Hola, amigos. Para bien o para mal, la figura de Franco...

Hola, amigos. Para bien o para mal, la figura de Franco mantiene una cierta vigencia en los recuerdos y vivencias de muchos españoles. Como se ha comprobado en el DICCIONARIO BIOGRÁFICO ESPAÑOL, sus muchos años de gobierno pueden ser juzgados con muy diferentes ópticas: para unos, cada vez menos, libró a España del comunismo y gobernó con mano admirable a los españoles, encaminándolos hacia el progreso, con una que él llamaba democracia inorgánica. Cuando murió, muchos lo lloraron y España se quedó sin su valioso timonel, que nos libró de los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Para otros, fue un oportunista, con buena preparación militar, que en el momento adecuado se supo aliar con los que lideraron el golpe contra la II República, haciéndose hábilmente con el mando en la guerra y con el poder después, que nadie sino la muerte se lo pudo arrrebatar. Los pocos cambios que introdujo el gobierno de la República fueron cruelmente abortados y se impuso un nacionalcatolicismo patrocidado por la burguesía de siempre, alérgica a cualquier cambio en favor de la gente del común y detentadora de los bienes de capital, de los servicios y del pensamiento político triunfante. Detrás se escondía la misma corrupción, los mismos abusos de poder, el nepotismo, el sobrinismo, el amiguismo, etc., que hizo que España se estancara a diferencia de los países destruidos por la guerra, que renacieron, construyeron estructuras democráticas y participativas que hicieron recuperar a Francia, Alemania, Inglaterra e Italia su viejo esplendor del que siguen siendo un ejemplo admirable.