no tuvo nunca hijos, aunque adoptó a una sobrina, Pepita, a la que quiso como tal. Honesto comerciante de caballos, fue muy respetado, tanto en el ámbito gitano, entre sus amados calés, como fuera de él.
Murió mártir, en 1936, en la guerra civil española, después de ser brutalmente fusilado en un cementerio por haber defendido a un sacerdote. Fue elevado al honor de los altares, el 4 de mayo de 1997, por Juan Pablo II que lo proclamó “patrono de todos los gitanos”.
Sin embargo, se sabe poco de la vida de Ceferino ya que, como analfabeto, no dejó ningún escrito. Quedan, sin embargo, los testimonios y recuerdos de quien lo conoció verdaderamente y tuvo el honor de apreciar la humanidad, la sencillez y la profunda fe, más que nadie, su adorada nieta, Maruja.
Han sido estos recuerdos los que han hecho posible la creación del audio-libro “No me veréis morir”, realizado con la colaboración de la Caritas Italiana y la Fundación Emigrantes, con ocasión del 150 aniversario de su nacimiento en 1861 y el 75 de su martirio.