Amigo ferisa: ¡ni tan pelado ni tan peludo!. El poema de María Torres que transcribís es muy bueno. Y no me cabe la menor duda que ciertísimo, desde el punto de vista humano. Pero, a la hora de la maldita memora no podemos olvidar |ue también en el otro lado se fusiló gente. Y muchas veces en condiciones infrahumanas (Ahí ten’es las descripciones que hace Hemingway en su famosa novela “Por quien doblan las campanas” y no podemos decir que el autor fuera precisamente franquista. Cuando pone en marcha el carro chirriante del odio entre hermanos, todo es posible. (“Oh miedo, padre de la crueldad”, dice el poeta norteamericano Ezra Pound,él mismo victima de la crueldad de sus paisanos) A veces, casi siempre, el exceso de cueldad tiene su origen en el miedo al enemigo más que en el odio que este inspira Me parece que ha llegado la hora de que TODOS admitamos la parte de culpa que nos corresponde en aquel drama sombreo que se abatió sobre España. En ambos bandos hubo cobardes y héroes, canallas y hombres de bien, idealistas y aprovechados.. a nosotros nos toca no juzgarlos sino entenderlos. Hay, en los dos bandos, cosas que nos enogullecen y otras que nos averguenzan Pero todas fueron igualmente hechas por españoles. Alguien-no recuerdo quien- hizo notar una vez que en España la interjección más comun es “ ¡hombre!”, como si necesitaramos remitirnos a nuestra comun condicion humana a cada revuelta de la conversación Yo ahora te pido, amigo ferisa, que cuando salgás a la calle mirés a cada transeúnte a los ojos y pensés: este hombre, pudo ser en aquellos años, alternativamente mártir o verdugo, amigo o enemigo sin embargo hoy es un pacifico transeúnte que quizás va a esperar a sus hijos al colegio, va de regreso a casa después de un dia de trabajo o tal vez concurre a una cita de amor…En todo caso, tiene mucho que ver conmigo: tal vez compartimos ideas políticas, o siquiera la pertenencia a la hinchada del, mismo club d futbol Cuando llueve en España lo dos nos mojamos igualmente, cuando hace calor, los dos lo sentimos. Tirá la linea y hacé la cuenta, en dos columna: de un lado lo que posiblemente los separe y en la otra lo que de hecho, los une. Sumá ambas cosas por separado: seguramente son más las coincidencias que las divergencias. Ahora reflexioná sobre esto: ambos, en 1936, pudimos haber estado en una o en otra trinchera, de hecho, nuestros padres lo estuvieron; luego de este ejercicio- que te recomiendo, lo he practicado y reasult-sonreile al hombr que te cruza en la calle, es un español, un compatriota. Nada más, pero nada menos BALDER