Hola, amigos. Vuelve el tema de Franco y con ganas, si no con gusto, vuelvo a él. Afortunadamente, hace ya trintaiocho años que desapareció el dictador, pero la historia sigue y no se cambia de un día para otro. España logró liberarse a medias de la herencia con bicho que nos dejó el general gallego. El atado se rompió en buena hora, pero quedan flecos, hilachas o tal vez mucho más. Pero esa es la historia y los cambios solo se dan poquito a poco. Aprendimos algo de democracia, pero las estructuras económicas no variaron gran cosa. Seguimos viviendo del turismo, algo creció la industria con maquilas de lujo, siguieron creciendo los bancos eso sí, las inmobiliarias, los chanchullos, los trampantojos, los nepotismos, los abusos, etc. Nos acomodamos un poco al ritmo de Europa, a la fuerza y presumiendo más que haciendo, logramos integrarnos. Pero como estamos viendo, en el fondo, al menos en lo político, las cosas no han cambiado mucho: el proceso de privatización se ha intensificado, con sus corruptelas y negociados. Privatizan las ganancias (señor RATO, señor MAYOR OREJA, señor TRILLO, señor CASCOS, señor RAJOY, etc.), pero socializan las pérdidas (empleo, salud, educación, deportes, cultura). Y eso sí: nadie dimite, nadie reconoce nada, todos son pulcros como sepulcros blanqueados. Todo ello patrocinado por aquellos que con gusto volverían a cantar el CARA AL SOL, reconstruirían con mayor esplendor el Valle de los Caídos y pondrían en letras de oro la biografía del general Franco que escribió el académico señor SUÁREZ, paniaguado incondicional de la Fundación Francisco Franco. De modo que sí, que los hay los hay. Cada vez menos, cada vez más velados, disimulados y vergonzantes. Pero sí, están todavía ahí, "presentes en su afán e impasible el ademán". No podemos dormirnos. La memoria histórica es algo real y verdadero y a estas alturas hay que seguir luchando para que los historiadores de tres al cuarto, como el académico señor SUÁREZ, no la tergiversen y la vicien para las futuras generaciones. Franco fue la mayor desgracia que le cupo a la historia de España, por lo menos en el siglo XX. Nada jutifica una guerra entre hermanos. Nada. Y si por lo menos hubiera traído algo de progreso como lo logró PINOCHET en Chile, pero ni eso.